Capítulo 14

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NARRA DANIEL:

La dejé en casa y me dispuse a dirigirme hacia mi casa, ya era prácticamente de noche y hacía frío, el tiempo estaba bipolar. Al llegar a casa me pongo a hacer la cena y luego me acuesto un rato en la cama, no a dormir, simplemente a descansar el cuerpo, hoy tenía pensado salir a pasear afuera a la noche, a la luz de la luna, al aire fresco.

Cuando se acerca la media noche, cojo una sudadera, y me pongo los cascos con música; y me dispongo a salir de casa.
No tengo mucho frío, pero aún así no quiero dejar atrás la sudadera, el tiempo, como anteriormente mencioné, esta bipolar.

Al llevar un rato fuera, andando sin rumbo fijo, acabo llegando cerca de la casa de Irene, y me doy cuenta de que, en la ventana de su cuarto, la cual está abierta, se deja ver una silueta joven masculina; no recuerdo que ella me dijera que tuviera hermanos...

No quería parecer psicópata, pero me pareció raro y preferí quedarme tranquilo sabiendo que todo estaba bien.

_Daniel02_: Hey, ¿todo bien?.

Tardó un rato en responderme, pero cuando lo hice... No podía creer lo que estaban viendo mis ojos.
Alguien desde su móvilhabía mandado una foto de ella completamente desnuda atada en una silla. ¿Qué mierda estaba pasando?.
No podía quedarme más tiempo pasmado sin actuar, tenía que hacer algo y lo tenía que hacer ya.

_Irene19: Puedo suponer que seas el imbécil que está ahora con mi novia. Ella es mía. Pero como sé que ese concepto no entra en tus neuronas...
_Irene19: Sé que estas debajo de la ventana, la puerta de la calle esta encajada, entra y ciérrala con llave por dentro. Te espero arriba.

Al decirme esto, me temo lo peor, y mientras que entro y pongo la llave por dentro, llamo a la policía y por código morse de los números que dan a teclear, le indico estado de alerta, con esto no creo que tarden mucho en rastrear la ubicación del teléfono y vengan a ayudarnos. Lo pongo en silencio pero con el altavoz puesto y lo meto en el bolsillo de mi pantalon con el micrófono hacia arriba.

Subo hacia arriba, y me dirigo a la habitación de Irene. Y allí estaban. No daba a crédito de nada de lo que estaba pasando. Ella... Ella estaba en la silla atada pero también, el le había vendado los ojos y tapado la boca.

Alex: Vaya... Vaya.. Vaya... Ahora tenemos al gato en la boca del lobo. ¿Vienes a salvar a tu princesa?. No vas a salvar una mierda. Este barrio está demasiado deshabitado como para que alguien se de cuenta de lo que esta ocurriendo. Y su madre -dijo señalándola a ella.- no va a estar aquí por unos días.

Daniel: Mira, yo no quiero problemas, bastantes hemos tenido ya. Y no creo que quieras meterte en más problemas de los que ya estás.

Alex: ¿Sabes qué? Te sugiero que dejes de decir tantas gilipolleces, no vaya a ser que te pasen factura... O a ella...-susurró acercándose cada vez más a ella.-.

Daniel: No te atrevas a rozarle ni un puto pelo si no quieres acabar muerto -dije comido de ira.-.

Él se acercó a ella sacando un cuchillo que había sacado de un bolsillo de su pantalón y se lo acercó al cuello. Este chico estaba perdiendo la cabeza y yo tenía que hacer algo, no podía dejar que le pasara algo a ella... Pero de repente se empezaron a escuchar sirenas de policía y antes de lo que canta un gallo estaban entrando en la casa, fácilmente, ya que no eché la llave, le engañé, simplemente la dejé como estaba, encajada.
Al entrar los policías en el cuarto, se percataron de que la chica estaba desnuda, y se lanzaron encima del chico que mantenía un cuchillo en su mano, inmovilizándolo.

Entonces fue cuando rápido cogí el cuchillo y rompí las cuerdas que la mantenían atada a la silla, cogí la colcha de su cama y se la enrrollé alrededor para que no se sintiera más incómoda de lo que era ya de por si esta situación.

Los policías tardaron un rato en irse, nos tomaron los datos y se llevaron al chico, se merece años de prisión por esto, se va a pudrir en la cárcel.

Cuando nos dejan solos la policía, ella, aun enrollada en la colcha, se echa a llorar sin compasión ninguna.
Mucho había aguantado... Sabría que llegaría el momento en el que se rompería.

No supe que hacer, ni que decirle. Así que solo me dispuse a abrazarla.
Los abrazos no arreglan nada, pero sirven de apoyo cuando alguien está mal.

Ella se sentía débil, y yo me sentía endeble al ver sus ojos derramar lágrimas.

¿Porqué cambiaste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora