CAPÍTULO 8

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Apenas abro los ojos me sacude un intenso mareo. Me cuesta mucho no dejarme caer al suelo. A mi lado está Matt, con una expresión todavía algo confusa. Al otro, mamá, que tiene las manos fuertemente apretadas contra los ojos, mientras Tony mira a su alrededor, como esperando a que alguien aparezca en cualquier momento para pegarnos un tiro.

- ¿Estáis todos bien?- escucho preguntar a Caron con preocupación.

Voy a girarme para responder cuando noto un peso sobre mi regazo. Echo la mirada hacia abajo y veo a Laura, inconsciente.

- Ha funcionado...- murmuro. Mi voz suena tan débil que incluso a mí me sorprende.

- No la toques, Anna.- me advierte Matt, quien ya parece haberse centrado y se está poniendo los guantes de fregar.- Tony, la manta térmica.

Mamá se acerca a mí y me apoya la mano en el hombro.

- ¿Estás bien? Estás muy pálida.

- Solo... mareada. Necesito tumbarme un momento.

No necesito decir más: me toma con cuidado de los hombros y me ayuda a apoyarme sobre su regazo.

- Descansa, cielo.- me susurra, dándome un suave beso en la frente.- Lo has hecho genial.

- Caron.- escucho a Matt.- Te toca hacer tu parte.

El hada asiente con energía y se pone al lado de la niña. Casi con ternura apoya su diminuta mano sobre el brazo de Laura y empieza a emitir un tenue resplandor.

- Ay... pobre...- murmura Caron, conteniendo a duras penas un sollozo.- Qué mal lo ha pasado...

Nos mantenemos en silencio, sin atrevernos a decir nada, mientras Caron va absorbiendo la energía de los traumas y el dolor de Laura. Los minutos van pasando sin descanso y ella no parece terminar.

- Oye... soy yo... ¿o se está poniendo enorme?- murmura Tony.

Es verdad... no me había dado cuenta. Al principio era casi imperceptible pero en el tiempo que lleva Caron prácticamente ha doblado su tamaño. Ahora empieza a ir a tal velocidad, que casi podemos ver cómo su cuerpo se expande.

- Madre mía, ¿tanto dolor tiene esa criatura?- se horroriza mamá.

Pasan varios minutos más, hasta que finalmente Caron suelta a la niña. Nos mira y antes de decir nada, suelta un sonoro eructo.

- Perdón...- se disculpa, sonrojada.- Nunca había comido tanto...

La miramos incrédulos. De tener el tamaño aproximado de un dedo, ahora es como una muñeca de grande.

- Emmm...- logra reaccionar Matt.- ¿Está bien?

- No puedo garantizar que no quede ningún trauma.- explica, tratando de revolotear sin mucho éxito.- Pero creo que he extraído la inmensa mayoría. No recordará nada de modo consciente, pero a nivel subconsciente... no se puede saber.

- Tendremos que arriesgarnos.- suspira Matt.- Venga, tenemos que meterla en el coche. No perdamos tiempo.

Con sumo cuidado, entre los dos primos levantan a Laura, no tanto por el peso como por minimizar el roce y el riesgo de contaminación.

Me levanto poco a poco, con miedo a volver a marearme.

- Caron... ¿qué pasaba el el libro? ¿Por qué entramos en un punto distinto?

- Ha sido muy raro.- me dice torciendo el morro y sentándose a mi lado.- Justo cuando os solté, surgió una especie de ... ola extraña que os arrastró y os hizo caer en un punto diferente al que debíais. Como era un asunto tan delicado, decidí no sacaros sin más, pero me habéis tenido preocupada. Ni siquiera podía veros siempre, solo a ratos.

El Atril 5: RetornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora