Capítulo 13

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disculpen la demora, xoxo

Nadie cuenta: de acuerdo

Era jueves por la tarde, y a Louis le resultaba difícil concentrarse en su almuerzo con la pila de palabras que inundaban su garganta. Por lo general, no le importaba cuando Niall dominaba la conversación; él estaba agradecido por ello, la verdad. La mayor parte del tiempo.

Pero hoy, hoy era diferente.

Louis tenía tanto que quería –necesitaba– compartirles, dejarlo salir. Le dolía casi físicamente el mantenerlo todo en secreto, mientras escuchaba a Niall relatando su charla mundana. Esperó, sin embargo, tratando de escuchar y asentía con la cabeza a lo largo de la conversación.

Y así fue, hasta que llegó a ser demasiado.

Niall seguía hablando cuando Louis finalmente dijo bruscamente: —Besé a Harry.

Eso cortó a Niall enseguida. El rubio dejó sus palabras a media frase, se detuvo con la comida, su mirada moviéndose alrededor de la mesa hasta parar en Louis, —¿Perdón?

—¿Tú qué? —Zayn hizo eco, mirándolo igualmente sorprendido.

—Yo... Harry, —Louis dijo, demasiado consciente de sí mismo y de su voz y la forma en que sus mejillas se oscurecían. Tragó saliva, evitando la mirada de sus amigos. —Nos besamos, —dijo de nuevo y se encogió de hombros, tomando su refresco como si no fuese un gran problema. No lo era.

—¿Disculpa? —Niall susurró, inclinándose sobre la mesa como si fuera un enorme problema. Un gran secreto. No lo era.

Pero Zayn parecía pensar que sí era un gran problema, —¿Por qué no sabía sobre esto? —Preguntó sin ninguna pausa.

—¿Cuándo ocurrió? —Continuó Niall. —¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Porque apenas pasó anoche, —Louis contestó tan pronto como pudo decir una palabra. —Harry vino a mi habitación en la noche y estaba... —se detuvo a suspirar, cayendo hacia atrás en su silla, no seguro de qué exactamente debía decir. —Él me dijo lo que pasó, ¿sabes? Antes. Antes de que él... se quedara sin hogar, estaba destruido y era tarde y– sólo pasó, ¿de acuerdo?

Se encogió de hombros y estuvo apunto de continuar, pero Zayn habló antes de que él pudiera. —Entonces– espera, anoche... ¿Es por eso que Harry no estaba en el sofá esta mañana?

Los ojos de Niall parecían sobresalir de su cabeza. —USTEDES–

No, —Louis detuvo a su amigo antes de que pudiera sacar sus propias conclusiones. —Cristo, Niall, no, fue sólo un beso, ¿de acuerdo?

—¡Pero él no estaba en el sofá! —Niall casi gritó, lo suficientemente alto para que algunos clientes que se encontraban en la tienda voltearan su mirada hacia ellos.

—Porque eran como las cinco de la mañana y no estaba dispuesto a echarlo al sofá, —explicó Louis y trató de no pensar en lo absolutamente roto que Harry lucía esa mañana, mucho antes de que saliera el sol. Trató de no pensar en los sollozos que había soltado el chico más joven o la totalidad de lágrimas que mojaron completamente el pecho de su camisa de pijama. Trató de no pensar en ello, pero ahí estaba.

—Pudiste haberlo hecho, sin embargo, —Niall señaló, llevando a Louis de vuelta al presente. —Pudiste haberle dicho que se fuera a descansar un poco, mandarlo al sofá, pero no lo hiciste.

—Ni siquiera trates de decirnos que fue por cortesía, Lou, —añadió Zayn, con un destello de complicidad en sus ojos.

Louis cruzó sus brazos sobre su pecho y trató de pensar en una especie de manera de girar esto para que no pareciese algo tan... tan grande. Pero cuanto más pensaba en ello, más se encontraba con que no quería seguir hablando.

Verde brilló alrededor de su mente y su estómago se agitó, y Louis sabía que realmente ni siquiera era un punto. No quería refutar porque, finalmente se admitió a sí mismo esa tarde, que no podía.

—Entonces, ¿qué pasó esta mañana? —Niall le insistió, sonriendo tímidamente.

Pero ese también fue el momento en que Louis dejó escapar un suspiro, con el ceño fruncido. —Nada.

Ambos chicos a través de la mesa fruncieron el ceño hacia él, haciéndole eco, —¿Nada?

—Ninguna cosa, —aclaró Louis con un movimiento de cabeza. —Quiero decir, él todavía estaba allí y todo, pero nosotros no– no pasó nada. No lo sé, estaba bien al principio, pero luego él plenamente despertó y entonces todo era palabras y sonrojos y tartamudeos, —Él frunció el ceño de nuevo, tratando de mantener el ligero dolor de sus palabras cuando habló de nuevo, más suave, —todo fue un poco incómodo, ¿sabes?

Como En Casa » Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora