Capítulo 8

2.4K 92 0
                                    

Luego de contarle lo que pasó hoy en la mañana a Lando me siento mucho mejor.

–Ummm, la verdad no se que decir, pero estás aquí para que te ayude así que...

–Mi vida es un desastre ¿Verdad?

–Honestamente... –Lo pensó. -Sí.

Lando se queda pensando un minuto.

–¿Así qué...? –Le digo para retomar la conversación.

–Ya sé, ven. –Me jala hasta la puerta.

Me dejó con un poco de duda, pero confio en él. Nos subimos a su coche y él conduce por un camino que se me hace conocido, pero no logro saber a donde me lleva hasta que...

–"Cuando estamos desanimados siempre vamos por helados" –Dice mientras se estaciona enfrente de una heladería "nuestra heladería"

Sus palabras me sorprendieron, no creí que se acordara de nuestra regla.

–Creí que lo habías olvidado.

–Nunca. Adivino ¿Helado de vainilla con avellanas?

–Sip. –Asentí como niña pequeña.

Luego de eso, Lando se formó en la fila para esperar su turno, mientras yo lo espero en una de las mesas de afuera.

Estuve esperando unos minutos viendo a la nada, cuando Lando regresó con dos conos, uno para cada quien.

–Un helado para la señorita.

–Gracias caballero. –Le respondo siguiéndole el juego haciendo que ambos riéramos.

Luego de platicar y resolver algunas dudas nos llegó la tarde y nos dispusimos a ir a su departamento para ir por mi coche.


Mientras quedamos atascados en el tráfico siento que el cansancio hace efecto haciendo que me quede profundamente dormida.

Y al parecer me dormí toda la noche.

Al despertar no logro saber donde estoy, pero me siento mucho mejor que ayer, al levantarme puedo ver que tengo puesta una sudadera azul que me llega a la mitad de la piernas y unos shorts que no reconocí.

Cuando logro encontrar mi celular me doy cuenta que Dannya, mi hermano, Gabriel, Luigi y mi padre me llamaron cientos de veces, hago caso omiso a los mensajes y llamadas no quiero saber nada de la "propuesta" y apago mi celular.

Cuando salgo de la habitación caigo en la cuenta de que estoy en el departamento de Lando.

Luego de explorar un poco bajo a la sala y...

–¿Lando? –Llamé.

–En la cocina. –Responde.

Cuando llego a la cocina me siento en uno de los bancos que están en la gran isla de mármol al centro.

–Buenos días. –Saluda él.

–Buenos días.

–¿Cómo amaneciste? –Pregunta Lando inocente.

–Bien, la verdad me urgía ese helado.

–A mi también. –Responde un poco nostálgico, trata de ocultarlo pero logro verlo.

Tú & Yo por el mundo || Lando NorrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora