Lexia.✓ [El Origen De Los Sagrados Cristales 1]

[1] Capítulo 19. Primera Parte.

"Todos somos uno solo
Sin embargo traicionar es
igual que siempre contra todo y a toda costa "

Calliope Nemesia Estryt.

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Lexia Astra Nemesia
Estryt.

Penumbra era todo lo que podía observar.

El incesante sentimiento de estar callendo eternamente en un profundo agujero hacía que mi corazón se agitará por el gran vacío que sentía en mi ser.

Sin embargo, al poder abrir mis ojos y ser conciente que  no están adentro de otro abismo, todo aquello cambiaba. De sentirme totalmente vacía y desolada, a estar completamente llena de brillante vibra y esperanza, de que si viviré y aquello fue...

—Despertastes al fin... — dicen detrás de mí.

Es cuando caigo en cuenta de dónde estaba y como estaba. Sentada frente a un ventanal es como estaba, espectante  en ver el maravilloso atardecer. Tenía puesta la misma ropa que recuerdo tener a lo que me ayuda mucho a qué presente aquella ola de recuerdos que en pertenecían y que no me pertenecían.

Me levanté del asiento y caigo otra vez al suelo.

¿Qué sucede?, Me preguntó a mi misma sin tener idea del por qué o que es que esto sucedía.

—Dę flœx åltâmįhėn pūrnæ hįlk
Grïmmìā vû â nœc.— 'ven a mi poder del corazón de Cristal y ayuda a vivir'

—¡No!— grité. Hizo que ella saliera tirada hasta dar contra las paredes y escuche como algo en ella se quebró.— Nîs Thåldîą.— susurré haciendo que el dolor cesará. Me levanté del suelo y fuí a su ayuda.— Ąn dēdãrtø lítœ põ xīf æws.—'Que todo en ella vuelva a su lugar y reparé'Se que vienen en camino, se por que mi madre se escapó de todo esto, no tengo que dejar que me vea.—Gīl.
—la tomé en mis brazos y la puse en mi cama, cambie su aspecto y luego el mío. Arregle el lugar y cuando estoy por contarme recuerdo que mis iris es lo único que se me había olvidado cambiar. Me voy al espejo a un lado de la cama y me observó, colocó mi mano en mi cara.— Soy idéntica...— digo pensando en voz alta. La puerta es abierta d in golpe a lo que por el espejo veo una figura de un hombre alto, muy músculo, de cabellos blancos tan blancos como la pluma de una paloma blanca. Luego me observó en el espejo, ya había cambiado mis iris de color.

Me doy la vuelta para enfrentar lo finalmente y este fue directo a dónde monica estaba dejándome con la palabra de la boca.