Cuando menos te lo esperas, las cosas cambian.

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Después de llevar más de dos horas en el bar, después de haberme reído y sobre todo, de haber olvidado todo lo que malo que había pasado este tiempo decidí salir sola a despejarme un rato, a estirar las piernas y a fumarme un cigarro, no fumaba, pero desde que Alex se fue, era el único método de tranquilizarme, Diego se ofreció a acompañarme lo que no me pareció una mala idea.

-Me ha comentado Pedro que el curso que viene comienzas psicología en San diego, ¿No?

-Si, la verdad es que tengo demasiadas ganas de irme de aquí, de conocer lo que me deparará la vida y sobre todo, de estudiar algo que me gusta. Aunque, me asusta el irme y dejar todo esto aquí y sobre todo, el no conocer a nadie ahí...

-Yo estoy estudiando Ingeniería Química, siempre que quieras puedo enseñarte todo aquello y ayudarte en todo lo que desees.

-Me parece perfecto, aunque creo que estaría todo el día llamándote, odio estar sola, siempre necesito tener a alguien a mi lado, aunque sea para estar en silencio.

-Siempre que me dejes, seré yo quien comparta los silencios contigo.

Sentí como sonreía sin quererlo, sin forzarlo.

-Me encantaría.- Dije mientras sonreía como una idiota.

Escuche como Pedro, me estaba llamando desde dentro y aunque suene raro, y quiera mucho a mi mejor amigo, ahora mismo podría haber seguido haciendo lo que llevaba haciendo durante horas, buscar tías en el bar para conocer alguna, aunque estoy por apostar que si me llama es para que le presente a alguien, pero ahora no...ahora solo quería seguir hablando con Diego, me daba tranquilidad, confianza y sobre todo, había conseguido que volviera a sonreír y es que, no sé que tiene, pero me llama tanto la atención qué...

-Odio que no me respondas cuando te contesto - Me dijo Pedro enfadado.

-A ver, que quieres, pesado-Conteste burlándome de él- ¿a que chica tengo que presentarte hoy? Sentí como Diego se reía y Pedro se enfadaba un poco, aunque los dos sabíamos que no podría porque tenía razón...

-Eres imbécil, pero que bien me conoces...Antes, cuando hemos entrado en el bar, te he visto saludar a una chica, bajita, con el pelo castaño y unos ojos verdes, era delgada y llevaba una preciosa blusa que hacían juego con sus ojos.

-Que detallista eres cuando quieres..Ya podrías ser así siempre y centrarte en una de verdad..

-Sabes, Eneritz, que hace tiempo que deje de hacer eso, que deje de buscar, que prefiero vivir el ahora...

-Nunca vas a saber donde encontrarás a alguien que te llame la atención, alguien a quien te gustaría conocer...-Dijo Diego.

-Supongo, pero de momento prefiero vivir el ahora y no ser unos ñoñas como vosotros, da asco tanto amor y tanto romanticismo para que después os rompan y al otro se la sude como estas..

-Enertiz, creo que es hora de irnos, escucho de fondo a Astrid, al menos yo, estoy muerta...

-Si,creo que ya es hora de irnos, no nos vendría nada mal descansar.

Nos despedimos de todos, quedando con Martina para ir mañana a la playa, Pedro y Diego nos deciden acompañar hasta el coche, a veces Pedro, me protege demasiado, sé que para el siempre he sido como su hermana pequeña y que no quiere que nada malo me pase. Recuerdo cuando me dejo Alex, vino a mi casa a los cinco minutos de decirle como estaba, es más, le llamo diciéndole todo lo que yo no tenía cojones a decirle y sobre todo, diciéndole que le dijo que si me iba a hacer daño que no le daba permiso a estar conmigo y que no se podía creer que le hubiera fallado en eso...

El diario de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora