¿Planes para el fin de semana? Descanso mental de todo. Necesitoalgún tipo de conexión natural con el verde. Quizás el sábado me lo pase pintando en las afueras de casa o salga a dar una vuelta en bicicleta, a buscar inspiración para escribir algo. Sé que solo es jueves, pero me gusta ordenar mi mente de alguna manera si se trata del fin de semana.
Esta vez llego temprano al instituto. Al notar mis pasos extrañamente tranquilos, me miro los zapatos y admito que pueden parecer bastante aniñados, de esos con hebilla y arcos en el cuero que permiten ver el color de las medias que llevas puestas. Creo que se llaman guillerminas. Aferro mis manos a las correas de la mochila y camino por el pasillo principal mientras me cruzo con los mismos seres no identificables de siempre.
Ayer no compartí ninguna clase con James y ni siquiera lo vi por el bar del instituto o en las cercanías de por aquí. Quizá no vino. Hoy tengo Literatura, por ende, él también. Ojalá asista a clases, debo preguntarle de alguna manera si puedo estar en su equipo para el trabajo práctico. Sé que tendré que soportar a Bobby, pero no me queda otra opción. Prefiero eso a que la profesora me incluya en otro grupo. Además no puedo dejar pasar más tiempo, la primera entrega es la semana que viene.
El asunto es cómo se lo digo sin sonar desesperada. De cualquier manera, que le diga "Ey, James, ¿puedes incluirme en tu equipo?", sonará como: a) Hola, soy una persona sin amigos con quienes realizar un trabajo; b) Necesito estar cerca de ti el máximo tiempo posible y estar en tu equipo me proporciona la oportunidad; c)... No sé, pero parezco desesperada de todos modos. Quizá si lo disfrazo un poco...
Bueno, qué más da.
Entro temprano al aula y solo veo a tres alumnos charlando entre ellos; un par sentados sobre los pupitres y otro sobre una silla. Sin pensarlo, me dirijo al mismo lugar donde me senté el martes. Lado izquierdo, tercera fila. Suena el timbre.
La profesora pasa lista y luego comienza con la clase. Cada vez que escucho entrar a algún alumno me quedo petrificada en mi lugar y trato de disimular mis ansias, pero los tres que llegan diez minutos tarde se sientan al fondo y después de unos segundos me doy vuelta disimuladamente para identificarlos. Ninguno de ellos es James. Eso me alegra un poco porque, si fuera él, tendría la posibilidad de sentarse a mi lado, ya que el asiento se encuentra vacío... me extraña el hecho de que no esté. Me detengo un poco en mis pensamientos y me doy cuenta de que estoy más estúpida que nunca. ¿Acaso este chico británico despierta más cosas en mí de las que debería? Sé que soy una persona muy obsesiva con lo que me gusta, pero esto está llegando demasiado lejos. ¿Hace cuántos días que lo conozco? ¿Una semana? No, ni siquiera... Cuatro días, me parece... ¡¿Cuatro días?!, ¡¿cuatro días y ya estoy actuando así?! Dios mío, qué me resta para lo que queda del año, si acaba de empezar.
Nerviosa, comienzo a dibujar garabatos al costado de la hoja. ¿Qué me pasa? Voy a terminar espantándolo. ¿Se habrá dado cuenta de lo mucho que me gusta? Aunque lo acabe de conocer, no me podría gustar más que de esa manera. No sé, ojalá que no. Si se llegara a dar cuenta, eso me convertiría en la persona más desesperada del instituto o, peor aún, del mundo. Dios mío, Alexandra, qué vergüenza. Deberé empezar a ignorarlo un poco. Me será difícil, ya lo sé. Pero será mejor para mi bienestar emocional. Mierda. Soy tan estúpida.
—¡Hola, Alexandra! ¿Puedo...? —me sorprende una voz muy rasposa y grave. Y británica.
¿Dónde estoy? Cierto, en clase. James me mira como esperando una respuesta, y todavía no consigo reaccionar. Está vestido con una chaqueta gris y lleva puesta una bufanda color rojo granate. Parece ser que seguimos con la ola de frío. ¿O echará de menos Inglaterra? Tiene el pelo desprolijamente perfecto, su sonrisa perfecta y los ojos también perfectos. Sí. Definitivamente es James McOwen. ¿Que no es acaso humano? Repaso rápidamente sus facciones intentando encontrar un punto negro, una cicatriz de la infancia o una desproporción facial. No. Ni una maldita imperfección. Uf. Suspiro mientras vuelvo en mí y recuerdo que debo responderle.
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Más allá de la realidad
RomanceLa primera edición de Más allá de la realidad fue publicada por Penguin Random House, pero esta es una nueva edición, con nuevas escenas y diálogos. Espero que la disfruten, tanto o más que la primera. BOOKTRAILER: https://www.youtube.com/watch?v=j...