Escape de la soledad.

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XIII



-¿Por qué no papá?, Kevin empezó a entrenar desde más chico que yo.- Kev, veía con confusión a su padre, siempre se había dado cuenta que había un cierto cambio  de actitud cuando se dirigía a el, pero cada día se hacia más notorio.

-¡Por que el será rey y tu no!, retírate por favor, me prepararé para salir.

Kev ya no dijo nada, solo dio media vuelta y se fue a su habitación ya que no se le tenia permitido salir del castillo, su padre siempre lo tenia como si no valiera nada, a pesar de que no se le permitiera entrenar con la espada, siempre fue dedicado en todo lo que se le permitía, en lectura de mapas, planeación económica y estratega de ejércitos en campo teórico, siempre resalto su gran habilidad, pero su padre nunca lo volteaba a ver, y esto lo hacia sentir de lo peor, como un objeto más de ese castillo el cual ni siquiera podía conocer el pueblo que regiría en un contexto pequeño a lado de su hermano.

Kevin siempre trataba de enseñarle a escondidas de su padre al igual que Eddward, dado que siempre estaba con Grettel, pasa más tiempo con el azabache y este le enseñaba en la cocina, no también como quisiera, debido al poco espacio que tenían. Pero aquella semana se quedo totalmente solo. Desde que Kevin se negó a hacer su presentación en su cumpleaños número quince, Dominic le quiso dar una lección, mandándolo a expediciones un tanto peligrosas junto a Eddward  y Nathan.

Ya en su habitación no pudo soportar más y empezó a llorar, “¿Por qué mi papá  no me quiere?, siempre he sido un hijo de buena conducta” lagrima a lagrima el pequeño  pelinaranja se empezaba a quedar dormido, pero un pequeño golpe en la puerta le arrebato el sueño.

-¿Puedo pasar?

-Adelante.- Decía mientras se secaba las lágrimas.

-¿Por qué no ha bajado a comer niño Kev?.- Entro preguntando  Grettel,  que había subido a buscar al pequeño debido a que no lo vio en el comedor.

-No tengo mucha hambre Grettel, además, no creo que mi padre quiera comer en la misma mesa que yo.- comenzó a llorar de nuevo.

-No llore joven kev.- la mujer se sentó en la cama.- Su padre puede ser un poco duro , pero así es su forma de ser.

-Eso no le da derecho a tratarme con tanto desdén.- la abrazo fuertemente.

-Usted lo puede tomar así, pero el lo ama.- Grettel iba a tomar su cabello pero este se aparto de forma brusca.

-¡El no me ama, soy un estorbo para el!- Grito entre lagrimas y salió corriendo de la habitación.

-Ay Dominic.- Decía en un suspiro viendo con preocupación y tristeza como se alejaba Kev.- ¿Cuanto daño más harás?

Kev no sabia por que parte del castillo estaba, solo corría, sin destino alguno, limpio sus lágrimas y vio a su padre, en ese momento el tiempo parecía ir más lento, sus miradas se encontraron, Kev tenia los ojos rojos de tanto llorar, creyendo,  su padre le daría un abrazo de consuelo, le sonrió, pero lo único que hizo este fue parpadear y voltearse, como si el pasillo estuviera solo, el pequeño con enojo y tristeza dio un giro para cambiar su rumbo, pero este giro lo hizo caer, no sabia en que parte estaba debido a que solo corría y bajaba escaleras sin rumbo aparente, se levantó y se dio cuenta que  se encontraba en la parte baja del castillo en la parte trasera de los calabozos, nadie iba ahí, debido al mal olor, ya que ahí pasaban dos canales de agua sucia, pero se dio cuenta que más al fondo había un especie de túnel que no conectaba con los canales.

-¿Qué es eso?, nunca lo había visto antes.- Decía para si mismo, el conocía cada rincón del castillo ya que era prácticamente todo lo que podía conocer, solo había estado una vez anteriormente pero debido al olor, se negó a entrar, así que nunca se percato de aquel túnel entre los canales.

“Ni siquiera le importo, si exploro unos minutos ni cuenta se dará de mi ausencia “, pensó el pequeño para tener el valor de entrar al túnel, regreso por una antorcha y se dispuso a entrar, ya recorriendo este se dio cuenta que había una corriente de aire que hacia que el mal olor se fuera, Kev siguió esta corriente fue algo largo pero acercándose a la salida pudo ver que el suelo y las paredes cambiaban a una cueva pues era en donde terminaba el túnel, pero no era todo, esta salía a lo que eran las afueras del pueblo.

Un poco confundido y temeroso, se dispuso a avanzar, pues eran pocas las veces que había salido del castillo y eso, siempre había sido acompañado de alguien.

Con pasos lentos se acerco al pueblo, todo era colorido y la gente amable. Empezaba a llamar la atención por el color de su cabello, ya que era muy poco común y los únicos conocidos con ese pigmento en el cabello eran su hermano y el, decidió comprar una capucha revisando sus bolsillos tenia unas cuantas monedas de oro, no las suficientes  pero por ser un pequeño el hombre accedió a vendérsela.

Estuvo caminando por un rato, todo lo tenia fascinado para el era un mundo nuevo, su vida siempre fueron muros, escritos y el desdén de su padre, estaba tan inmerso en todo pero algo lo saco de sus pensamientos, una sensación  incomoda de que alguien lo observaba, al principio creyó que solo era su inseguridad de que estaba solo, pero después pudo ver a un joven con una capucha, esta le cubría el rostro ya era la segunda vez se lo encontraba en lugares muy distintos.

“No puede ser una coincidencia, ya a de saber quien soy, seguramente es un bandido y quiere atraparme para pedir una recompensa por mi “,  pensó con pánico y apresuro el paso para perderle, y después correr a la cueva, iba mirando atrás pero este se tropezó con alguien

-Lo siento…¡ Haaa!.- Kev alzo la mirada y vio a aquel joven enfrente de el, el susto lo hizo caer.

-Cuidado pequeño.- Hablo aquel joven con una voz rasposa y algo profunda. Ágilmente lo ayudo a levantase.

-S-si, no volverá a suceder.- Kev trato  de seguir, sin voltear a verlo, pero el joven lo detuvo.

-¿Estas perdido?, eres muy joven para andar solo y más a esta hora.

-No, estoy bien de echo ya voy de regreso a… ¿Qué hora es?- Kev se sorprendió, el tiempo se había ido volando, se perdió en su entusiasmo que había olvidado a su padre.

-No creo que falte mucho para las campanas del ocaso.

-¡Ho no!- Kev empezó a correr lo más rápido que pudo, sin siquiera poner atención  a su alrededor , era más grande el miedo por su padre que su prudencia.

-¡Cuidado!.- Corrió aquel joven misterioso detrás, abalanzándose sobre el y cubriéndolo con su cuerpo en un abrazo.

En su descuido Kev, estaba apunto se ser pisado por el caballo de una carreta, debido al grito del joven, el caballo se asusto y desboco  su camino, al dar el giro,  uno de los alambres de la carreta aprenso la capucha de aquel joven, arrastrándolo junto con ella.

-¡Ayuda¡.- Gritaba Kev, que estaba fuertemente abrazado al extraño que lo acababa de salvar.

-Niño, suéltate, saldrás lastimado tu también.- apenas podía hablar ya que la capucha estaba estrangulando al joven.

-Pe-pero...- Kev tenia miedo pero vio una oportunidad, el nudo de la capucha, alcanzó el nudo deshaciéndolo, pero provocó que se soltara del joven.

-¡TSSSK!- El joven alcanzó a abrazar al pelinaran para que no se golpeara, rodando en el piso por la fuerza del caballo.

-¡Haa!- Se quejo Kev, cerrando los ojos y abrazando más fuerte al joven.

-Hey, hey, ¿Estas bien?- El joven lo movió un poco al Kev, una vez sus cuerpos se detuvieran con un violento impacto.

-Cre- creo…- Kev, frunció el seño, aunque era poca la luz, debido al ajetreo, se le nubló un poco la vista.- ¡No¡- Se levanto abriendo los ojos.

-¡¿Qué sucede?!- El joven se exaltó.

-¿E-eres tu?- Kev acerco su mano al labio inferior del joven , pasando con mucho cuidado y gentileza su dedo por una cicatriz.- Esto es mi culpa, lo sien…- Sin poder terminar, inmediatamente  el pelinaranja se desvaneció en los brazos del joven, el cual lo miraba confundido.

-¿Dónde esta?, ¿Dónde esta?, amo Kev, ya es muy tarde, y usted no aparece.- Grettel caminaba de un lado al otro angustiada, buscando a Kev, por todos lados, su padre ya había regresado, por fortuna no había preguntando por el.

En un acto de desesperación Grettel decidió, subir a su habitación y acomodar almohadas y un poco de paja, para que su padre no notara su ausencia. Y se dispuso a irlo a buscar por todo el pueblo.

Busco toda la noche sin ninguna pista de donde pudiera estar, lo único que podía hacer era esperar a Kevin, Eddward y Nathan  para que le ayudarán a buscarlo, pero su  llegada era por la mañana.

-Dominic, por favor, ya no lastimes a mi familia, deja a mis sobrinos en paz…

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