[1] Capitulo 18.

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"Toda guerra tiene una alianza y toda aliza tiene una hermandad"

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"Toda guerra tiene una alianza
y toda aliza tiene una
hermandad"

Loreta Lialth  Nemesia Estryt

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Loreta Lialth Nemesia Estryt.

Las tropas del sur estaban más que preparadas, para atacar las montañas del norte donde nos estábamos mi padre y yo.

Era necesario que hiciéramos algo, sin embargo no sabíamos que debíamos, si luchar a favor de la guerra celestial o ir en contra e ir por mi hermana.

—Padre, es preciso que tomemos una decisión pronto. — repito una y otra vez, la visión que tuve mientras tomé un descanso por la mañana hizo que en mi 0echo se alojará un muy feo presentimiento el cuál aún seguía allí se que mi hermana está en peligro.

En esa visión Lexia moría por protejer nos algo que ambos obviamente no queremos y nosotros queremos ser quienes demos nuestra vida a toda costa por ella, es cierto nos alejaron por lo menos ella de mí pero no yo de ella.

—Lo se, pero tus ... — se aproxima de manera desdeperada y agustiada hacía mí.Preferí permanecer en silencio.—¿Solo era ella verdad? —cae en cuanta una vez que no digo nada. A lo que solo podía asentir.

Ver el dolor en su mirada me angustiaba, mentira fuera si dijera lo contrario. Es duro ver cómo todo por lo que luchas, lloras y sufres, cae frente a tus ojos, sin siquiera tu poder hacer algo para evitarlo o detenerlo siquiera, es imposible.

—Padre...— le digo cuando por fin encuentro mi voz.— no... —tomo una gran bocanada de aire para poder hacerle frente a este nudo en la garganta. —no quiero perderla.—suelto al fin. —quiero hacer muchas cosas con ella, ir al mundo en donde ella creció y yo enseñarle el mío, conocer sus miedos, las cosas que las hacen feliz, lo que la hace enojar pero sobretodo abrazarla. —pierdo por completo lo poco que me quedaba de estabilidad en mi garganta.

Me arrodilló por qué el mismo dolor insoportable. No podía soportar esto no otra vez, no está vez.

—Hija cálmate, desperas tu Dräcks y así no podremos escondernos.— si voz destilba a por montón temor. A lo ya estaba más que arta de esconderme no podía seguir no quería seguir así.

—Ya no...— me levantó del frío suelo. Lo miro desde arriba.— ya no me esconderé y mucho menos dejar que me acusen de injusticias y de cosas que jamás he hecho o haría,¡Ya no padre!—me aparto de él, me colocó mi traje protector y tomo la espada que mi madre me dejó, lo cual es lo único que quedó de ella, luego ser absorbida por el Mîgnāl.

Salgo de la casa con mi padre detrás de mi diciéndome que me detuviera. No podía dejar aquí ni mucho menos en este lugar así que si pensarlo, pienso en dónde quiero ir y el portal aparece dejando me ver el callejón de siempre, recuerdo que la primera vez que me puse a entrenar por mi cuenta llegué a este callejón por accidente y desde entonces vengo muy a menudo lo que mi padre desconocía completamente el hecho de que yo podía utilizar mi Dräcks y tampoco sabía que el portal llegaba a dar al mundo mundado.

—Loreta,¿Quieres...— cruzo el portal, quedó mudo por lo que veía. Miro la calle como estaba llena de autos circular para luego verme a mí. —¿Cómo es que?... — cruce el portal y le dí el dinero que tenía en una gran bolsa.

—Nada fue robado,— le digo cuando miro la cara de asombro en su rostro.— todo lo obtuve honestamente, —le digo nuevamente.—así  quédate tranquilo.— lo abrazo desde mi lado y el desde su lado así tiene que ser el tiene que estar en su hogar y yo en el mío no es justo que solo uno disfrute de su hogar  y este sienta nostalgia y corea peligro por esta en este. Me separó de él, le limpió sus lágrimas.— volveré con ella, te lo prometo.— acto seguido extiendo mi mano y de ella mi dedo meñique, que lo que ambos prometemos cosas.

—Te prometo cuidarme y no meterme en problemas.—dice el para irme más tranquila, a lo que asiento comprendiendo a la perfección. Nos damos otro abrazo para finalmente dar la vuelta y dejarlo allí.

—Portal,ya te puedes ir.— el portal se cierra. Abro otro para ir ala casa y tomar otras cosas que no tenía. Cierro mis ojos. — duerme y luego de ello esconderte hasta volver a sentir mi presencia venir.— todas las cosas empieza a desaparecer, salgo de la casa giro sobre mis talones y observo como aquella casa que me vió crecer desaparece.—Es mejor que lo sellé, —pienso en voz alta, cierro una vez más mis ojos para reunir muy buena concentración y no se desvanezca así por así. — tú no te muestres ante nadie y desaparece una eternidad si es necesario pero solo yo vendré a verte. —Tomo mis dos bolsos y los colo en mis hombros.  Iré al manantial a tomar agua para sentirme bien.—¡Portal!— aparece y aquella agua cristaliza me recibe. Sin más dilación tomo de esta y tomo una botella de mi bolso y la llegó de agua.

Una vez ya restaurado mi Dräcks procedo a hacer lo que tanto no quería hacer por qué es peligro si no se sabe hacer y mucho más requiere de mucha energía.

Cierro mis ojos con fuerza y extiendo mis brazos hacia el frente y dejo que mi visión y mi intuición me lleven a dónde ella se encuentra.— Tu portal, llévame a dónde el Dräcks de mi hermana lexia y permíteme estar a su lado.— la ventisca se detiene abro mis ojos y miro el interior de una casa. El ruido de una voces me hace darme cuenta de que es mejor que entre antes  de que me desconcentre y no lo pueda hacer otra vez.— borra toda presencia de mi existencia en este lugar y déjalo limpió de mí Dräcks. —tomo mis cosas y cruzo el portal.—Nos vos luego portal.— decir todo aquello para invocar a él portal me daba confianza pero sabía que era estúpido.

Dejo mis cosas a un lado. Y me preparo por si más de alguno d ellos que le oigo su voz es agresivo.

Me colocó detrás de una puerta de madera entre abierta.

—Ivonne, no crees que es demasiado.—ese nombre. Por la voz deduzco que es una mujer.

—No,—suelta con rudeza.— para encontrar la no me resulta demasiado.— el silencio reino en la habitación del otro lado de la
Puerta de madera. Hasta que oigo como tocan otra  puerta de manera y escucho como es abierta dicha puerta.

—Señores Dęvêrnáty Cõltė.—dice  un hombre al otro lado.—fue encontrada Lexia.— a lo que sin dudar abro la puerta y las tres personas me observan. Atónitas y sobretodo preguntado se que sucedía. Así que me bien el necesidad de decir quién era.

—Soy Loreta Lialth Estryt.—suelto amigable y con una mano saludandolos alegremente, a lo que estos me miran raro. ¿Así que no me creen eh?. Subo una ceja. Saco mi espada, en un ágil y rápido movimiento entierro mi espada.— que está espada  se entierre en mi ser, si yo no Soy hermana de Lexia. —aquella espada se levantó y se llegó a enterar a un pared pasando s
Cerca d mi cortándome un mencho de cabello pero sin llegar a lastimarme. Camino hasta donde está mi espada la saco de la pared y la guardo.—como dije... Soy hermana de lexia y quiero ver a mi hermana ahora.

No seré tan fácil d manipular y yo no dejaré que manipule a mi hermana mucho menos.

Lexia.✓ [El Origen De Los Sagrados Cristales 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora