Resfriado (CAPITULO UNICO)

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"Solo los tontos se resfrian en verano"

Esa era una frase que Miya Atsumu repetía año con año, desde la primavera hasta el invierno. Toda su vida de la paso diciendo eso y se burlaba de aquellos que se enferman por esas fechas, aún así dicen que el karma es muy fuerte. Por eso, siendo un 20 de mayo Miya Atsumu en vez de estar jugando afuera o saliendo con sus amigos se encuentra recostado en cama, con un parche frío en la frente totalmente arropado, lleno de sudor y un termómetro marcando 39.1 grados de temperatura.

Ahora bien, ustedes seguramente se estarán preguntando.
¿Cómo llegamos a esto?
Bueno, todo comenzó unas semanas atrás. El calor subía poco a poco, las lluvias también eran fuertes y entre tanto cambio climático el sistema inmunológico se debilitaba, durante esas fechas la Señora Miya insistía a sus hijos beber vitaminas y cuidarse. No podían quedarse completamente destapados aún con el calor, tenían que estar tomando agua constantemente, no podían salir sudorosos a la intemperie y si lo iban a hacer, tenían que asegurarse de que al llegará casa tomarían un baño caliente y bajarían a comer y tomar algo. Con estás indicaciones que se repetían año tras año Osamu ya se sabía a pie de la letra la dinámica, así que no haría mayor alboroto a su madre, seguiría las indicaciones sea rutina o no, pero el gemelo mayor era idiota y creía que con voluntad se resolvería todo. Ese fue su error, luego de unos cuantos días de reveldia ante los cuidados de su madre este quedó tendido en cama casi delirando, para su suerte la habitación de su hermano está junto a la suya y se conectan con una puerta entre habitaciones. Gracias a que Osamu fue a visitar a su hermano de manera casual a las 3:00 a.m fue que Atsumu está en casa y no en un hospital.

— Sigo sin entender cómo paso esto. — la monarca de la familia estaba bastante indignada, enojada y cansada por la situación. Sabía que Atsumu era idiota, pero esto ya era más a su capacidad. Cómo buena madre solo le quedó decir "Te lo dije" luego de haberle dado los medicamentos adecuados. — Yo no voy a poder cuidarlo, tengo un viaje de negocios y tú padre aún no regresa del suyo.

— No te preocupes, mamá. Dicen que la hierba mala nunca muere, no te preocupes por él, estará bien.

— Lamento esto hijo mío, se que están comenzando sus vacaciones de verano y seguramente ya tenías planes con tus amigos, pero confío en que entiendes la situación. — salían de la habitación de la mujer con una maleta en mano de camino a la entrada de la casa. Un auto con logotipo de aeropuerto esperaba afuera. — Perdón por dejarte con él.

— Tranquila. — El peligris reía por dentro, sus padres se preocupaban mucho por Atsumu y lo veían como un caso perdido, lo cual era un poco cierto pero a él se le hacía tierno. — Yo lo cuido, cualquier cosa lo llevo al hospital.

— Gracias. — beso la frente de su hijo y subió al auto.

El carro se fue y cuando yo no pudo verlo Osmau regreso a su hogar. Lo primero que hizo fue ir a la habitación de su hermano, se percató de que estaba dormido y se sintió mejor. Paso a su cuarto y tomo su cambio de ropa para luego ir al baño y tomar una ducha.
Cuando se quitó la ropa volvió a visualizar aquellas marcas de beso en su pecho y abdomen. Si, la visita casual no fue tan casual, la verdad de la situación es que en pleno acto Atsumu llegó a su límite y colapsó en fiebre, dejando a un Osamu insatisfecho, con una erección bastante dolorosa y un poquito asustado. Rápidamente fue por el termómetro y verifico lo obvio, Atsumu estaba resfriado.
Con todo el dolor de su entrepierna se volvió a poner su pijama y vistio a su hermano, cuando termino y verifico que todo estuviera en orden fue a la habitación de su madre y le informo del desafortunado caso. Su madre paso por diferentes etapas esa madrugada, la primera y la más obvia fue que se preocupo por su niño y corrió a ver cómo estaba, cosa que preocupaba a Osamu pues el rubio estaba casi delirando y temía que cometiera una tontería,cosa que no paso. La segunda etapa fue el santo regaño que se llevó Atsumu por sus descuidos y el reproche de las consecuencias. La tercera fue a su madre más estresada que nunca, estaba apresurada y preocupada por dejar a sus hijos toda una semana a solas y con uno enfermo. Por Osamu no se preocupaba, sabía que se cuidaba, pero si le preocupaba que por cuidar a su hermano este también se terminaría enfermando.

Relación poco ConvencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora