°¿Dónde?°

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Cuando su porte fuerte y elegante se hacía presente, la multitud de gente se emocionaba. Ya era en parte abrumador pero tenía que volver en sí y sonreír por más tedioso que fuera.

En cuanto se instaló en su sitio, hizo sus asuntos pendientes. Habló con Jenkins, revisó expedientes de criminales, inspecciono sus artículos de trabajo que Walter hacía para él. Siempre dejando una tierna estampita de Unitee, las cuales Lance le había dejado en claro que "detestaba" aunque antes de usar el artefacto, los retiraba para después conservar los en su billetera. Un tierno gesto del cual Walter no estaba enterado.

Cuando había terminado, pensó el los posibles sitios en donde se podría encontrar el castaño. Se dirigió a su oficina pero no estaba ahí al igual que en el salón de artefactos ni en la cafetería. Pareciera que estaba viviendo el mismo lío de la última vez, pero en esta ocasión no tenía la intención de agredirlo sino al contrario. En cuanto lo encontrara lo abrazaría tan fuerte como pudiera.

Fue inútil, no estaba en ninguna parte. Tenía trabajo que hacer y lo sabía, pero no podía tener su mente en sus asuntos, buscó a Kappel para poder hablar y desahogarse un poco.

- Sterling - saludaba la morena al mismo tiempo que sonreía, pero su gesto se esfumó al instante en cuanto notó la apariencia cansada y dolida del moreno.

A quien ganas no le faltaban para querer soltarse en llanto en los brazos de Kappel. Pero no era posible, tenía que mantenerse cuerdo y conservar su postura.

Kappel sólo sostuvo el rostro agotado de Sterling entre sus manos, para después examinarlo con cuidado y acariciarlo dulcemente.

- ¿Qué pasa muchachote?

- No puedo encontrar a Beckett. Estoy muy preocupado por él, desde que llegaron sus familiares no...

-¿Familiares? ¿Qué familiares Sterling? - Interrumpió la morena con claros gestos de extrañes, afirmando que Walter no tenía más familiares, su madre y abuela fueron las únicas.

Lance se soltó de las manos de Kappel y luego salió como un rayo, dejándola a solas con Karen. - Ojos, busca más información del niño y de quien quiera que sean esos "familiares" - le ordenó

La noche ya había caído y el agente no dejó de recorrer media ciudad buscando y preguntando el paradero del castaño. Intentó localizarlo, pero no había respuesta alguna.

Sus labios ya estaban algo hinchados de tanto morderselos por la desesperación, sus ojos perdidos sólo en el volante, su traje estaba también arruinado. Pero eso no era lo importante, intentó llamar al menor pero no atendía.

Salió de su auto a medio camino sólo para dejar caer unas cuantas lágrimas a causa de la frustración de no encontrar al castaño. Odiaba tanto no poder expresarle lo que sentía pero lo que odiaba más era no saber exactamente que era

- maldita sea - golpeó su mano contra su coche lastimandola, quejó en silencio y miro por décima vez su celular. No había de otra, regresaría a casa.

Entraba molesto y adolorido del corazón y mano, se tiró en el sofá dio un fuerte suspiro y luego hecho la cabeza para atrás y estar más cómodo, provocando que sonarán un par de huesos los cuales se sintieron de maravilla después de eso.

Miro por unos largos minutos el televisor apagado. Tras ese curso de tiempo no sentía nada, sólo pensaba y pensaba en los patrones de comportamiento y lesiones de Walter.

Cuando estaba preparado para descansar alguien tocaba a su puerta.

Al abrir ese cuerpo frío no dejaba de temblar...

¿Cómo estás? Lamento haber desaparecido por un rato, la verdad no me sentía bien y tampoco estaba en condiciones de escribir algo bueno. Te seré sincero, ya no se si continuar con esta historia.
Trataré de hacer mi mayor esfuerzo. Cuídate

26/01/2022

 Manos heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora