SERIE MANADA NÓRDICA 3: La Delta Seducida

16. Cambios e inseguridades.

☀️

BORIS

Es una difícil decisión, pero hay que arriesgarse y por Tatiana puedo hacer miles de cosas en este mundo. 

Inclusive un trato inesperado con el enemigo.

¿Como puedo hacer para que alguien en la escala normal pueda contactarse con alguien como Uriah Hertz?

Tengo la sangre de Kostya en mis manos, lo único que puedo perder al final puede ser a Tatiana cuando vea que no soy el mismo, sin embargo, quiero pagar el precio. Conseguiré la corona, trataré en lo posible de ver a Tatiana así sea a los lejos y luego...

Luego no sé... Yo no soy el que decide el destino.

Olga esta allí preocupada por mi, me dice con la mirada que podemos encontrar otras formas, conozco mil veces a Olya antes que a Veronika y Veronika tampoco está haciendo por ganarse mi afecto. No voy a olvidar los años de sufrimiento y las humillaciones que tuve que pasar cuando estaba en la abadía, no me hace ser feliz que tuve un padre que murió mientras intentaba salvarme.

A estas hora no soy un desagradecido, los Volkov me abrieron las puertas de su casa y ahora Hertz intenta hacer otras jugadas a costa de mi.

— Necesito hablar con Tatiana antes de hacer esto.

Digo al fin.

Veronika mira a Olga confusa y luego a mi.

— ¿Para qué lo harías? —Su pregunta es fe preocupación —. Se nos agota el tiempo y tenemos que ir a Bielorrusia para abrir el portal.

—No puedo ceder si por lo menos no escucho a Tatiana decirme que todo va a estar bien o que me extraña.

Olya suspira y me toma del brazo para aferrarse a el.

—Nunca pensé que todo lo de ustedes fuera en serio. — Ella me da una medio sonrisa —, La naturaleza es tan jodida que no puedes hacer nada en contra de ella.

—Amo a Tatiana.

—Lo sé mejor que nadie porque yo fui testigo de ello, Borya. — Sonríe. —Lo vi cuando empezaste a recolectar todos los regalos de cumpleaños para ella, si quería que te mantuvieras alejado era porque no quería verte lastimado.

—Nos vamos a casar.

—Eso tambien lo se.

La miro con sorpresa y ella sonríe.

—Mi madre me lo contó y muchas otras cosas que si el cielo escucha caería de vergüenza.

Ella está apenada, luego está seria y suspira con pesadez.

— Es una decisión que debes confrontar con tranquilidad.

Veronika me ofrece el teléfono móvil y sonríe con ese gesto propio de una persona curiosa. Cuando lo tomo en mis manos comienzo a marcar el número privado de Tatiana. Dos timbres y cuando por fin escucho al otro lado del altavoz entiendo que ella no quiere hablar.

Está enfadada, dolida y decepcionada.

—Sé que no vas a decir una palabra con respecto a lo nuestro, pero por lo menos el escuchar tu voz se me hace bien. —digo tranquilo —Te amo y creo que tienes derecho a saber que lo haré en esta y muchas vidas más.