SERIE MANADA NÓRDICA 3: La Delta Seducida

7. Por una Volkov

🐻

BORIS

— Suéltame por favor, Borya.

Quedo frío porque ella no suena a una mujer que necesita que le den atenciones y a regañadientes dejo de abrazarla muy lentamente, Tatiana está destrozada por la pérdida tan grande no solo de su gente más cercana y de su hermana Elena sino de dos de sus sobrinos así que también puedo decir que estoy triste porque los niños ni tienen que ser víctimas de los juegos de poder de los adultos.

Si alguien le hubiese dicho a mis enemigos esa moral a esta hora yo no fuera lo que soy y tampoco hubiese conocido a Tatiana.

—Todo va a estar bien, Tanya.

Ella se limpia las lágrimas y niega, no puedes decirle a una Delta eso si tú tampoco estás seguro.

—Esta es una declaración de guerra el problema es que no sabemos quién es el enemigo de tantos que tenemos. 

—No deberías pensar en eso sino en tu familia. 

Ella se levanta del piso y retiene las últimas lágrimas para después caminar con la frente en alto, se lo que eso significa y sé que ella no va a dejar de actuar como una Delta, lo siguiente que pasará será una participación de ella en algún contraataque contra quienes hayan destruido en un solo día su ego.

—Te prohíbo que lo hagas, Tanya.

Ella me mira de regreso de forma fría y niega.

—No eres quien para hacerme prohibiciones, Borya.

—Estoy preocupado por las decisiones que creas que son mejores para tomar.

—No es algo que a ti te deba importar. —Ella me da la espalda lo cual nunca había hecho: —No te necesito ahora, dedícate a tu trabajo que yo voy a cumplir con el mío.

—Esto es diferente de todas las cosas que han pasado entre nosotros Tanya.

— ¿Diferente en qué sentido, Borya? —Ella me mira con ojos de supremacía y probablemente de odio: — ¿A que viene todo esto? ¿Me vas a dar lecciones por tomar un riesgo bajo tu cuidado? ¿Te diste cuenta que no soy un jodido cero a la izquierda?

Ella me mira dolida: —Tengo 23 años ya deja de tratarme como a la quinceañera que te arruinaba la mayoría de las noches cuando estabas teniendo sexo con alguna hembra, está situación no tiene que ver con nosotros cuando está más que claro que no hay (o no habrá) nunca un nosotros.

Eso es algo que nunca escucharía de sus labios, bajo mi cabeza y ella me deja sin armas para defenderme porque sé que tiene toda la razón.

—Haznos una gran favor a los dos, Borya. —Me dice. —Olvida todo de lo que fui contigo, eso es algo muy vergonzoso que quiero dejar atrás.

¿Olvidar?

¿Tengo que olvidarla a ella?

¿Por qué debo hacerlo?

Ella se va de mi vida, de mi corazón y de mi alma ¿Debería hacer algo?

Dejo nuestro drama a un lado, soy un hombre maduro que lo único que quiere es vivir pero ahora mismo quiero a Tatiana antes que a mi propia vida y todo ella significa La Manada Nórdica por encima. Iván y yo somos llamados para la reunión extraoficial y en el recinto de lo que queda de la Casa Mayor a la luz de la chimenea todos allí estamos para el asunto del asalto.

Hay incluso una discusión entre ellos que Stanislav, el padre de los Volkov primarios nos mete a Iván y a mí como si tuvieramos la culpa, pero no sé puede hacer mucho porque al igual que yo Iván estaba haciendo un trabajo para los ancianos de la Manada Nórdica.