Pensé varias hipótesis mientras las horas pasaban.
La más fuerte que tenía era que Luce no había querido despedirse de mí para que no me sintiera obligado a sostener una relación clandestina a distancia ya que el tema de la revelación a sus hermanos y amigos, era una discusión que teníamos con frecuencia durante el último tiempo. Pero luego pensaba que no tenía sentido que no hubiera dicho siquiera nada respecto a irse sin despedirse, ella no lo hubiera hecho por eso.
Respondí la llamada de Fidel a las diez de la noche de ese mismo día, sólo porque quería saber si ellos le habían dicho a Luce lo de Débora. Mi ex mejor amigo dijo que no sabía nada de Lucy desde la noche anterior y que ni siquiera Piera sabía de mi amorío. Lo insulté una vez más y bloqueé su teléfono. También bloqueé a Jaime.
Piera me escribió unos días después para decirme que Roxanne la había llamado. Fue en ese momento en que supe que todo estaba más que mal. Ellas no se hablaban bajo ninguna circunstancia.
Roxanne le explicó a Piera que Luce se fue del poblado en un estado emocional extremadamente preocupante, no dejaba de llorar y pedir disculpas, y cuando se calmó le rogó que no le dijera nada a nadie de su ubicación, ni siquiera sus hermanos. Roxanne dijo que no había ido a la ciudad donde quería ir a estudiar anteriormente, que se la habían llevado a otro lugar. Por supuesto había mentido, pero supongo que tenía un punto: que nadie la encontrara en ese momento.
Piera dijo que Roxanne creía que se había peleado con su novio, Max, que éste le había hecho algo horrible pero que aún no estaba lista para hablar de eso y que no la presionarían. Quería tiempo y se lo darían. Se disculpó conmigo por no poder decirme nada más. Yo era quien más sentía no podía decirle nada más.
Dos meses después me mudé porque los recuerdos de ese lugar eran demasiado dolorosos y porque Jaime no dejaba de ir a golpear mi puerta. Insulso pensé en dar en adopción responsable a Minerva, pero no pude. Dejarla ir sería como dar por terminada mi historia con Luce y no estaba preparado para aceptarlo.
Entendía que ella necesitaba espacio y tiempo así que sólo preguntaba de vez en cuando a Piera o Roxanne si sabían algo de ella. Roxanne era quien estaba más al tanto de todo, y varias veces me dijo que a pesar que la veía entera le preocupaba su conducta... ¿cómo había dicho? Promiscua. Luce nunca había sido promiscua ni mucho menos.
Una vez llamé a Rocco. Él y yo no éramos amigos ni mucho menos, pero como quien no quiere la cosa le pregunté sobre algunas cuestiones de trabajo y deslicé la pregunta por su hermana. Me dijo que la veía seguido y que últimamente creía que estaba mejor. Fue allí cuando confirmé que estaba en la ciudad y pensé que ya había sido tiempo suficiente, que quería y necesitaba verla. Y sí, me llegó la invitación de la boda de Piera y Fidel, pero por supuesto eso no tenía nada que ver con encontrarla nuevamente, sino más bien mis ganas enfermizas de recuperar lo que teníamos y dejar de ser un cobarde una maldita vez.
Cuando arribé a la cuidad, luego de no haber dejado nada más que a mi mascota atrás, me senté por mucho rato en una cafetería a pensar en cómo encontrarla. Luego simplemente llamé a Rocco una vez más, le conté que estaba en la ciudad y que quería ver a Luce, sin ningún cuestionamiento me dio su dirección y su número de telefóno, porque yo era una persona de confianza para ellos, porque yo era familia, nunca lastinmaría a nadie de la familia.
No esperé ni un minuto para ir al lugar indicado y cuando la vi tuve que recordarme que ella y yo ya no éramos nada, y sobre todo, que había público en ese momento. Abril sabía de lo nuestro, pero ese Iniestra no, por lo que no podía tirarme sobre ella y comer sus labios mientras mis manos se ajustaran en su trasero de esa manera tan natural. Aforundamente los intrusos se retiraron unos minutos, pero lo que nada de un reencuentro emotivo tendría lugar allí porque ella me había visto. Ella con sus propios ojos sabía más de lo que yo sabía de lo que había ocurrido esa noche, y a pesar de que no me estaba echando de su casa o tirando cosas en el peor de los casos, su actitud fría y distante, me decía que no estaba todo tan bien como lo quería hacer creer.
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Nuestro Secreto
Teen FictionLucila Di Girólamo había crecido rodeada de mentiras, amores imposibles, relaciones fallidas. Siempre se había sentido sola e incomprendida y la adolescencia había llegado en un mal momento, pero ella quería hacer la diferencia, quería apartarse de...