Capítulo 10

8 0 0
                                    

NARRA DANIEL:

La verdad es que la habíamos pasado bien, esa chica es diferente, tiene algo que enamora y es igual de bella por dentro que por fuera.

Ya es la hors de merendar, así que decido darme una ducha y salir a merendar fuera, ¿porqué no?.

Salgo de la ducha y ne pongo unos vaqueros y una camiseta blanca, cojo una sudadera negra, la cartera, las llaves y me voy.

Al salir me monto en el coche y decido ir a echarle gasolina antes de ir a merendar.

Al entrar a la gasolinera, no puedo evitar coger dos paquetes de lacasitos, son mi perdición. Pago y salgo de vuelta al coche.

Al salir de la parada, me dirijo a la autopista, pues al lado del puente esta la churrería, así que la cruzo, pero me percato de una chica en mitad del puente, y no puedo creerme de quien se trata.

Aparco al lado de la churrería y corro hacia ella, por suerte no me ha visto, y también por suerte es una autopista poco circulada, ya que estamos en el culo del mundo.

Me acerco cuidadosamente y cuando estoy tras ella la abrazo y la tiro para detrás.

Diablos, llegué a tiempo...

Irene: Da... ¿Daniel...?-dice con los ojos rojos llorosos-.

Daniel: ¿Pero qué mierda haces?¿En qué estabas pensando? ¡Joder Irene!.

Irene: Lo... Lo siento... Yo sólo...

Daniel: ¡¿Tienes idea de lo que estabas apunto de hacer?!.

Ella se encoge y empieza a llorar desconsoladamente.
Creo que estoy siendo demasiado duro con ella, se ve que no está bien.
La intento consolar pero se aleja de mi y me desliza el móvil por el suelo, esta en una conversación de WhatsApp, supongo que me está diciendo que la lea, así que no dudo ni un segundo y leo la conversación.

Mierda ahora sí que me arrepiento de haberle hablado así, él la estaba amenazando de muerte...

Daniel: ¿Sabes donde vive?.

Irene: Sí, pero no quiero que...

No la dejo continuar, le cojo de la mano y nos dirigimos hacia el coche, no pienso dejar que el la maneje a su antojo.

Daniel: Irene dime la dirección de Alex.

Irene: Daniel no quiero que peleeis.

Daniel: Irene.

Irene: De acuerdo...

Me dice la dirección y empezamos el camino está tan solo a 5 minutos en coche, así que no nos demoramos mucho.

Al llegar, paro el coche y me quito el cinturón, pero justo antes de salir ella me coge la mano.

Irene: Daniel no quiero, tengo miedo, vámonos por favor.

Daniel: Irene, por favor.

Ella agacha la mirada y me suelta la mano, yo me bajo del coche, pero veo que ella no hace lo mismo, me dirijo a la puerta de su asiento y la abro.

Daniel: Irene, te quiero.

Ella empieza a sollozar de nuevo y la abrazo.  Le cojo de la mano y la invito a salir del coche, cierro la puerta y nos dirigimos a la puerta de su casa.

Aún cogido de su mano, llamo al timbre de la casa. Y poco tiempo después habré la que supuestamente tiene que ser su madre.
Ella al ver a Irene llama directamente a Alex, sin dirigirnos ni una sola palabra, deja encajada la puerta y se va, a los pocos segundos el aparece, y pone una sonrisa de lado, parece imbécil.

Irene: Hombre, la infiel, qué, ¿leíste mis mensajes?.

En cuanto termina de decir eso, le suelto la mano a Irene y le pego un puñetazo en la cara a el chico y cae al suelo, aparece la madre de fondo, pero me da igual.

Daniel: Aprende a respetar a las chicas, y más a la que supuestamente era tu novia, patético. Te he devuelto lo que tu le hiciste ayer, ahora estamos todos en paz.

Alex: Me las vas a pagar cabrón.

María: Soy la madre de Alex, ¿se puede saber que está pasando aquí?.

Daniel: Mira, soy el amigo de Irene, ayer tu hijo le dejó a ella un ojo morado y nos amenazó a los dos, hoy le ha vuelto a amenazar a ella por teléfono de muerte y ella ha estado apunto de cometer una locura por culpa del orgullo de su hijo. -cogiendo de nuevo la mano de Irene.- Así que le recomiendo mantener a su hijo vigilado, porque al próximo mensaje, amenaza, golpe o cualquier tipo de acoso que ella vuelva a recibir, le denunciaré.

Nos alejamos ambos de la puerta y me giro una vez más para ver la cara del chico, ahora con un lado morado.

Daniel: Aprende a respetar a las personas. -dicho esto, nos volvemos los dos juntos al coche, pero con un peso quitado de encima.-.

¿Porqué cambiaste?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora