Titanes del Pacífico || Pacific Rim

Capítulo V

— Sígame señor Becket, creo que le gustará ver su jaeger—. Dijo Keira.

—Por favor, solo dime Raleigh

—Okey, Raleigh—. Dijo con una sonrisa.

La chica comenzó a caminar en dirección al área donde se reparaban a los jaegers, a lo que Raleigh la siguió hasta que finalmente llegaron.

La chica se detuvo, miró al piloto y con su mano señaló al robot.

—Ahí lo tienes

Raleigh miró a la dirección donde Keira le señalaba y el asombro regresó a él.

Tenía a Gipsy Danger frente a él, después de tanto tiempo.

—Que maravilla—. Dijo sin despegar la vista del jaeger. —Es una belleza, quedó como nuevo.

—Mejor que eso—. Dijo Keira llegado hasta el. —Ahora tiene un reactor nuclear de doble núcleo, ahora es un robot único.

—Siempre lo fue—. Contestó con una sonrisa.

—¿Qué tal tu vehículo, niños Becket?—. Preguntó un hombre detrás de nosotros. —Casco de hierro sólido, sin aleaciones y cuarenta motores por fibra óptica.

Aquel hombre apareció frente a ellos, Raleigh lo reconoció enseguida, soltó sus cosas y lo abrazó.

—¡Tendo!Que gusto verte.

—Igualmente hermano y entonces ¿qué te parece?—. Refiriéndose al jaeger

—Asombroso, no creí volverlo a ver y ahora....

—Hicieron un gran trabajo ¿no es así?

—Sin duda. Gracias

—No me agradezcas a mi—. Contestó Tendo alejándose de él y caminando hasta la chica.

—Agradéceselo a esta bella dama—. Dijo mientras ponía un brazo sobre sus hombros y la acercaba a el. — Ella se encargó personalmente de buscar lo que quedaba del jaeger y armarlo desde cero, es una genio.

—Ya basta Choi—. Contestó ella riendo mientras se separa de su amigo. —Debo llevarlo a su cuarto.

—Bueno no les quito más su tiempo—. Contestó con una sonrisa pícara mientras subía y bajaba las cejas, insinuando que entre ellos dos había algo.

Keira solo rodó los ojos.

—Sígueme—. Le ordenó a Raleigh.

Cuando salieron finalmente del hangar de los jaegers, Keira condujo al muchacho entre algunos túneles para finalmente indicarle el lugar donde dormiría.

—¿Cuál es tu historia? ¿Solo reparas jaegers viejos y acompañas al mariscal a todos lados? No lo creo—. Preguntó él, mientras acomodaba sus cosas y luego volteó a verla, debía reconocer que la chica frente a él si era muy bella, pero había algo más en ella que quería saber.—¿Eres piloto?

—Temo que aún no, pero es algo que llevo deseando desde hace mucho tiempo.

—¿Qué has hecho en el simulador?

—cincuenta y cinco pruebas, cincuenta y cinco ganadas—. Dijo con una pequeña sonrisa orgullosa.

—Vaya, eso es impresionante ¿no eres una de las candidatas mañana?—. Preguntó con intriga.

—Temo que no—. Contestó ella con cierta decepción. —El mariscal tiene sus motivos.

—Siempre las tiene ¿no es así? Pero con tantas victorias no me imagino cuáles pueden ser.