𝐇𝐄𝐋𝐋°| 𝑻𝑶𝑲𝒀𝑶 𝑹𝑬𝑽𝑬𝑵𝑮𝑬𝑹𝑺 "𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋"

𝐒𝐀𝐍𝐙𝐔 𝐇𝐀𝐑𝐔𝐂𝐇𝐈𝐘𝐎

𝑻𝑯𝑼𝑮𝑩𝑨𝑩𝒀

+𝟏𝟖

Te dirigiste a la puerta de la oficina de tu pareja Sanzu Haruchiyo cuando escuchaste un gran estruendo, la puerta estaba entre abierta asi que te asomaste un poco, Sanzu yacia sentado en su silla de escritorio, las cosas que antes estaban en el escritorio estaban regadas y tiradas por doquier, oiste como alzo la voz por lo que diste un brinquito en tu lugar.

Se veia enojado y asumiste era algo que tenia que ver con Bonten, cuando Sanzu colgo la llamada recargo todo su peso en el respaldo de la silla, echando su cabeza para atras mirando al techo.

Abriste la puerta completa para adentrarte al cuarto que solo era iluminado por una lampara, Sanzu al percatarse de tu estancia ahi dejo salir una sonrisa aun viendo hacia el techo, te dieron escalofrios y tragaste saliva.

- Nena, ven aqui un momento. - Sanzu volvio a su postura para verte hacia la cara mientras te hacia una seña con su dedo indice para que te pararas frente a el.

Obediente fuiste hasta donde te indico, lo viste abrir un cajon de su escritorio para sacar dos pastillas, llevo una de su mano a tu muslo subiendo y bajando este delicadamente, tu yacias parada frente a el expectante a lo que iba a hacer.

Sanzu se llevo una pastilla a su boca y despues la trago, se vio tan caliente que no pudiste evitar cerrar un poco tus piernas, mala idea llevar solo un camison y bragas puesto.

- Acercate.

Sanzu sonrio cuando acercaste un poco tu cara a la de el inclinandote hacia el. Sanzu se llevo la pastilla a su boca y despues te beso, te apreto con fuerza tu muslo haciendo que abrieras tu boca y el aprovecho para pasarte la pastilla, el sabia que tu no tenias problemas ya que tendia a pasarte pastillas las pocas veces que el ingeria.

- Traga. - Sanzu te vio serio, juraste que temblaste donde estabas, tragaste y el sonrio ladino - Buena chica.

Dejo tu muslo para despues alejarse un poco del escritorio, lo miraste un poco confundida ante su acto pero despues viste que se paro de la silla, te agarro de cintura y te sento en su escritorio, el entre tus piernas.

Sus manos llegaron a parar en tus muslos dando caricias que cada vez subian mas, empezo a besar tu cuello, succionaba y mordia a su gusto.

En cada mordida tu soltabas un jadeo que tapabas con tu mano, el sonreia ante cada jadeo tuyo, cuando dejo las suficientes marcas en tu cuello puso su mano derecha en tu cuello obligandote a mirarlo, sus ojos se encontraron y tu acercaste tu boca a el, el beso fue salvaje como solian ser, el apretando tu cuello mientras introducia su lengua a tu boca.

Tu de vez en cuando le dejabas mordidas a su labio cuando el se separaba un poco volviendo a acercarlo a ti, soltaste un gemido cuando sus dedos rozaron tu intimidad.