Taeyong era la persona más impaciente que había conocido en el sexo. Impaciente, caliente e insaciable.Entre besos hambrientos y caricias necesitadas, pudimos llegar hasta mi cuarto. Los dos estábamos ebrios pero lo suficientemente conscientes para saber lo que estábamos haciendo. Estuve tan perdido en besarlo y tenerlo que quitarle la ropa no fue difícil. Lo hicimos tan carnal como fue posible, la pasión y la atracción reprimida estalló con nosotros llevándome al mismísimo infierno. Sus gemidos eran demasiado bajos pero tan calientes que cualquier otro gemido de otra persona grabado en mi mente no le llegó ni a los talones.
Lo hicimos en mi cuarto, en el suyo, en la barra de la cocina, en la bañera, en el sofá, en mi oficina del bar, en mi auto y en donde teníamos oportunidad para ser franco. Pero un lugar en especial se había convertido en mi favorito. Lo hicimos en el gran ventanal, él apoyando sus manos en el cristal y yo follándolo por detrás mientras se veían las luces nocturnas de la ciudad. Era tan excitante pensar que estábamos siendo exhibicionistas y la vista...Dios la vista era lo mejor de todo. Taeyong desnudo y la ciudad eran lo más hermoso que habían visto mis ojos.
—¿Jae?—Taeyong acababa de entrar al apartamento pero yo no me había dado cuenta, demasiado perdido pensando en lo que habíamos estado haciendo estos últimos cuatro meses.—¿Me escuchaste?
—No.—le dije mientras limpiaba con un trapo el ventanal. Todavía estaban marcadas sus manos de la noche anterior.
—Te estaba diciendo que Yuta regresará hoy.—Taeyong se rascó la cabeza con un gesto desilusionado.—Creo que tuvo problemas en el paraíso con Mark.
—Oh.—seguí limpiando el vidrio.—Es una pena pero su cuarto está tal y como lo dejó, así que no tendrá que restablecerse demasiado.
No me preocupé por mi amigo, Yuta y Mark solían tener problemas por los padres de este último pero siempre regresaban. Si fuera otra situación más seria, Nakamoto me llamaría.
—Bueno eso es cierto. ¿No tienes curiosidad de qué habrá pasado?
Taeyong ahora estaba acostado en el sillón mientras me veía limpiar. Era genial el ventanal pero estaba demasiado grande a la hora de limpiarlo. Yo negué con la cabeza sabiendo que me estaba observando.
—Los padres de Mark no apoyan su relación con Yuta. Incluso me sorprende que haya durado en casa de Mark más de cuatro meses.—dije soltando todo el aire de mis pulmones.
Por fin acabé de limpiar pero Taeyong no decía nada.
—No te preocupes ellos regresarán.
Pasaron varios segundos donde sólo escuchaba mi vinilo con el álbum de Frank Ocean. White Ferrari me daba demasiada tranquilidad y pude apreciar la ciudad a la luz del día mejor.
—Ya no podremos hacerlo aquí ¿verdad?—cuando me giré para verlo, tenía un gran puchero. ¿Era eso lo que le preocupaba?
—Probablemente no. A menos que quieras a Yuta de espectador...
De tan solo imaginármelo me ponía incómodo.
—Oh Dios no. Soy muy liberal pero hay límites.—dijo riendo y acomodándose para sentarse en el descansabrazos del sillón.—Ven.
Yo levanté una ceja pero me acerqué de todos modos. Mordió su labio inferior mientras tomaba de mi cinturón y me acercaba hasta estar rodilla con rodilla. Conocía esa mirada pero sus ojos en vez de recorrer mi cuerpo como a principios de nuestro "pacto" de amigos con derechos, se mantuvieron en mi rostro. Me veía diferente y me asustaba la intensidad de emociones que creaba en mi interior.
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No te enamores de mí [JAEYONG]
FanfictionTaeyong y relación seria simplemente no van juntos. [JAEYONG]