19. El sueño

1.3K 88 1
                                    

Capítulo diecinueve

El sueño

VINNIE HACKER

— ¿que viste cuando despertaste del sueño? — pregunto la doctora Mónica delante mío

Volví a ir a terapia y no por que me apetecía si no por que había ahorcado a Lana a casi la muerte. Pasó lo mismo con Cindy y por el miedo de hacerle eso a Lana me aleje de ella por eso no me atrevía a dormir junto a ella, por eso no la besaba por que no quería que pasara eso y me viera con ese pavor. Pero lo hizo, cuando desperté del sueño la vi tendida en el suelo con mis manos en su cuello me vea con tanto miedo que hasta yo me di miedo.

— Ella.

— ¿como se encontraba?

— estaba tirada en el suelo, — pase mi mano por la cara tomando un suspiro profundo — con mis manos encima de su cuello — confesé

Anotó algo en su libreta — ¿la estabas lastimando? — pregunto con su vista en la libreta

— si.

— ¿Ella te hizo el rasguño en el rostro? — pregunto señalando mi rostro con su bolígrafo En la mano

Negué con la cabeza — no lo se, supongo que si por que esta mañana lo vi

Abrí los ojos poco a poco ya que la luz que entraba por la ventana caía en mi rostro, pase mi mano por el rostro viendo la habitación por completo, la cama estaba vacía y me di cuenta que no estaba sobre ella. Estaba en un rincón de la habitación con la cabeza recargada en el closet, me levante del suelo pero no pude evitar que mis piernas temblaran un poco por el peso.
Recordaba en partes lo qué pasó anoche, Lana tendida en el suelo, mis manos en su cuello, su rostro estaba pálido y ya. No recordaba por que dormí en el suelo a lado de un closet, le eche un vistazo a la cocina pero vacía, entre al baño la cual también estaba vacía suponía que Lana se fue a la escuela más temprano para evitarme, recargue las palmas de mis manos en el lavamanos con la cabeza abajo.

Ella me tenía miedo

Era una monstruo

Subí la mirada encontrando mi rostro reflejado en el espejo, algo me ardía en la cara y cuando supe el por que no me sorprendía que ella lo hubiera hecho. Una rasgada enorme se encontraba en mi mejilla que bajaba hasta mi cuello, la sangre que salió de esa herida ya estaba seca viendo negra prácticamente.

— ¿qué pasó antes de que pasara eso? — pregunto Mónica con atención

— tuve el sueño.

— ¿pasó algo especifico en el suelo esta vez?

— no.

***

Deja las llaves encima de la mesa quitándome la chaqueta que llevaba puesta dejándola tirada en el suelo, abrí la nevera buscando cerveza pero no había ninguna

¿Me había acabado las cervezas en solo tres días?

— tire la cerveza — una voz femenina que provenía de la habitación me hizo estremecer

Cerré la nevera nuevamente para darme la vuelta y encontrarme a Lana sentada en la orilla de la cama viéndome. Llevaba una falda con una camiseta con cuello de tortuga nunca había visto llevar ese tipo de camisetas se miraba intimidante.

— ¿Por qué? — pregunte serio con las manos dentro de los bolsillos del pantalón

— Porque quería hablar contigo, contigo sobrio — se levanto de la cama acercándose a mi

— Lana sobre lo de anoche — desvíe la mirada no podía verla después de hacerle eso me sentía una mierda — fue un ataque que nunca había tenido

— ¿estás tomando algún medicamento? — pregunta ella preocupada

Bajo la mirada para encontrarme esos ojos grises — estoy yendo a terapia, si a eso te refieres — mi mirada bajaba de sus ojos a su cuello Le había echo tanto daño como para dejarle marcas — ¿puedo ver tu cuello? — pregunte de pronto

Ella no se dispuso aunque lo pensó un poco antes de bajarse el cuello de la camiseta, llevaba Moretones y las marcas de mis dedos en ella. Mi estómago se revolvió como si tuviera ganas de vomitar estaba dispuesto a disculparme pero la puerta me interrumpió. Lana me tiro una mirada confundida ya que sabía que no tenía visita para hoy si no ya se lo hubiera dicho la puerta se volvió a tocar varias veces cuando conocí  la desesperación de la puerta me acerqué a ella tome el polmo de la puerta abriéndola. La señora Cooper estaba en la puerta con su bolso colgado en su hombro le hice una señal con la cabeza hacia la derecha haciéndome a un lado, ella salió corriendo hacia Lana abrazándola en cambio Lana me miro por encima de el hombro de su madre no sabía que decirle tal vez me odiaba por decirle a su madre pero sabía que estaba haciendo bien en informarle para que viniera por ella está más segura en los brazos de su madre que en los míos.

Ella me miro con odio como si la fuera traicionado lo cual era cierto pero no creo que fuera para tanto no quería contarle sobre mis traumas y mucho menos sobre mi sueño. Sabía que estaba segura con una alcohólica que con un chico que había problemas de ira y sueños tétricos. Ella no apartó la mirada de mi y con el corazón roto solo pude murmurarle:

— lo siento...

La señora Cooper se llevó a Lana a su casa agradeciéndome por avisarle mientras la señora Cooper tomaba las cosas de su hija ella no me miraba era como si fuera una basura lo cual era cierto pero no pensaba que ella me viera de esa forma y así fue como Lana se fue de mi departamento odiándome. Ella no entendería lo que sufría día a día y no quería que lo entendiera.

***

Deje las cervezas encima del mostrador — y una cajetilla de cigarrillos — le pedí al anciano que estaba al otro lado de el mostrador Mientras sacaba mi billetera de el bolsillo de mis vaqueros

— ¿por que la cara larga Vinnie? — pregunto el anciano dándose la vuelta para buscar los cigarrillos

Abrí mi cartera — día difícil — conteste — y usted, ¿por que tan arrugado señor Jook? — pregunte sarcásticamente

El anciano del mostrador soltó una risa ronca por su edad, el señor Jook era el dueño de la tienda que estaba en la esquina de mi edificio lo conocí cuando me escapaba de casa varias veces así que casi me vio creer. El señor Jook era un anciano arrugado que siempre llevaba unos pantalones marrones con una camiseta color verde oscuro y unos anteojos redondos.

— algún día estarás como yo muchacho, — se da la vuelta hacia mi con la cajetilla en la mano — serán 5 dólares con 50 centavos — dijo el anciano recargando sus manos en el mostrador

Frunzo el ceño — ¿por que 50 centavos? ¿Me está intentado estafar señor jook?

Ríe — me has atrapado — tose

El señor Jook había estado enfermo de los pulmones desde hace unos meses y sabía que no tenía el dinero para comprar medicamento. Era un anciano viudo con tres hijos que viven en corea así que no lo visitaban mucho pero él me trataba como uno algunas veces me invitaba a comer arroz con palillos.

— tenga — deslizó 20 dólares sobre el mostrador — de mi cortesía — metí la cajetilla de cigarrillos en mi chaqueta y tome las cervezas para después salir de el local

Me gustaba ayudar a personas ya que se sentía bien pero el señor Jook era mucho más que una persona más era como mi abuelo el que nunca tuve.

Día difícil señor Jook...

DADDY ISSUES  | Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora