Al Final De La Escalera

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- BIN -
Dos días después

Bin asistía a la facultad, y como era normal, se cruzaba con Sanha en el camino a las aulas o en el patio delantero que separaba la entrada exterior con la entrada al establecimiento.
Hace dos días lo ignoraba como el mejor, pero Bin estaba entregado a pasar por esas situaciones pensando que podía ser el comienzo de un cambio importante en Sanha. Solo dejar que lo piense por un rato era lo correcto.

***

- ¡Bin-ah!

- Hyundae, ¿cómo estás, amigo?

- ¿Es en serio? Hace días que no hablamos, cuéntame que te anda pasando...

- ¿Qué.. ahora eres mi terapeuta?

- Ay qué mala onda... Vine a ti porque Sanha no me da ni cinco de atención, ¿y ahora tú me tratas así? No es fácil tener amigos - se cruza de brazos.

Risita - Perdón, no era mi intención ofenderte, - le da palmadas en la espalda - la verdad.., es que me siento atraído hacia alguien y no me registra... - dice en voz baja.

- ¿Eh? ¿Cuándo me lo pensabas decir? - Bin le sacude el brazo para que baje la voz - Ay, perdón... ¿quién es? ¿la conozco? - susurra.

- No te puedo decir ahora - mira hacia otro lado.

- Oye, no me hagas esto, Bin. Somos amigos desde que dejamos los pañales... - reprocha.

- ¿Desde cuándo eres tan sensible? ¿Quieres pelear mi puesto? jaja - lo abraza de costado. - Me voy a clases, después te veo - corre.

- Aish... no puede ser... ¿Sanha sabrá algo? Le preguntaré luego.

***
- SANHA -
Recreo

- Sanha, ¡te encontré! - viene hacia él con entusiasmo.

- Tu alegría me da náuseas. - da un sorbo a su bebida.

- Dios, ¡cuándo se te va a pasar ese mal humor! Extraño al Sanha juguetón que hacía chistes malvados a su hyung. - sobreactúa.

- Tu melosidad está a punto de matarme. - toma otro sorbo.

- Aish ¡Bien! Iré directo al grano. ¿Quien es el amado de Bin?

Sanha se ahogó ante la pregunta directa.

- Ey, ey, cuidado, ¡tose, tose! - le da palmadas fuertes en la espalda.

Sanha dice algo pero Hyundae no le entiende.

- Perdón, no te escuché...

- QUÉ ME DUELEN TUS GOLPES...

- ¡Ay! Lo siento, no me di cuenta, solo quería ayudarte. Qué malagradecido... - lo deja.

- Dios, me ibas a dejar en cama ya...

- Exagerado. Todavía no me respondes, mejor vas y te ahogas. Presiento que sabes quién es. - lo mira curioso.

- Basta, no sé nada, pregúntale a él...

- Ya le pregunté y no me quiere decir - hace puchero.

¿Tienes curiosidad? | BINSANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora