𝐇𝐄𝐋𝐋°| 𝑻𝑶𝑲𝒀𝑶 𝑹𝑬𝑽𝑬𝑵𝑮𝑬𝑹𝑺 "𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋"

𝐌𝐀𝐍𝐉𝐈𝐑𝐎 𝐒𝐀𝐍𝐎

𝑩𝑨𝑩𝒀 𝑩𝑶𝒀

+𝟏𝟖

Manjiro Sano, mejor conocido como Mikey o el líder de Toman y también tu querido novio, se conocieron desde pequeños y a la edad de 16 años se dieron cuenta de sus sentimientos, ahora ambos tenían 18 años.

Quien diría que ese temerario hombre al que llamaban "el invencible Mikey" era solo un bebe mimado cuando estaba contigo.

Ahora mismo, los dos estaban acurrucados en su cuarto, Emma había salido con su abuelo dejándolos así a ustedes dos solos.

- Mikey....

Lo llamaste pero era en vano, apenas había comido y ya estaba dormido, lo viste y te enterneciste ante la vista, realmente era tan tierno, su cabeza estaba enterrada en tu pecho, el siempre decía que le gustaba quedarse ahí por horas, si no estaba entre tus pechos estaba acostado en tus muslos y tú no hacías mas que acariciar su cabello.

- Mikey..... Se hace tarde y tengo que irme pronto. - lo removiste para así alejarte un poco de él.

- No. - Mikey te había agarrado de la cintura para así poder volver a pegarte a él volviendo a esconder su cara de tus pechos. - Si te vas me pondré muy triste.

- Me encantaría quedarme cariño, pero mañana tengo un examen importante y no puedo faltar.

Acariciaste sus cabellos rubios mientras que el negaba con su cabeza, causando un brusco movimiento en tus pechos.

- Al menos quédate un rato aquí. - suspiraste ente su propuesta, no podías negarle nada y por eso era muy mimado.

Sin más volviste a acomodarte sintiendo la traviesa mano de Manjiro recorrer tu cadera, cintura y amenazando a ir más arriba levantando tu camisa en el proceso.

- Manjiro, no creas que me vas a convencer así.

- Antes de que te vayas ¿Puedes consentirme un poco?. - asentiste y el rubio sin pensarlo levanto tu camisa sin quitártela dejando a su vista tus pechos.

- ¿Te he dicho que son los pechos más hermosos en el mundo?. - el rubio ronroneo ante estos enterrando su cabeza y así poder dejar besos en tu pecho derecho.

Seguiste acariciando su suave cabello a la par que te dedicabas a escuchar sus suaves ronroneos y besitos que dejaba, sin duda parecía un gatito.

Sus traviesas manos desabrocharon tu sujetador para después aventarlo por ahí, cuando logro su cometido con su índice de su mano derecha empezó a jugar con tu pezón hasta verlo erizado por su toque mientras que atendía tu pecho izquierdo con su boca que succionaba cada parte que su boca recorría para después chupar el pezón ya rojo.