Un Obstáculo

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- SANHA -
Al día siguiente

Nos quedamos dormidos luego de esta hermosa noche. El calor de nuestros cuerpos era todo lo que mi corazón añoraba. Su cama tenía impregnado su  perfume Dior. Las sábanas eran blancas y suaves... como su piel color leche.
La paz que se sentía estar junto a él era inexplicable. Como un momento que podía perdurar en el tiempo y no cansarme.
Despertando, el sonido de la lluvia y las ventanas llenas de gotitas de agua, me retrataron el cuadro perfecto junto al hombre que me había enamorado. Él estaba detrás mío, haciendo cucharita, con su mano en mi cintura. Me giré para verlo de frente y juré nunca haber visto semejante hermosura. Su nariz redondita y su pequeña boca, sus ojos cerrados lucían tan tranquilos... Tomé su mano, ella era más pequeña que la mía. Era tierno, comparado con el resto de su cuerpo. Sus brazos eran tres veces los míos, sus hombros eran tan anchos, en sus clavículas decía que eran las más sexys del mundo jum... Y bueno, sus piernas eran como las de un futbolista, podrían sostener todo mi cuerpo si estuviera entre medio de ellas... Él se acababa de mover y hacer su boquita hacia afuera como un patito. Mi corazón casi se rompió... Dejé un dulce beso sobre la punta de su nariz y me fui a hacer el desayuno para los dos. Me puse su camisa blanca, mi bóxer y bajé las escaleras camino a la cocina...

***
- BIN -

¿Estaba soñando? Por un momento creí sentir que alguien me dio un beso... Desperté y me vi solo en la cama. Mi corazón comenzó a golpear fuerte, sentí tanto miedo que me puse los pantalones rápido y fui a buscar a Sanha a cada habitación del primer piso. No lo encontraba. Bajé las escaleras y sentí un ruido a acero que provenía de la cocina. Fui corriendo allí... Él seguía aquí. Me llevé la mano al corazón, creí que me moriría, la angustia ya me estaba ganando...
Lo miré con atención. ¿Estaba haciendo el desayuno? ¿Sabe cocinar? Me daba gracia pero también ternura el sólo hecho de intentarlo. Espera... ¿Estaba usando mi camisa? Se me está cumpliendo un sueño... Se veía hermoso con ella puesta...
Como un imán, en un pestañeo, estaba a centímetros de él, pero aún no se había percatado de mi presencia. Estaba cortando tomates. Me acerqué desde atrás y lo tomé de las manos, alejando el cuchillo. Se sorprendió con un pequeño sobresalto y luego se rió.

***

- ¿Por qué no te oí? ¿Viniste en puntas de pie?

- No... - le da un beso en el oído. - Te pusiste mi camisa... - decía cerca de su cuello con esa respiración caliente.

En seguida, Sanha fue atraído contra su cuerpo bruscamente, sintiendo cada parte de él sobresaliente. Bin cruzaba sus brazos alrededor.

- ¿Ahora...? - Sanha cerraba las ojos sintiendo el placer de sus besos en la nuca.

- No me dejas opción - dijo Bin. Bajó su ropa interior y subió dándole besos por su columna vertebral hasta llegar al cuello en tanto le quitaba la camisa sobre su cabeza.

- Házmelo... - dijo Sanha, desesperado por sentir a Bin dentro suyo.

- Dilo más fuerte... - seguía besándolo, ahora sus hombros.

- Házmelo. - dijo más fuerte.

Inmediatamente, Bin bajó y empezó a dilatarlo con su lengua, provocando jadeos constantes en Sanha. Éste sostenía el cabello del otro mientras lo enredaba entre sus dedos. Bin se paró de nuevo para besarlo en la boca. Sanha seguía de espaldas, su brazo atraía el rostro de Bin al suyo.
Ahogados en pasión, la cocina se volvió un lugar impuro. Bin tapaba la boca de Sanha para no despertar la curiosidad en los vecinos con sus gemidos. Ambos estaban inmersos en su lujuria. Incluso cuando sus piernas se acalambraban, las mesas de la cocina eran su sostén a lo ilimitado. Bin lo cargó a su cintura y lo llevó a la siguiente habitación. El living.

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