Roxy estaba en la cocina, terminando el almuerzo y dio un salto cuando nos vio a los dos ingresar. Rápidamente se quitó el delantal, arregló su cabello y puso una sonrisa grande en su rostro. A Roxanne le gustaba Brandon. Le gustaba mucho.
Ella había estado viendo a Jaime hacía unos meses, a pesar de la diferencia de edad, ellos habían estado "saliendo". Pero a mi hermana, en realidad, siempre le había gustado Brandon.
Rodé los ojos mientras ellos compartían un saludo y fui por agua a la heladera. Me giré a observarlos y suspiré. Bueno, objetivamente hablando, Brandon era un sujeto guapo. Su cabello rubio ceniza acentuaba sus ojos verdes oscuros, su piel, bronceada por el sol de sus últimas vacaciones hacía resaltar sus gruesos labios rosados. Era evidente porqué era que mi hermana babeaba por él, pero vamos, el tipo tenía como 10 años menos que ella, eso era una idiotez. Además de que él había estado enamorado de Piera, y quizás, aún lo estaba.
—Me parece perfecto —dijo riendo como una estúpida. —Me alegro que puedas ayudarla así, en serio, eres un buen hombre.
¿Buen hombre? Suspiré. Ella tenía que estar desesperada. Era el mejor amigo de su hermano, el mejor amigo del sujeto con el que había salido sólo algunos meses atrás, el ex novio de Piera, era mi amigo, mi profesor. Lo sabía, lo sabía porque era un mantra que me repetía constantemente. Sobre todo cuando mis ojos se quedaban en él más de tiempo debido, cuando mi corazón quería alocarse por algún gesto amable de su parte.
Roxy tenía un punto. Brandon era bueno. Era lo mejor que le había pasado a Piera en su momento, nunca entendí cómo pudo dejarlo, él realmente la miraba como si no viera a nadie más en ese mundo. Supongo que su amor por Fidel era más fuerte, esperaba que así lo haya sido porque sino, haberlo dejado, había sido la peor decisión de su vida.
—¿Te quedas a almorzar? —consulté atrayendo su mirada coqueta a mí.
—Deberías —dijo mi hermana tirando su mano a su antebrazo para darle un suave apretón.
En serio, quería vomitar.
Asco.
—Lo lamento, pero me esperan en casa —dijo dándome una gran sorpresa. Él no había estado en una relación desde... ¿Nunca?
Roxanne dejó caer su brazo junto con su esperanza y asintió en conformidad.
Brandon hizo un gesto con su cabeza, a la salida, y lo seguí para despedirlo. Me crucé de brazos sobre mi pecho y le di una mala mirada. Él debería haberme contado que tenía a alguien, yo merecía saberlo.
—No creo que necesites de mí para limpiar tu basura —dije de mala gana. Él me observó alzando sus cejas y escondiendo una sonrisa.
—Tienes el permiso de Roxanne ¿Por qué no quieres?
—Pues, dile a esa mujer que limpie por ti.
—¿A Roxy?
—A la que te espera en casa —respondí entrecerrando los ojos. —Merecía saberlo antes que mi hermana. Somos amigos Brandon. Me siento estúpida justo ahora.
Él rompió en carcajadas. Sus fuertes risas retumbaron por el lugar antes de que sus brazos se envolvieran en mi cuerpo para llevarme hacia él.
—Ay nena —suspiró dejando un beso en mi cabello. —Ven esta tarde y la conocerás. Lamento no haberlo dicho antes.
—No quiero ir —aseguré separándome de él con un fuerte empujón. —No iré.
—Yo creo que deberías, se llevarán bien.
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Nuestro Secreto
Teen FictionLucila Di Girólamo había crecido rodeada de mentiras, amores imposibles, relaciones fallidas. Siempre se había sentido sola e incomprendida y la adolescencia había llegado en un mal momento, pero ella quería hacer la diferencia, quería apartarse de...