Ardiente Infierno [+21]

Capítulo XIII

*David en multimedia*

▼・ᴥ・▼・ᴥ・▼

Julio 01 2013 París,Francia

La llegada a París surgió en la madrugada, por lo que David, nos llevó a la casa donde nos vamos a quedar.

Todos dormían, mientras yo no podía creer que de verdad aria esto.

Tenía miedo, obvio.

No era para nada una persona peligrosa, si mi vida era una mierda.

Tengo pésimos recuerdos de mis dos últimos cumpleaños.

Mi mamá murió el día de mi cumpleaños y mi papá un día después.

Le dispare a mi ex novio.

Tengo un romance con un mafioso ruso, del cual no sé nada.

Pero no por nada de eso soy peligrosa.

Oh incluso me volví loca, para nada.

Bueno tal vez un poco...

—Eloise, ya duérmete — dice Rain sin abrir los ojos.

—Estoy nerviosa, dijo que vendría muy temprano por mi —digo y tragó saliva pesadamente — y si quiere que cometa un delito, no sé qué tal si me pide asaltar un banco, robar una anciana, vender drogas en una escuela o que le dispare a su ex.

—Eloise, estas balbuceando, tus pensamientos no tienen sentido, ¿Porque robar a una anciana y no a un joven de dinero? — dice

—La anciana no podría correr...

—Buen punto, ve a dormir —dice cómo última advertencia.

Le hice caso y me metí a la cama preparándome para comenzar de cero.

▼・ᴥ・▼・ᴥ・▼

No supe por cuánto tiempo más me dormí, solo sentía como alguien golpeaba fuertemente mi cabeza.

—Auch, solo 5 minutos más Rain... —digo

—Je t'ai dit que je viendrais chez toi très tôt, que tu n'es pas responsable, mais comment peux-tu être responsable si tu es une fille stupide —Dice alguien que definitivamente no es Rain.

—J'suis pas con et oui idiot j'sais le français —le digo a David enseñándole mi dedo de en medio.

—Te quiero en el comedor en 20 minutos Eloísa. — Dice ante de cerrando la puerta fuertemente.

Volteo los ojos antes de ponerme de pie y salir de la cama, camino hasta las maletas y saco una de las blusa de cuello de tortuga que consiguió Lori para mi. Entro a la ducha y lavo mi cabello con mucha delicadeza, mientras empiezo a imaginar que será lo que are hoy.

Termino de alistarme, mientras coloco mi dije por dentro de la blusa.

Salgo de la habitación, algo desorientada mientras camino rectamente hasta que doy con un jardín, dónde hay varios caminos intento encontrar el correcto, cuando una de las mujeres que nos atendió al llegar se acerca a mí.

—Mademoiselle, el señor la está esperando en el comedor — dice.

— Que hay allá — digo y ella me mira pálida.

— La alcohoba de la señorita Mila, pero el señor no permite que vayamos hacia allá.

—¿Ella está allí?