¿Tienes curiosidad? | BINSAN

Confiar

- BIN -

Ya pasaron cuatro días y Sanha no me  contesta ni me mira. Trato de cuidar su espalda cada día de ese idiota de Yongha. Es cuestión de tiempo hasta que a éste se le zafe el último tornillo y haga algo indeseado. Aunque Sanha me ignore, no me apartaré de él, aunque duela ver su expresión indiferente cuando descubre que lo estoy cuidando, no lo dejaré. Por momentos es como si fuésemos extraños. Es normal, aún no ha visto ni oído las verdaderas intenciones de Yongha por su propia, todavía no se me ocurre una forma de convencerlo y deje de ver como el infiel.

***
En la universidad

Bin ve a Sanha cruzar la puerta de entrada y corre hacia él - ¡Sanha!

- Otra vez no... - Sanha se da la vuelta.

- ¡Espera! - lo toma del brazo. - Antes que te escapes de nuevo, necesitamos hablar. - determinante.

- Yo no quiero hablar con vos... - se suelta.

- ¿De verdad no me vas a dar la oportunidad de defenderme?

- Te burlaste de mi en mi cara. Mientras ese imbécil te tiraba piropos estando yo al lado tuyo. ¿No te da vergüenza?

- Sanha... Por favor, escúchame... - lo mira triste.

- Te doy una sola oportunidad de decir la verdad, - señala con su dedo indice. - y me iré.

- Está bien, está bien. Pero vamos a un lugar más privado.

- Ok...

***
Patio trasero

- Seré breve. Yongha me está manipulando. Quiere que nos separemos. Está completamente obsesionado y me amenaza con hacerte daño. - se exalta. - ¿Cómo te explico sin que me des vuelta la cara? ¡La estoy pasando terrible!

- Bin, calma...

- ¿Sabes cómo me siento cuando me esquivas la mirada? ¿O cuando estoy cerca tuyo y no puedo tocarte? - no puede sostener las lágrimas. - Me estás matando... - se frota los ojos.

- Hey... - se acerca. - Mirame. - le sube el mentón. - Te creo, ¿sí? Te creo. Ya no llores.

- Si no me pongo así, no lo puedes ver. Me duele el pecho, Sanha... - lo mira con sus ojos desesperantes.

- Bin, - lo toma de las mejillas - prometo que no dudaré más de ti. Lo juro. - sus ojos comenzaban a tornarse vidriosos. - Perdón...perdón - chocan sus frentes. - Pensé que me engañabas y no podía evitar sentirme humillado y enojado. Costó aceptarme a mi mismo y pensé que me habías usado como juguete. Pero la verdad es que te amo y aunque no quiera, no dejo de pensarte todo el tiempo. - sus lágrimas caen.

- Sanha, - ahora Bin lo toma de las mejillas - yo también te amo. Y por el amor que nos tenemos, dejémonos de tonterías. Mira lo que está logrando, tenemos que estar más atentos que nunca y confiar en el otro. No voy a permitir que me aleje de vos, ¿ok?

- Sí... - se miran por un momento. Bin toma a Sanha y lo empuja a su boca para darle un beso ferviente que reclamaba el tiempo perdido en vano por los dos. Luego, un abrazo apretado y cálido que vislumbraba el cariño que se tenían esos dos mientras limpiaban sus lágrimas.