Un fin de semana juntos (2/2)

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-Te odio.

- Si, si yo también te amo Samu.
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Luego de esas palabras Osamu tomo a su hermano y lo atrajo hacia a él para besarlo, besarlo como todas las mañanas con el deseo, amor e ilusión de hacerlo sin miedo de las miradas y las críticas. Solo ellos dos.

Pasaron varios minutos y el ambiente de la habitación con cada segundo se volvía más caliente y pesada,la poca ropa que llevan se volvía incómoda y el cuerpo comenzaba a reaccionar ante los toques del contrario. Atsumu quería quitarse la camisa que llevaba y justo cuando lo hacía Osamu se levantó y sentó en la cama, atsumu quedó en su regazo y la posición para el era más que placentera, pero su paraíso le duró poco. Osamu rompió el beso recordándole que tenían cosas que hacer y que si querían continuar debían apurarse.

- Te dije que tenemos que bañarnos y desayunar. -Se acercó al cuello del rubio y comenzó a recorrerlo con la nariz y dejando besos. - No me malentiendas, me encanta estar contigo y hacer esto, pero de verdad tenemos que ir a reponer energías.

- Ya se pero de verdad quería al menos un poco estar así contigo antes de tener que quitarme. Pasará tiempo antes de que podamos estar así de nuevo. - Atsumu lo decía de verdad, pero tenía que regresar al menos un poco a la realidad. Separo a osamu de su cuello y le entrego un beso con todo el amor  que tenía. Luego se separó y se levantó, le extendió la mano a Osamu. - Mejor nos apuramos ¿no crees?

-Tsumu...

- Ya, ya no te preocupes. Tengo una idea, tomemos el baño juntos ¿Vale?. Te juro que sólo eso, nos bañamos y luego hacemos lo que quieras.

-...Está bien. -osamu tomo la mano y se levantó, abrazo a su hermano y le volvió a dar un beso, esta vez uno corto.

Tal y como la acordaron ambos gemelos tomaron un baño, regresaron y ordenaron la habitación. Luego bajaron a preparar el desayuno. Osamu se encargaba de cocinar y Atsumu de ordenar y limpiar el poco desastre que habían dejado la noche anterior. Cuando termino Osamu le pidió que pusiera la mesa y no le quedó de otra más que hacer lo que le pidieron.

Su desayuno fue tranquilo Osamu preparo un poco de arroz y rollos primavera. Por su parte, atsumu comía tan tranquilamente y una pocas veces habían miradas o pequeñas caricias juguetonas.

Para ambos, que sus padres decidieran salir durante todo el fin de semana fue el mejor regalo que recibieron, para cualquier otro par de adolescentes esos tres día serian perfectos para tener sexo cada día y aún si a los gemelos les gustaba hacerlo, era más placentero poder tomarse de las manos, darse besos pequeños en cada momento que quisieran, abrazarse y decir cada cosa melosa que se les viniera a la cabeza. Al final del día una vez que terminaron de ordenar su casa ambos chicos regresaron a su habitación y solo se acostaron y ver televisión, el calor del verano era agradable para el momento y pasar un tiempo en pareja tan tranquilo.

Más tarde cuando el calor comenzaba a molestar salieron un momento a comprar algunas golosinas y luego llegaron a su casa a jugar un rato, tenían en el patio trasero una pequeña piscina y fue donde pasaron un tiempo a disfrutar. Osamu se había cansado de jugar y se recostó en la orilla de la piscina solo para disfrutar del agua y en calor que la acompañaba, todo estaba tan tranquilo y perfecto. Tiempo con su pareja y sin sus padres, el momento ideal para amar a el chico que era su hermano.

Justo cuando comenzaba a quedar dormido sintió unos brazos posicionarse a los costados de su cabeza y luego unos labios besarlo. Sabía quién era, no hacía falta ni abrir sus ojos así que se enderezó y pasó sus brazos en las caderas de su acompañante el cual contesto abrazándolo por el cuello. Mientras el beso se intensificaba ambos cuerpos comenzaban a reaccionar y la poca conciencia que les quedaba les gritaba subir a la habitación y continuar todo. Osamu era el más consciente ahí y le hizo caso a su cabeza, se separó del beso y tomo la mano de Atsumu para salir de la piscina lanzarle una toalla para secarse un poco y avanzar al segundo piso a su preciada habitación. Al final pasó lo que casi todas la noches sucedía ambos cuerpos se entregaron al contrario durante toda la noche, disfrutando y entregando el amor tan profundo que tenían. Ambos gemelos se amaban y ambos sabían que para el mundo eso estaba mal, pero al final quien sabía todo entre ellos eran esas cuatro paredes la cual velaba y protegía ese amor tan desenfrenado. Donde los sonidos que salían podían hacerlo sin preocupación, donde podían amarse sin preocuparse.

Relación poco ConvencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora