CAPITULO 12

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Matt y Tony llegan al apartamento a la hora que tenían calculada. Han tenido en cuenta a qué hora atardece, ya que necesitan estar seguros de que Francesco, en caso de estar controlando la vivienda, se dé cuenta de que están allí, así que hemos pasado todo el día cuidando los detalles y preparando todo.

Mamá ha llegado un poco antes y tras dar un par de vueltas fingiendo buscar aparcamiento, ha continuado la búsqueda a pie, a modo casual.

Han restringido la búsqueda a aquella zona desde la que se pueden controlar las ventanas, ya que el bloque tiene dos accesos y Francesco lo habrá tenido en cuenta, pues será más fácil para él tenerlo vigilado de este modo. Y no ha sido un razonamiento erróneo: mamá lo localiza sentado con aparente calma en la terraza de una cafetería cercana.

- Ya he avisado a Tony.- me dijo cuchicheando en voz baja a través del teléfono. Antes de irse le supliqué que me fuese informando de todo y lo está cumpliendo al pie de la letra. - Se está tomando un chuletón con una copa de vino. No sé de dónde habrá sacado el dinero...

- ¿Dónde estás?- pregunto asustada. Mamá es muy capaz de haberse puesto a un par de mesas de distancia.- ¡No te acerques mucho!

- No te preocupes.- le resta importancia.- Estoy lejos, en otra cafetería. He usado el zoom del teléfono para ver qué hace.

- ¿Y entonces por qué hablas en voz baja?

- ... ay, hija no sé...- me responde a los pocos segundos, ya en un tono normal aunque algo avergonzado.

- ... ¿qué te ha dicho Tony?

- Que esperarán unos minutos antes de salir, para disimular un poco. La verdad es que el tío lo hace muy bien... nadie diría que está vigilando la casa. He tardado en pillarle mirando y no parecía importarle mucho lo que ocurría. Ah, parece que se marcha... voy a seguirle.

- ¡Por favor, ten mucho cuidado!

No sé si llega a escucharme, porque cuelga antes de poder terminar la frase. Lo siguiente que sé de ella es mediante un mensaje, diciendo que Francesco se ha subido a un coche y se ha quedado dentro, esperando.

Durante la siguiente media hora no recibo información de nadie y yo no me atrevo a llamarles para preguntar. Les he mandado mensajes a todos pero no me han respondido. La lógica me dice que es normal, que están ocupados en algo que requiere toda su atención pero eso no sirve para calmar mis nervios.

Una taza humeante aparece frente a mis ojos.

- Tómate esto.- me indica Salvatore.- Te va a dar un ataque como sigas así.

Miro sorprendida la infusión de tila, que va con dos bolsitas. Alzo la mirada hacia Salvatore, que ya va de camino a su eterno sillón.

Estoy a punto de agradecérselo cuando mi teléfono empieza a sonar. Al ver el nombre e Matt en la pantalla me apresuro a contestar.

- ¿Estáis bien?- suelto nada más establecer la conexión.

- Sí, tranquila. De momento todo marcha según el plan. Nos está siguiendo en un Ford azul... se parece a tu trappola, pero más nuevo.

No tengo claro si enfadarme o reírme por hacer chistes en un momento de tanta tensión.

- ¿Mamá está bien?

- Sí, no te preocupes. Le he dado algunos trucos para que le siga de una manera más discreta y ahora mismo es más importante que nosotros le veamos que lo haga ella. ¿Sabes algo de Blaisdell y Merlín?

Cuando mamá los dejó en el piso de Tony, les prestó el móvil de Salvatore para que pudiesen comunicarse con nosotros, pero no he recibido ninguna llamada.

El Atril 5: RetornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora