Relación poco Convencional

Propiedad del Zorro (3/3)

A la mañana siguiente el usual sonido de la alarma los despertó. Sus ojos fueron abriéndose lentamente hasta poder ver el cuerpo del contrario desnudo y pegado al suyo, se miraron fijamente recordando detalle de la noche anterior y entre más imágenes llegaban a sus cabezas su sonrió crecía. 

Rieron al darse cuenta de su situación y se dieron un corto beso. Se dieron los buenos días y muy a su pesar tuvieron que levantarse de la cama, tenían clases y debían apurarse. Osamu fue el primero en salir y tomar un baño, Atsumu se quedó ordenando la cama. Cuando entro y se quitó la bata que cubría su cuerpo se miró al espejo y recordó todo, las caricias, los besos, las pequeñas mordidas y la increíble sensación de estar juntos. Sonrió ante ello y entro a la ducha. No tardó más que 15 minutos para salir, llevaba puesta una su bata y debajo su ropa interior, por estar distraído olvidó su uniforme así que tendría que vestirse en su habitación. Al entrar Atsumu estaba organizando sus pertenencias para entrar al baño, lo observó y miro de pies a cabeza, le sonrió y antes de irse dejo un beso pequeño en su mejilla.

Después unos 30 minutos ambos hermanos ya estaban en la planta baja de su casa en la cocina y desayunando, aún no habían tenido la oportunidad de hablar o algo por el estilo, pero no les urgía hacerlo. Luego de terminar de desayunar y de lavarse los dientes tomaron sus bolsos y se encaminaron.

Durante su camino platicaron tranquilamente, seguían haciéndose riñas y molestándote por todo. No parecía que algo hubiera cambiado casi todo seguía igual, pero el alivio y el saber que eran correspondidos fue un cambio drástico en su relación.
En un punto de su camino donde saben que no pasa nadie y que ninguna de las casas o edificios tienen vista al camino se tomaron de las manos. Esos minutos que permanecieron así fueron graciosos, les confirmaba que todo era real.
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Varios meses después su relación seguía siendo apasionada y emocionante. La parte mala era que cada día era más difícil contenerse, muchas veces se besaban en los vestidores y algunas veces hacían un poco más, incluso un día estuvieron a punto de ser descubiertos. La vez más peligrosa fue cuando estaban en los vestidores del gimnasio, habían llegado bastante temprano las cosas se habían salido de control y cuando estaban a punto de dar el siguiente paso,  sus compañeros se escucharon. Tuvieron que soltarse lo más rápido posible, sus compañeros ingresaron, los saludaron y se cambiaron; los gemelos estaban bastante avergonzados, pero cuando sus miradas se encontraban unas grandes carcajadas luchaban por salir. Atsumu le sonreía a su hermano con complicidad mientras el otro le contestaba el gesto con una pequeña mirada de reproche para luego sonreír.

Para ellos era divertida la situación y la adrenalina que incluía. Sin embargo, mientras ellos disfrutaban de la situación una persona bastante conocida los miraba y terminaba de atar cabos sobre la peculiar interacción que tenían los gemelos durante los últimos meses. 
El entrenamiento terminó siendo bastante normal, unas peleas inocentes y bromas entre todos. Era ya bastante común ver a todos así y aún que su capitán no se incluía esta vez estaba demasiado distante. Ninguno se atrevió a preguntar, solo lo dejaron pasar y siguieron con sus juegos. Más tarde, cuando el entrenamiento termino y ahora todos regresarían a sus casas. Kita, quien terminó de cambiarse antes que todos se mantenía sentado, esperando a que todos se fueran. Cuando todos se despidieron kita llamo a dos personas en especial y cerró los vestidores. Los chicos ya bastantes asustados por la conducta de su capitán se sentaron para escuchar el regalo y charla que ya se venía venir. Aun así, se quedaron congelados cuando su capitán hizo la primera pregunta.

-¿Cómo es que terminaron en este tipo de relación?.-
Un enorme silencio se colocó por varios minutos entre los tres chicos.

-¿A qué te refieres?.

- ¿De verdad creyeron que podrían esconderlo? Saben que los demás no se darán cuenta, pero conmigo es diferente. ¿Y bien? Los escucho.- tal vez estaba siendo bastante rudo con los chicos, pero de verdad quería entenderlos.