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Izuku entró a su habitación cansado. Mentalmente no estaba bien. Necesitaba dejar de pensar en cosas absurdas, y calmarse. Se metió a la ducha, se quedó un rato bajo el agua pensando. Estaba frustrado, quería fumar. Se bañó, y salió con una toalla amarrada a su cintura. Notó que no estaba sólo porque vio los zapatos del rubio cerca de la puerta. No le prestó atención.

Izuku buscó entre sus ropas algo cómodo. Se vistió delante del rubio sin importarle que le viera o no, desnudo. Tomó una cajetilla de cigarrillos y un encendedor. Iba saliendo, hasta que la voz ronca de Katsuki lo hizo parar.

- Hablemos.- ofreció Bakugo, más como una orden.

Izuku negó suavemente con la cabeza. Quería salir a quitar su dolor afuera. Giró la perilla para abrir la puerta, pero su mano fue quitada bruscamente por el otro.

- Quédate en el maldito cuarto.

- Déjame ir, Kacchan. - la voz del pecoso era baja pero firme.

- Hablemos, maldición. - exigió una vez más el rubio.

Izuku suspiró y accedió.

Cerró la puerta tras él. Se sentó en su cama, dispuesto a fumar dentro del lugar para calmarse. Pero Bakugo nuevamente había metido la mano para arrebatarle la cajetilla.

- ¿Qué demonios sucede contigo?.- el pecoso no conseguía hablar fuerte pero sus palabras no flaqueaban. Bakugo lo notaba.

- Te ves jodidamente mal, peor que de costumbre.

- ¿Desde cuándo te ha importado eso?

- Me irrita verte, imbecil.

- Entonces, déjame ir.

- No seas tan malditamente idiota, escoria!

Izuku se quedó silencio. Vio como Bakugo se quitaba la camisa. Se sorprendió un poco, pero no lo dio a demostrar. El rubio se acercó hasta donde estaba él, y tomó su mano para posarla en su pecho. El peliverde no entendió lo que quería hacer.

Hasta que sintió una cicatriz. Cerca de su corazón. Grande y profunda. Izuku sintió la sangre irse de su cuerpo.

- ¿Ka.. cchan.. tú?.- el rubio resopló divertido ante la cara de tragedia y terror que tenía el contrario.

- Una vez, me metí en problemas.- contaba.- y, como no creía en "nadie", decidí arriesgarme. Casi muero en el intento. Nunca había sentido tanto miedo, sabes?.- se alejó para sentarse en su cama.- Pensé que moriría sin haber logrado algún objetivo. Sin una familia, sin una buena casa, carro...
- suspiró tembloroso. - pensé que no disfrutaría más de esta vida... Recuerdo que cuando fui apuñalado, y sentí mi cuerpo pesado, antes de cerrar mis ojos, pensé en ti.. nunca supe que tanto me importabas, hasta que vi mi vida pasar por delante de mis ojos...

Izuku estaba mirando el suelo mientras lloraba en silencio. Katsuki sólo le veía sin expresión en el rostro.

- Perdóname, Katsuki.

- Cierra tu maldita boca!.- gritó exasperado.

Izuku se levantó de la cama y abrazó al contrario. El rubio correspondió el gesto, sintiendo como su cuerpo era más apegado a Deku. Odiaba los abrazos, pero por primera vez en su vida haría una excepción.

Izuku olía mucho a licor, sabía que estaba casi hecho mierda pero estaba consciente. El rubio intentó forcejear para salir de los brazos del pecoso, pero hizo algo que lo dejó completamente fuera de sí, desconcertando todo.

Izuku había besado su mejilla suavemente.

Un sonrojo se hizo presente en sus mejillas y orejas, corriendo hasta su nuca. Ese idiota era un desvergonzado.

- Aléjate de mí, idiota!

Por segunda vez se sorprendió. Izuku estaba ante él, arrodillado, con la cabeza gacha.

- Katsuki.

El rubio tembló ante la voz del contrario, escuchar su nombre salir de esos labios era algo sorpresivo aún.

- Perdóname por no ser alguien digno de ti, en serio, mereces más de lo que necesitas.

- No sé porque coño dices eso, Deku.- hablaba pausado.

- Sólo acepta mis disculpas, maldición.

- No me obligues, mierda!

Un incómodo silencio se hizo presente. Katsuki le estiró la mano al peliverde para que se levantara del suelo. Éste aceptó sin problemas.

- Sé tu maldito secreto.

- ¿De qué hablas?.

- Tu patético matrimonio arreglado.

Izuku sintió como su alma salía de su cuerpo.

- N-No es lo que parece, Kats.. Ka-Kacchan.- habló en susurros.

- Claro que es lo que malditamente es, imbecil.

- ¿Cómo....?

- Te oí hablar por celular con tu "novia".- hizo una mueca y señaló comillas al nombrar a Melissa con un poco de desdén.- supe todo lo que le harás cuando vuelvas allá a Miami.

Bakugo era muy perspicaz, él siempre lo supo.

- ¿Q-Qué..?, ¡Espera!, ¡No, Kacchan!.- el pecoso estaba algo desesperado. - ¡Me suelo jugar con ella así!

- ¿Ahhhh?. Esos no son malditos juegos, Deku de mierda!

- Yo tengo mucho tiempo sin...- miró el suelo sonrojado y juntando sus dos dedos índices en señal de timidez.- .. ya sabes, Kacchan.

Katsuki le miró incrédulo, ese maldito chico lo estaba subestimando. Él había oído todo lo que dijo por llamada, y ahora actuaba como si nada, como inocente. No entendía.

- Mira, maldito mentiroso, no me subestimes.- Bakugo acercó su rostro al contrario, hasta sentir sus respiraciones chocar a la par.- Eres tan jodidamente sucio al hablar, y tan lascivo..- sus miradas se conectaron.

- K-Kacchan.. no te a-acerques tanto.- empujaba levemente su pecho.

- ¿Por qué mentiste?.- el rubio lo tomó por el mentón y le hizo alzar el rostro.

- No me o-obligues a hablar.- su voz salió en un hilo. Katsuki rió ante eso, pero su arrogancia se convirtió en sorpresa cuando sintió la mano de Izuku tomar las suyas con fuerza y tumbarlo arriba de la cama. Ante la sorpresa, el rubio jadeó. El pecoso lo tenía aprisionado contra la cama.

- ¿Sabes, Kacchan~?.- su voz suave y aguda le ponían los pelos de punta al contrario.- me siento muy mal.. he querido follar tanto..  sentirme bien..  y, mi única manera es fumar y beber un poco.. pero tú. - se acercó a su oído, y su voz salió más ronca y gruesa.- no me dejaste.. y me siento taaan frustrado en este momento..

Bakugo tembló ante eso y un gemido involuntario salió de sus labios sin ser oído.

- Por favor. Déjame ir a fumar, Kacchan.- hablaba suplicante.- sólo será una vez. Lo prometo!

Katsuki estaba harto de tanta insistencia. Así que lo empujó levemente hacia arriba sin tanta fuerza.

- Kacchan, ¿estás bien?.- miró el rostro del rubio y estaba totalmente ruborizado.

Izuku tragó grueso, ese chico era tan lindo. Se veía aún más lindo estando nervioso y sonrojado debajo de él. Sus impulsos querían hacerse cargo pero los sobrellevaba.

- Su-Supongo que eso es un s-sí.

El peliverde se levantó rápidamente y salió de la habitación con una pequeña erección en sus pantalones. Mientras Bakugo, estaba intentando calmar su respiración y su agitado corazón, no entendía porqué mierda estaba así. Debía haberse sentido aliviado de que el contrario no haya hecho nada en contra de su voluntad, pero no. Se sentía con un hueco en el pecho, y las ganas de llorar, inundaron su sistema.














BUENAS, me extrañaron? 👎🏻😔

[BORRACHERA. | BAKUDEKU / ♧ BNHA ♧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora