20. El día más feliz de mi vida.

470 66 75
                                    


Todo pasó rápido luego. 

Muy rápido. 

De pronto me encontré parada frente a un montón de personas, recibiendo mi diploma, recibiendo una beca que cubría mis estudios y siendo aplaudida por mi familia y mis amigos.

Todo iba más que bien. Incluso mis padres faltaron a la ceremonia cuando había amenazado a Roxanne con aparecerse por allí, pero finalmente no lo hicieron. Tuve la impresión que Chat, el ya oficial novio de mi hermana mayor, había tenido que ver. Resulta que el tipo tenía un cargo importante en la policía y les había dicho algo que los había espantado. Quería agradecer al sujeto luego, aunque aún no me agradara del todo.

Mis hermanos habían viajado para celebrar y, aunque Roxanne no saludó a Piera o Fidel, pudieron compartir un mismo espacio y hasta nos sacamos una foto. En esa foto también estaban Brandon, Jaime y Dante. Brandon estaba a mi lado sujetando secretamente mi mano. Me sentía extasiada.

Tuvimos una fiesta en casa de Dante y todo fue maravilloso. En algún momento, cuando Brandon me abordó en el patio para darme un fuerte abrazo y un beso en la comisura de mis labios, pensé que iba a ser el momento en que saliéramos, en que le dijéramos a todos que nos amábamos y estábamos juntos, pero no pasó.

Los muchachos se retiraron temprano para festejar su reencuentro en algún bar y yo me quedé con Roxanne hasta que Abril vino por mí. Teníamos un brindis con nuestros compañeros de curso y me había animado a ir, yo quería ir porque había muchachos importantes para mí, como Greg, Hitch y en cierta medida Max. Unos minutos con ellos, siendo una adolescente normal, no mataría a nadie. Además, luego podría dejarme caer en casa de Brandon y terminar con el día más feliz de mi vida.

Comenzó a llover cuando salimos del bar. Odiaba la lluvia, esa lluvia pesada que casi se había llevado a Fidel una vez, la que había puesto en el hospital a Ignacio un poco después, la que había matado a Gigi, la hermana de Ignacio. No me gustaba, porque siempre traía desgracias, pero no me importó porque yo me sentía especial esa noche, yo no tendría esa suerte horrible de esas personas y tantas otras, así que me subí con Abril y Greg y les pedí que me llevaran con Brandon. Para ese momento él ya estaría en casa, y sino yo lo esperaría.

Greg no sabía dónde estábamos yendo, pero no se opuso, hacía mucho que no compartíamos tanto tiempo juntos y él estaba contento de tenerme allí. Además, él se iba a estudiar a la ciudad también, con Hitch y ambos habían prometido frecuentarnos seguido.

Yo les había contado que no iría de inmediato, quizás a mediados de enero para ir a buscar un lugar para vivir, pero a ellos no pareció importarles, querían verme allí, volver a tener lo que teníamos antes de que Candela (la que se había olvidado completamente de ellos) se enojara incoherentemente conmigo.

Greg me dejó en la acera y me despedí de Abril corriendo a ocultarme de la lluvia bajo la luneta hasta que los vi perderse en la esquina. Luego me giré, saqué mi llave e ingresé.

Fue como un maldito Déja vu, pero con algunos grandes cambios.

No había música en el lugar, sólo la fuerte lluvia golpeando el techo y las ventanas llenaba el silencio del lugar. Eso y esos ruidos.

Ambos estaban en el sillón. Brandon estaba sentando relajadamente con ambos brazos extendidos en el respaldar del sofá y sus ojos fijos en la cabeza rubia que subía y bajaba en su entrepierna.

Me congelé en mi lugar, eso era casi irreal. Brandon nunca me engañaría... él me había elegido por sobre ella, ella no significaba nada para él, eran amigos, colegas, yo era suya, él era mío, Débora no era nadie. Ella no

Nuestro SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora