DESCONOCIDO
«ESA MISMA NOCHE»
•UNA HORA DESPUÉS•
Acaricio con mis dedos callosos las cinco puntas de la estrella flamígera que abandera nuestra religión, adórandola fervientemente, mientras suelto un suave rezo por mis labios...El mismo que me repito «día tras día», y hago que ellos también lo hagan, «reunión tras reunión», «encuentro tras encuentro», como si no fuesen más que máquinas diseñadas para cumplir con mi voluntad.
Y luego, lo toco a él...
A mi completo y enorme orgullo.
A mi hijo.
A mi bebé.
Al primer y único libro sagrado, abierto de par en par en cualquier página encima del escritorio.
El cuál no contiene en su interior nada más que antiquísimos manuscritos, acomodados en un sólo tomo, en el que se nos rinde una especie de culto a la personalida tanto a ÉL como a mí...
A nosotros.
A los dos...
Nos alaban.
Nos glorifican.
Nos veneran.
Y nosotros nos sentimos absolutamente emocionados con tal formalidad.
Somos sus amos, sus dueños, sus...
—Señor.
El bajo y suave ronroneo latente en aquella voz se entromete con demasiada fuerza dentro de mis oídos, inrrumpiendo el silencio sepulcral de las cuatro paredes como un sigiloso y audaz asesino tres segundos antes de palmear con avidez su arma y balear el cuerpo, aún vivo, de cualquier pobre incauto, desatando así la destrucción.
Mierda.
Inconcientemente saco la lengua, deslizándola con parsimonia entre los labios, humedeciéndome la boca ante aquella rica y libinidosa combinación de palabras:
«Asesino»
«Arma»
«Balear»
«Cuerpo»
y... «Destrucción»
Diablos.
Mi polla da una tímida sacudida y sonrío, tirando peligrosamente de la risita torcida en mi boca.
Puñetas.
El grosor de mi miembro poco a poco aumenta, rozando el empalme, bajo la cómoda bata ceremonial, retorciéndose y palpitando impetuoso como si una de mis devotas se hubiese doblado de rodillas a mi lado, frotando su cálida mano sobre mi juguetón amiguito impávido de querer.
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Mis Malditos Vecinos
Teen FictionLos hermanos DiSalvo llegaron a mi vida como llegan las cosas que van a durar para siempre: sin manuales, ni advertencias. Sus sonrisas astutas, sus ojos sin mellas ni defectos, el carácter de tres polos y los abdominales definidos como una delicios...