°Perderte°

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🔘 La oscuridad invadió el cielo, las únicas fuentes de luz era las lámparas de los autos que pasaban en la autopista y la de su auto.
Lance estaba sentado en la cera, apartando la mirada de Walter. No quería intimidarlo y que volviera a temer dé él, pero tampoco podía evitar sentirse molesto por la confesión del castaño.
El pequeño caminaba apenado y temeroso intentando tomar una postura responsable.

⚪ -Lance yo... Lo lamento, realmente no sabía lo que hacía. - intentó tomar el hombro de Lance pero este lo apartó agresivo para después levantarse-

⚫ -¿Tienes la idea de lo que me hace sentir? ¿Cómo crees que me hubiera sentido si no te hubiese podido salvar?
¿Cómo es posible que hayas podido preferir la vida de ese bastardo antes que la tuya? Eh? Dime, porque que enserio me muero de ganas por saber. No sé que hubiera hecho si te hubiera perdido. Porque no sabes la angustia que sentía cuando casi no despertabas. Entonces dime!

⚪ -¿Quieres oír la verdad? La verdad es que lo hice sin importarme si moría porque estaba harto de vivir, ser yo no sólo es ser amable con todo el mundo Lance! Todos haya afuera me odiaban antes de que salvaramos al mundo. Aguante insultos, groserías, humillaciones y burlas para estar donde estaba. Y tú enserio crees que yo era feliz... Pues no! Lance, no lo era! Perdí a mi madre y a mi abuela, y ellas eran las únicas personas que tenía. Pero eso tú no lo entiendes.

Las lágrimas invadían sus ojos azules, y su forzada postura responsable se caía a pedazos hasta sólo quedar un chico débil y vulnerable. Las caras de sus seres amadas de Walter invadían sus recuerdos, mientras un frío infernal de colaba por su espalda.

Los fuertes brazos del moreno rodearon sus delgadas caderas y sus manos abrazaron su espalda, haciendo que toda la frialdad se esfumara. Mientras recargaba su cabeza en el frágil hombro del castaño, ambos sentían su respirar; el del moreno era penetrante y caliente, el del niño era un tanto agitado y cálido.

Walter temblaba, no sabía que hacer ni como actuar. Sentía que su corazón saldría de su pecho, sus manos temblaban al igual que sus piernas, sus pensamientos eran un desastre y no sabía que decir. Hasta que junto la valentía para abrir la boca y hablar, el moreno lo interrumpió, cómo si le hubiera leído la mente. Apartando la cabeza de su hombro, posando su mirada dorada en sus ojos azules, y tomando con ambas manos su pálido rostro dejando al castaño mudo;

⚫ -Cuando vi el submarino explotar, yo, no pude aguantar el llanto. Le implore a ese bastardo que no lo hiciera, le gritaba que eras inofensivo. Pero su mirada era fría y vacía, no quiso escucharme y mando esos drones a dispararte. Te juro que por un momento todo se detuvo para mí, creí que... te había perdido... Y es que había encontrado un lugar en ti, tenías razón. Al principio eras una molestia para mí pero, después cuando te vi en Venecia con esa mirada perdida y llena de ilusión, algo en mi cambio, algo decía dentro de mí que debía protegerte y no dejar que te apartaras. Pero sabes cómo soy, las palabras no son lo mío, no sabía cómo decirte todo esto... No quiero perderte Walter Beckett. Eres todo lo que tengo.

Mientras que el moreno esperaba un rechazo por parte del castaño, este se acurruco en su pecho y recorrió sus manos hacia su espalda para aferrarse a él suavemente, oliendo su perfume varonil, dejándose llevar por la fragancia dominante. Durante el cálido abrazo el castaño sonreía con lágrimas en los ojos y su pálido rostro estaba sonrojado. En ese momento las calientes manos del moreno se posaron en las caderas temblorosas del castaño y lo elevó, sosteniendolo en sus fuertes brazos al mismo tiempo que colocaba su cabeza en el pecho del niño. Al chico no le quedó de otra, se abrazo a él;

⚪ -¿Por qué me haces esto? Sterling... Estás confundiendome, justo ahora estoy confundido con mis sentimientos. No quiero sentir nada por ahora. Realmente no entiendo que somos tú y yo... Y tengo miedo, mucho miedo.

Y es que no era para menos el dolor del castaño, a ver perdido a su madre y abuela, ser violentado por todos en la agencia y escuela.
No obstante, una pareja de extraños que se hacían decir sus tíos, que sólo le llenaban la cabeza de problemas. Todo el tiempo estaban tras de él exigiendo más de lo que el chico podía ofrecer, haciendo que sus niveles de ansiedad aumentarán y si el chico ya tenía problemas alimenticios, junto con todo esto sólo empeoró. Su cuerpo se veía más delgado de lo normal, sus ojos estaban ojerosos, tenía marcas en la piel y cuello que ocultaba con ropa olgada y vendas.
Su carácter tampoco era el mejor, el joven amoroso, amable e introvertido se había convertido en un chico temeroso, reservado y limitado en cuanto afecto físico.
Pero mientras todos esos pensamientos pasaban en un hilo, el moreno bajó despacito al castaño;

⚫ -Entiendo, lo lamento... Creo que no volveré a ponerte una mano encima. -dirigiendose a su auto, le abría la puerta amablemente al castaño-

El chico realmente quería decir algo más para enmendar ese momento, pero su timidez era más fuerte. No pudo hacer más que aceptar subir al auto.
En el viaje, el moreno le mostró su bolso que había olvidado, apenado le confesaba que había leído la mitad de su libro y que no podía negar que la historia era muy empalagosa pero interesante. El castaño sostuvo su bolso en sus manos y sonreía por encontrar todo en orden, al igual que se sentía algo extrañado por el interés de moreno.
Al cabo de unos minutos a mitad del camino, el pequeño sacó una tarjeta de su mochila, la sostenía en sus manos frías...

- mira... La hice para ti, hace un tiempo que la tengo guardada. Ábrela cuando yo no esté, me da mucha vergüenza-

- Te lo agradezco Walter - decía al mismo tiempo que sonreía

- Ahora ¿Quieres que te lleve a tu casa o quieres quedarte a cenar? - mencionó el moreno mientras detenía el auto nuevamente.

El castaño lo pensaba demasiado, cómo si en su cabeza creará escenarios alternos de muchas opciones. El moreno lo veía detenidamente, examinando cada gesto y movimiento para determinar si algo ocurría con el pequeño. Al pasar pocos minutos el oji azul miró su celular para después acceder nervioso a la invitación del agente.
No había que seguir esperando, aquellos se dirigieron a la mansión del moreno, no fue hasta que comenzó a llover. Realmente el castaño amaba ver cómo llovía, sus ojos se iluminaban al ver el húmedo escenario mientras que abría ligeramente la ventana del auto para dejar entrar un poco de brisa y los ojos dorados del moreno también se perdían en el rostro pálido del niño.

Cuando estaban en casa, Lance envolvió al pequeño con una manta delgada, suponiendo que su delgado cuerpo debía estar tan frío cómo el de un muerto.

También le ofreció una taza de chocolate caliente, para después sentarse alado suyo con una pinta autoritaria - Creo que ahora si hablaremos correctamente pequeño.

🎃 Hola nuevamente espectador, lamento haber tardado un tiempo. Pero como sabrás, la escuela está siendo muy complicada para mí. Aún así me tomé un tiempo para actualizar. En fin, ya estamos en octubre espero tengas un feliz Halloween o Día de muertos. Hasta la próxima 🎃 - DN

02/10/2021

 Manos heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora