Ya llevaba sentado tres horas sin nadie con quien platicar, solo ahí sentado, armado a solas haciendo guardia con mis propios pensamientos, ya había estado en este país durante dos años seguidos aquí en Oriente Medio, vi diversos horrores y vi la deshumanidad del mismísimo ser humano, mis pensamientos pararon cuando escuche un grito, rápidamente me levante, apunte mi arma a la persona que corría a donde nos encontrábamos refugiados y disparé una sola vez, jamás fallaba, así que la persona cayó directamente al piso, después de unos segundos de silencio se escucharon más gritos al unísono —¡Vienen— grité mis compañeros rápidamente se posicionaron en cada agujero que había en la iglesia en la que nos refugiamos al final evitamos a las personas que tratan de arrebatarnos la vida o la mayoría quedando un par de rezagados, después de unos minutos habia aparecido un helicóptero que habíamos solicitado hace unas horas mis compañeros rápidamente fueron hacia el helicóptero yo sería el encargado de darles fuego de cobertura, cuando todos ya estaban en el helicóptero recogí mis cosas y corrí lo más rápido que pude al helicóptero mientras ellos me cubrían, llegando al helicóptero una chica con cabello rubio y hermosos ojos azules extendió su mano para ayudarme a subir gustoso acepte la ayuda y el conductor nos sacó lo más rápido que pudo de ahí, la chica que me había ayudado tocó uno de los botones de su radio y habló —Aquí Warrior -1, aquí Warrior -1 el rescate fue un éxito ningún herido— dijo a lo que una voz por medio de su radio la felicito por el rescate que había realizado —¿Como te llamas?— pregunte mirándole de pies a cabeza —Watson...Amelia Watson— mi mente se extrañó de ese apellido —Extraño apellido, lindo nombre— respondí cambiando mi vista a el extenso océano por el que el helicóptero ahora cruzaba —Si lo se ¿y tu nombre?— me llamo Winters, _____ Winters, para los amigos "Fabrica viudas" o como gustes— dije agregando una sonrisa.
Diez minutos más había pasado y entre tripulantes intercambiamos otro par de palabras hasta llegar a un barco donde estaríamos un par de días descansando aunque afortunadamente mi estancia en este país llegaría a su fin, lastimosamente acarrearía conmigo recuerdos que todas las noches me harían despertar sudando en la cama y quitando mi sueño, meses después de mi regreso a mi país natal, ingrese a la academia de policías junto con ahora la ex sargento Watson donde ambos postulamos para ser detectives después de una meticulosa selección, Amelia renunció a los días y no volví a saber de ella, el estrés del trabajo y las memorias traídas de medio oriente era cada vez más, llegando a hacer que yo cayera en la bebida y perdiera noches de sueño perdido en mis pensamientos culpandome de todo lo que pasó, esta misma noche ocurrió eso mi mente las miradas de las personas a las que yo había arrebatado su vida pasaban por mi mente juzgando lo que había hecho, entre medio de los pensamientos que me atormentaban logre distinguir golpes en la puerta mi mente confundida volteo a ver el reloj que se encontraba en la mesita de al lado de mi cama —Once cuarenta— dije para mi mismo, me levante y camine hasta la puerta principal la abrí, sin decir nada una figura cubierta por una gabardina y un gorro en tonos cafes entró y cerró la puerta, esos ojos se me hacían conocidos al igual que el poco cabello que se veía cayendo de su gorro al momento de que mi mente terminó de procesar la situación golpes sonaron en la puerta y muy fuertes, ella se esconde detrás de la puerta y después de unos segundos que parecieron eternos yo la abrí —Buenas noches caballero, nosotros somos detectives de la policía y estamos aquí por un caso— dijeron mostrando sus placas a la hora de verlas no se parecían en nada a las que nosotros portamos realmente, ahí fue donde mi cerebro terminó de atar los cabos sueltos —Oh entiendo y ¿que es lo que necesitan?— dije agarrando la pistola que estaba en un cajón al lado de la puerta —Se nos a informado de robos en este vecindario y venimos a investigar ¿acaso ha visto usted a un muchacho o muchacha con una gabardina café rondando por aquí?— pregunto el mientras el otro anotaba en una libreta —Disculpe pero no, por mi trabajo solo paso aqui en la noche y madrugada y la mayor parte del dia estoy fuera pero si llego a verla no dudare en avisar a la policía de esto— dije tratando de sonar lo más creíble posible sin soltar la pistola —Entendido que pase una buena noche caballero— dijo uno de ellos y el otro dejaba de anotar —Igualmente— dije cerrando la puerta.
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Solo El Tiempo Lo Dira
Hayran KurguUn detective de la policia se vuelve a encontrar con una vieja amiga con la que ahora compartira aventuras, dandose cuenta que ahora es inmortal ayudara a su vieja amiga y unas nuevas a evitar el fin de los tiempos como los conocemos.