Raleigh ya se encontraba dentro del Jaeger, solo estaba a la espera de su nuevo copiloto
Dos pilotos a bordo—. Dijo la voz de la IA
—Tomaré este lado si no te importa, tengo mal el brazo izquierdo—. Dijo sin mirar a quien sería su nuevo compañero.
—Claro—. Dijo una voz conocida, a lo que el chico levantó su mirada y sonrió en cuanto la vio. —¿No vas a decir algo?
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—¿Para qué? En cinco minutos entraras en mi cabeza—. Contestó el rubio aun con una sonrisa. —Te ves radiante.
La chica solo sonrió tratando de ocultar el rubor de su rostro.
Pilotos a bordo, listos para el enlace
—Preparen el enlace neuronal—. Ordenó el mariscal
—Iniciando enlace neuronal—. Respondió Tendo.
—Bien, ya no estamos en el simulador Keira—. Decía Raleigh mientras apretaba algunos botones del jaeger para preparar todo. —No persigas los recuerdos, los impulsos cerebrales aleatorios, las memorias, todo eso, déjalo fluir y quédate en el enlace.
Enlace de interfaz neuronal iniciada
En ese instante el enlace comenzó, ambos comenzaban a ver sus recuerdos, sus memorias, sus momentos más felices y los más tristes.
Keira podía ver y sentir todo lo que Raleigh había vivido con su hermano y Raleigh podía ver todo lo que Keira vivió y sufrió con su madre, ahora entendía porque su conexión con Pentecost y Mako.
Un violento golpe los sacudió a ambos pero lograron estabilizarse, logrando así enlazarse.
Hemisferio derecho...calibrado
Raleigh levantó su brazo a lo que el jaeger lo imitó
Hemisferio Izquierdo....calibrado
Keira hizo el mismo movimiento con su brazo izquierdo
Listo para activar el jaeger
—Mariscal debe ver esto—. Decía Tendo sorprendido mientras veía los resultados, a lo que Pentecost se acercó a él.
—¿Qué sucede?
—Su enlace es realmente fuerte y estable, lograron una conexión casi perfecta, tiene un 95%.
—Jamás había visto un número tan alto—. Respondió Herc Hensen, igual de sorprendido.
Pentecost iba a hablar pero se vio interrumpido.
—¡Comandante! ¡Comandante!—. Exclamaba el Dr Herman, mientras entraba de manera rápida al lugar. —Tengo que hablar con usted.
—Ahora no señor Gottlieb—. Respondió el mariscal mientras regresaba su atención a la prueba del jaeger. —Comprenderá lo importante que es este momento.
