✰ Los Gallagher ✰ Aidan Gallagher (En Edición)

Capitulo Ocho.

T/n. 

Aidan llevo a los niños al colegio, aprovecharía para tener la reunión con la miss de Evan, solo espero que mi hijo no esté cambiando su actitud por su hermanita en camino.

A medio día baje a comer un snack, a los minutos entro Aidan acompañado de mi hijo, di un suspiro, sabía lo que significaba.

—Excelente Evan, lograste que te suspendieran tres días, sube a quitarte el uniforme y bajas.

—Hola mi amor ¿Cómo te fue?

—Tu hijo está suspendido tres días y no irá al paseo escolar que tenían planeado.

—¿Qué más hizo?

—No entro a clases dos días, quien sabe dónde se escondía pero jamás entro. Está castigado, ahorita subo por sus aparatos, solamente tendrá su Tablet para sus tareas, por cierto, tu angelito de hijo rompió un vidrio con una pelota ósea aparte tuve que pagar cien dólares por un vidrio.

—¡¿Cien dólares?!

—Es que es el vidrio del laboratorio y ya ves que esos vidrios son especiales.

—¿Y donde está Evan?

—Arriba, lo mandé a quitarse el uniforme.

—¿Y William?

—Chase pasará por el, necesitamos hacer algo con Evan, se nos está poniendo muy rebelde.

—Es normal acuérdate que su psicóloga dijo que saber que sería hermano mayor no le agrado mucho además está creciendo.

—Solo espero que no sea malo con nuestra bebé. —dijo el. 

—No lo será, ya verás que va a amar a su hermanita.

Nuestro hijo bajo con el Hoodie mas grande que pudo encontrar, entrego de mala manera su laptop y Nintendo. 

—Evan, lo siento mucho pero estás castigado.

—¿¡Por qué?!

—Todavia lo preguntas, te estás portando muy mal.

—No es justo.

—Exacto —dijo ahora el— no es justo que estemos pagando escuela, uniformes y libros para que decidas entrar en tu rebeldía y no entrar a clases.

—Mamá...

—Cariño, tu papá tiene razón, no tienes porque faltar a clases. Tienes que ponerte al corriente y acepto el castigo, no puedes salir, usar tus videojuegos o tú laptop a menos que sea tarea.

—Pero...

—Lo siento, pero es para que entiendas que estás haciendo mal. Ahora, tengo que subir a recostarme que la bebé me tiene agotada.

★

Aidan. 

Evan hacia tareas a mi lado mientras yo revisaba unos correos sobre la colegiatura de los niños, la cuenta de ambos me llegan a mi ya que Chase nunca revisa su correo electrónico. 

—¡Llegamos!

—Evan, toma te la manda Mackenzie. 

—¿Quién es Mackenzie?

—Es una niña que anda detrás de Evan, siempre le da cartas o algo así.

—Nunca las abro, nada más las guardo.

—Este muchacho tiene doce y ya trae a una niña detrás de él, y yo con doce años no me pelaba ni una mosca.

—Que querías, es un Gallagher, claro que tendrá chica rodeándolo.

—Si —respondió Chase— Y se que viene una Gallagher así que existen muchos chicos que estarán detrás de ella, orgullosamente Gallagher.

Si, mi sonrisa se borró, odio la idea de saber que mi hija tendrá pretendientes, creo que ya no me agrada mucho saber que seré otra vez papá.

★

—Querida, me preocupa el comportamiento de Evan.

—A mi también, recuerda que su terapeuta dijo que sería normal ya que está acostumbrado a ser solo el, pero que es un niño tranquilo y no llegara a mayores.

—Creo que está equivocada, nuestro hijo está fallando en la escuela, comienza a ser rebelde.

—Amor, también debemos entender que es un adolescente, obviamente se va a revelar.

—¿Por qué William no está haciendo eso? Digo, no comparo a mis hijos, pero siempre creí que el rebelde sería el y no Evan.

—William igual está en la adolescencia, todavía no conocen las fiestas, las chicas, las peleas, dales un poco de tiempo y tendremos a dos adolescentes rebeldes en casa.

—Por suerte, nuestro segundo bebé es una niña y dicen que son más tranquilas.

—Si, bueno....es una Gallagher, no creo que tenga una vida tranquila.

—Estoy realmente preocupado.

—Aidan, llevaremos a Evan con la terapeuta nuevamente para que hable con el y nosotros también lo haremos.

—Bien.

—Ahora, ¿por qué no me traes un poco de hielo? Muero de sed pero quiero comer hielo.

—Claro —sonreí— ya vuelvo preciosa.

Baje por el hielo, pero mis pensamientos seguían en lo mismo, no quiero que mi hijo sea un rebelde.