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Después de casi terminar con su charla amistosa y familiar, todos decidieron hacer algunas dinámicas y divertirse. Para lo último, habían dejado las entregas de cartas, y los detalles como recordatorio de ese momento tan especial e importante para cada uno de ellos.

— Bueno, la verdad sólo le hice cartas extensas a dos personas.— explicó tristemente Mina.— .. aún así, les hice chocolates a todos con sus respectivos nombres encima.— su humor cambió rápidamente, dejando a todos sorprendidos.

Ashido le entregó una de sus cartas a Sero, y la otra a Denki. Todas las chicas se sintieron traicionadas pero la pelirrosa al entregarles unos chocolates con unas florecillas de masa moldeable, absolutamente todas se sintieron felices.

— Bueno.. la verdad es que.. he hecho solo tres cartas pero..  a todos les he hecho un pequeño detalle escrito igualmente. — expuso Tenya.

El peliazul se levantó y tomó la mano de Midoriya para colocar la carta allí. Después, fue hasta donde Shoto y le sonrió agradecido. A ambos les dio un abrazo. Se notaba muchísimo lo apegado que habían sido durante años.

— Yo pensando en que iban a venir la mayoría de aquí, mandé a hacer camisas.— dijo Kirishima riendo.— .. quise que tuviéramos el recuerdo de un buen momento plasmado en alguna prenda que claramente, en cualquier dia podemos usar.— explicó enérgico.

Después de haber entregado las camisas, el pelirrojo giró una botella y quedó como siguiente Shoji.

— Bueno, tengo una cámara digital donde se pueden imprimir fotos y.. quise hacerle ese pequeño detalles a todos.

El fornido hombre entregó un sobre a cada persona de allí con varias fotos grupales de ellos mismos en la universidad y también en la posada presente dentro de aquel papel. Era algo demasiado lindo, y totalmente especial.

— Bueno.. yo si hice cartas para todos..  porque soy muy agradecida con cada uno de ustedes.. — habló Ochaco después de ser elegida como nueva participante.

La castaña primero llegó hasta el puesto de Izuku, y a él le dio un beso en la frente. Luego hasta donde Tenya, y así fue pasando por cada lugar dejando sus maravillosas cartas. Él último en recibirla fue Bakugo, quién ni se inmutó en su lugar.

— Puedo decir que.. solo pude hacer unas pequeñas pulseras con sus colores característicos.— Momo rascó su nuca nerviosa. Pensaba que no era la gran cosa pero todos se vieron maravillados cuando tenían una pequeña representación dentro de ese grupo, y la pelinegra se sintió muy feliz.

— No sé.. pero les juro que no fue intencional.— explicó alertando a todos Denki.— ... yo.. sólo quería que las piedras de atrás encendieran con mis maravillosas técnicas como electricista pero... — agachó su cabeza, y cabizbajo tocó un botón de un control remoto. Todas las palmeras y piedras se iluminaron de diferentes colores, dando una muy linda imagen al ambiente amistoso que había. Todos aplaudieron emocionados.— ... ¡Jamás pensé que quedaría tan genial!

— Es mi turno..  y yo.. yo solo puedo invitarlos como despedida a un restaurante aquí en el centro de la ciudad.— dijo muy entusiasmado Inasa. Todos asintieron, hasta Bakugo.

— Bien.. ya que Inasa los invitó al restaurante.. yo.. quería también salir con ustedes pero, sería demasiado tiempo.— dijo Asui con un dedo en su mentón. — .. aún así, hice un pastel para compartir con todos aquí. Espero que lo disfruten.

Obviamente, todos esperaron terminar la ronda de " entregar presentes y regalos como recordatorio" para comerlo.

—  Todos pueden comer mierda si piensas que les daré un maldito regalo.—  expresó aburrido el rubio.

Todos se esperaban eso del rubio, aún así, el mejor regalo había sido tenerlo allí presente. Pese a que él había sido muy odiado, ellos siempre tuvieron cierta amistad con su compañero explosivo y también le querían como un hermano.

— Mi turno.. yo.. hice cartas también.. — dijo Izuku tímidamente.

El peliverde caminó despacio y entregó cartas a todos y cada uno de los presentes. Menos a Katsuki. Y todos lo notaron. El rubio estaba ardiendo de furia. Después de que el peliverde se sentara, Kyoka tomó su guitarra.

— Soy la última y... voy a cantarles. — dijo la chica amablemente. — No tengo otro maldito regalo.

En la pequeña rueda que hacían bajo la oscura y fría noche, los chicos estaban totalmente cálidos disfrutando del maravilloso momento que vivían. Quizás podía ser la última vez, tal vez la primera en años.












































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[BORRACHERA. | BAKUDEKU / ♧ BNHA ♧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora