Tras comprobar que no hay nada sospechoso en la calle bajamos las escaleras y nos acercamos al coche que hay aparcado justo en el portal. Me ajusto un poco más el sombrero blanco que llevo puesto, metiendo mi llamativo pelo rubio dentro. Me resulta extraño ver a Vittorio con un abrigo diferente al que suele llevar y, sobretodo, con un sombrero que tapa parcialmente su cara.
- ¿De verdad crees que esto va a funcionar?- le susurro a Nino mientras me subo al vehículo. Él también lleva un traje diferente a su estilo.
- No es milagroso.- admite.- Pero si consigue que pasemos inadvertido ante los hombres de Juliano... bien está.
Vittorio se queda en el asiento del acompañante y Nino se sitúa al volante. Arranca y nos ponemos en marcha. Por la ventanilla trasera puedo ver que, a pocos metros de nosotros, nos sigue otro coche, con Leonard y Steven en él.
No estamos demasiado lejos de las oficinas del Gotham, pero el viaje transcurre en un tenso silencio. En un momento dado, Alicia extiende su mano y aprieta la mía, dándome ánimos con una sonrisa. Pero puedo notar que ella tampoco está tranquila.
- Ya hemos llegado.- avisa Nino deteniéndose frente al viejo y rancio edificio de dos plantas. Nada más verlo me vienen cientos de recuerdos a la mente y no puedo evitar sentir cierta nostalgia.
- Nino, Alicia y tú os quedaréis aquí.- ordena Vittorio. - Nosotros iremos a ver a White. Estad atentos a cualquier movimiento extraño.
- Por supuesto, jefe.- asiente el consigliere.
Vittorio y yo nos bajamos del coche y nos apresuramos a entrar en el edificio. Lo conozco, tomo la delantera, subiendo los escalones rápidamente. Cuando abro la puerta que da a las oficinas no puedo evitar emocionarme, pero dejo a un lado todas esas sensaciones y busco con la mirada a White, al que rápidamente localizo en su mesa de trabajo, al fondo.
Me acerco apresuradamente, seguida de cerca por Vittorio. Al notar el movimiento, White alza la mirada y nos mira sorprendido.
- ¡Elizabeth!- exclama extrañado.- Pe-pero... ¿qué haces tú aquí?
- No tenemos tiempo.- le digo en voz baja.- Necesito el periódico.
White me mira, sin ser capaz de reaccionar.
- Humm... vale... ehh... ¿cuál de todos?
- El que hace de puente, señor guardián.- replica Vittorio en voz baja.
Sus ojos se abren desmesuradamente por la sorpresa y echa un rápido vistazo a su alrededor.
- ¿Sois vosotros los que lo estáis poniendo todo patas arriba?- murmura mientras se levanta y se dirige al otro extremo de la sala.
- No, nosotros sólo hemos venido a ayudar a Stella.- Le respondo en el mismo tono.- Pero... no dejan de pasar cosas... imprevistas.
- Ya, llevan unos días pasando cosas raras.- me responde, sacando una llave y abriendo una habitación que nunca me había dado cuenta de que estaba allí.- Las cosas no transcurren como se supone que deberían hacerlo pero no consigo averiguar la causa.
Tira de un pequeño cordel junto a la entrada y se enciende una pequeña bombilla polvorienta, iluminando un cuartillo lleno de periódicos viejos apilados sin aparente orden.
Vittorio enarca una ceja.
- ¿Y ya sabes cuál de todos es?- se sorprende.
- Claro que sí.- replica White con una sonrisa.- No hay mejor manera de esconder algo que dejarlo a la vista.
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El Atril 5: Retorno
General Fiction¿Cómo puede ser? Matt le enseña a Anna una foto de una niña desaparecida, pero no hay duda de que se trata de Stella. ¿Podrán ayudar a la niña a escapar del libro?