Capítulo 15

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Cuando ella estaba un poco más tranquila, me levante de levante de su lado y me puse en cuclillas delante de ella, que estaba sentada en la cama.

Irene: Al dejarme en casa subí a mi cuarto y no me dio tiempo a nada... Todo pasó tan rápido que...

Daniel: No pienses más en eso, el ya está donde debería haber estado hace tiempo.

Ella agacha la cabeza y yo se la levanto tomándola por la barbilla.

Daniel: Ponte algo anda, hace un poco de frío y no quiero que te resfríes.

Dicho esto, ella, aún enrollada en la colcha, se dirige al armario, coge algo de ropa y se va al baño a cambiarse.

Todavía no termino de asimilar todo lo que le está pasando a esta chica...

Cuando ella sale del baño, se me queda mirando, puedo notar en su mirada que ha estado llorando.

Se dirige hacia abajo, y se sienta en el sofá, noto que empieza a sollozar y yo me siento a su lado.

Daniel: Irene, no arruines tu presente llorando por un pasado que no tiene futuro.

Ella apoya su cabeza en mi hombro, y yo le abrazo por la cintura.

No se me ocurre ninguna otra forma de calmarla, pero siempre me han dicho que los abrazos curan las heridas del corazón, y aunque no tengo mucha fe en ello, lo intento.

Daniel: ¿Has cenado?.

Irene: No... No me ha dado tiempo...

Dicho esto, me levanté de su lado y le preparé algo rápido de cenar.
Terminó de cenar y no había pronunciado ni una palabra.

Daniel: ¿Quieres hacer algo?.

Irene: ¿Como el qué?.

Daniel: No lo sé, ¿Qué cosas te gustan hacer?¿hobbies? -cuestiono mientras llevo los platos sucios a la cocina.-.

Irene: Pues no sé, me gusta cantar, escribir, dibujar supongo.

Daniel: ¿Cantas?¿Qué tipo de música?.

Irene: Pues siéndote sincera, de todo tipo, pero estoy intentando especializarme en la ópera.

Al contarme esto quedé fascinado, no podía creer que ella cantara ópera.

Daniel: ¿Cuál es tu cantante de ópera favorito?.

Irene: No me hagas elegir, tengo a Il Volo, Andrea Bocelli, Monserrat Caballé, Luciano Pavarotti, Sarah Brightman, Freddie Mercury...

Daniel: Freddie Mercury no es cantante de ópera -obvié.-.

Irene: Yo no opino lo mismo, Monserrat Caballé y el hicieron prácticamente un disco completo, y una canción de ellas es entera en español y ópera. Ella decía que el tenía una voz de barítono, pero que no quería ponerse a cantar cosas serias porque si no sentía como que estaría fallando a sus fans.

Daniel: Vaya, si que conoces el tema eh.

Irene: Cariño, una tiene que culturizarse para poder saber de ópera. Soy fiel seguidora de todos ellos.

Daniel: Ya veo ya. A la mayoría puedo decir que los he escuchado alguna vez, pero Andrea Bocelli e Il Volo no.

Ella me mira asustada, corre hacia su cuarto y trae de vuelta su móvil y conecta el bluetooth a un altavoz que hay al lado del televisor.

Irene: No puedo permitir que estés en mi casa sin haberlos escuchado.

Mientras dice esto parece estar muy concentrada en su búsqueda de música, me fascina el hecho de que se haya olvidado de todo lo que ha ocurrido gracias a el tema musical.

Irene: Te pondría la canción de Granada que la tienen cantada juntos, pero prefiero hacerte disfrutar de música de verdad por separado.

Empieza una armonía y ella se sienta con los ojos cerrados en el sofá, yo hago lo mismo.

Irene: Te presento Nessun Dorma, por Il Volo.

Ella, aun con sus ojos cerrados, empieza a tatarear por lo bajo, dejando sus voces por encima dr la suya. He de decir que la canción es preciosa, pero más preciosa me parece su voz cantando. No creí que fuera capaz de cantar algo así.

Irene: Bueno, y por último pero no menos importante, te voy a poner una canción de Andrea Bocelli con su hijo Matteo Bocelli, cantando la versión de fall on me pero en español, Ven a mí.

Esta chica, me enamora cada vez más, no quiero admitirlo pero es que no me queda de otra.

En una parte de la canción, se levanta y me indica que también me levante, así que le hago caso. Y empieza de nuevo a tatarear la canción.

Irene: Veeeen aaa mii, abráaaazamee, ven a mii, si quieres tuuu, si quieeeeres tuu, si quieeeeeeeeeres tuu. Si quieeerees tuu. Te puedo veeer, aunque cierre mis ojos te veréeee.

Mientras ella tatareaba, estábamos abrazados bailando dando vueltas como unos tontos. Me enamoré de su voz, puedo admitir que la sentía como una droga, una droga que querría consumir el resto de mi vida.

Empieza una armonía y ella deja de tararear, levanta la cabeza y me mira a los ojos. Yo no puedo apartar mi mirada de la suya, me sentía embobado en su mirada por completo.
Y sí, decidí besarla, pero un beso tierno, no uno de esos guarros, esto debía ser algo para recordar, estaba abrazado al amor de mi vida, basándonos con ópera de fondo. Un puto sueño hecho realidad.

Daniel: Cantas como los ángeles cariño... cantas como los ángeles -le dije apartando un poco nuestras caras.-.

¿Porqué cambiaste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora