Lugar Secreto (2/2)

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Atsumu lo deposito con mucho cuidado sobre la cama, tratando a osamu como el ser más frágil y delicado, tomando sus caderas. Los besos iban y venían, hasta ahora eran tranquilos. Algunos duraban más que otros, recorrían el rostro, cuello, hombros y orejas de su acompañante quien respondía con caricias en la espalda y revolvía su cabello.
Una de las manos bajo hacia el muslo del menor, masajeando cada centímetro mientras lo levantaba y acomodaba en su cintura, dándole el acceso suficiente para pegar su cuerpo todo lo que podía.
Los minutos pasaban, las caricias se hacían presentes y los besos más demandantes, el ambiente ya estaba demasiado denso. Los gemidos ya hacían acto de presencia y eso solo los encendía más, osamu mostrando su voz en la oreja de Atsumu con un tomo muy bajo, casi como un susurro.
El rubio jadeaba y gruñía sobre el cuello Osamu, el aliento caliente provocaba choques eléctricos en todo su cuerpo.
Durante todo el tiempo que llevaban juntos esa noche en especial las sensaciones volaban por las nubes. Recordó su primera vez, fue un desastre total, ninguno de los dos sabía que hacer y quedaban dudas aun así pudieron disfrutar cada segundo, aquella noche aprendieron. Aprendieron a amarse, quererse, desearse, tocarse, llevar al cielo en un viaje redondo a la persona que más amaba siempre ofreciendo experiencias nuevas y dejando recuerdos nuevos y diferentes, eso sí, todos eran mejor que el anterior.

Entre besos y ligeros roces, la playera de Atsumu se hizo molesta. Con un poco de esfuerzo logro quitársela, volvieron a abrazarse y los besos continuaron. A los poco segundos Atsumu se separó un poco, miraba el cuello de osamu y le daba pequeñas caricias con su dedo.

-¿Por qué esa cara, que sucede?.- pregunto con una pequeña preocupación.

-¿Puedo... Marcarte?.- lo miro.- Por favor.

-...- Osamu estaba algo sorprendido, hace mucho tiempo que Atsumu le pedía eso, pero a diferencia de las veces anteriores esa noche no había motivos ocultos. Solo era porque quería hacerlo, no había más.- Pero solo será está noche- dijo- dará el tiempo suficiente para que comiencen a desaparecer y pueda cubrirlas con maquillaje. Nunca he estado en contra de las marcas, siempre me ha encantado la idea, pero debemos cuidarnos. Así que si es solo por esta noche, está bien.- tomo el rostro de Atsumu con ambas manos y le dejo un beso en la frente, regalando una pequeña sonrisa.

- Si lo dices de esa forma se me quitan las ganas- rio un poco.- porque eso es tan lindo y cursi de tu parte que arruina el momento.- la vergüenza de ese momento era tan graciosa, bajo la cabeza hasta el pecho de osamu y ahí la escondió un rato. Luego comenzó a recorrer con su nariz en dirección al cuello. Beso, la parte que eligió para la primera marca, la lamió, succionó y por último de le dio una pequeña mordida.-Por fin eres totalmente mío. Y esto.- admiraba su gran trabajo.- Lo demuestra.

-De verdad que no cambias.-miro a Atsumu por unos segundos.-Pero, ahora es mi turno. Yo también quiero marcarte- dijo.- tú ya me has reclamado, pero yo igual quiero hacerlo. Quiero que seas mío.-

Aunque se lo dijo, Atsumu no pudo reaccionar cuando osamu cambio las posiciones y lo marco. Todo paso en máximo dos minutos, pero no había reaccionado un segundo. Al incorporarse lo miro y sonrió con ternura, entonces bajo y los besos reanudaron. Ahora Osamu está sobre Atsumu, con las piernas a los costados de este y sentado sobre su miembro. Unas manos se metieron por dejado de su ropa, paseando por todo su torso, masajeando y jugando con sus pezones. El menor solo se dejaba hacer, mientras él se movía lenta y de manera tortuosa sobre Atsumu. 
Para ese punto de la noche, entre las prendas que aún quedaban eran: la ropa interior de Atsumu y la playera de Osamu. No se la había quitado y tampoco es que quieran hacerlo. Según ellos, le daba un toque candente al tema, porque la playera en realidad era de Atsumu y aunque siempre se andaban robando la ropa del otro, en ese momento le daba un toque especial. El menor se alejo y bajo el elástico del boxer de Atsumu, liberando su miembro. Volvió a la posición que estaba y siguio frotando.

Relación poco ConvencionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora