Un Amigo de Adrien

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Marinette

Un impacto me hizo caer al suelo.

Me encogí sobre el pabimento y con mis brazos cubrí mi cabeza soltando un grito.

Por un instante no supe que había ocurrido conmigo.

"sigo viva?"

Pensé que quizá mi muerte había sido tan rápida que no lo había notado pero, al abrir mis ojos, lentamente mire temerosa a mi alrededor y me moví despacio para ver si aún tenía mis extremidades completas o si solo era un espectro surgiendo de un cuerpo hecho pulpa.

"piernas, brazos, dedos... un solo torzo..."

Al notarme intacta, me incorporé sobre mis piernas y miré detrás de mí.

Un auto rojo muy alto y cuadrado había embestido el auto de Nathaniel atrapandolo entre la barda del aeropuerto. El pelirrojo estaba aturdido sobre el volante con heridas sangrantes, sin embargo, el auto rojo, que sin un rasguño se echó en reversa lentamente mientras bajaba la ventanilla y dejaba ver media silueta, parecía dirigirse a mi.

Al carajo, me largo! "

Rápidamente me puse de pie, tomé el saco del pelirrojo, mi bolso y los boletos que se habían escapado del bolsillo y comencé a correr.

Mis pies descalzos me dolían al pisar pero no quería detenerme y cerraba mis ojos a ratitos para ver a mamá y darme ánimos.

-¡NIÑA!

Una voz de mujer me llamó pero no quería detenerme.
Si la policía me atrapaba e interrobaga, Nathaniel seguro diría que lo golpee o que le robé, lo cual... era cierto pero, no estaba dispuesta a ir a la cárcel en especial cuando ese idiota se merecía cada golpe recibido.

Corría tan rápido como mis piernas me lo permitían y de mi pecho salía un aire caliente que contrastaba con el congelate aire de la calle.
Sentía que mis pulmones reventaban y que no podía respirar lo suficiente pero me obligaba a dar otro y otro paso.

" No puedo detenerme ahora, estoy muy cerca de volver"

Mis lágrimas caían por mis mejillas al sentir que tropezaba una y otra y otra vez hasta que caí, momento en el que escuché un motor detrás de mi.

- ¡NIÑA!

Mire el auto que había embestido a Nathaniel siguiendome y en este iba una mujer que al instante me dio alcance y me cerró el paso.

Trague saliva al verla bajarse y descubrir una mujer que parecía sacada de un cuento.

Su ropa era toda negra salvo la camisa y de estilo algo masculino pero ella se veía increíble, esbelta, y con un cabello corto, rojo flama que enmarcaba un rostro blanco como la porcelana del cual resaltaba unos enormes ojos azul eléctrico.

- ¡NO TE ATREVAS A HACERME CORRER, NIÑA! .

La mujer cerró su puerta y se acercó a mí con paso firme, me tomó del brazo con un agarre suave y me levantó como si fuese una hoja de papel.

Yo no hice nada!
¡Yo solo quiero ir a casa!
¡Yo solo quiero ver a mi madre!

Grite manoteando.

Notè un desconcierto en aquella mujer al escucharme y quitó de mi rostro el cabello que me cubría.

- ¿Eres china?
¿Eres Marinette?
Amiga de Plagga

Los ojos de la pelirroja se clavaron en mi cara aterrada que seguía suplicandole dejarme ir pero que al tiempo estaba extrañada de que hablara mi idioma.

Miss DiscordiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora