[BORRACHERA. | BAKUDEKU / ♧ BNHA ♧]

8

A quien le gusta el Dekulissa?

A quién le gusta el Dekukatsu?

Era el cuarto día. Maravilloso sol, completamente acalorado. Era perfecto para sacar la piscina y tomar alcohol. Sero ese día estaba muy sospechoso, y Kyoka lo notó.

Veía como su amigo, revisaba los alrededores y medía el lugar con los brazos. Realmente estaba preocupada por la salud mental de su amigo pero también curiosa por lo que quería hacer. Así que decidió dejarlo tranquilo, vigilando disimuladamente lo que hacía.

Y es que Sero ese día quería sorprender a la castaña y pedirme formalmente tener una relación amorosa. Quería algo serio con ella. Sonaba muy desesperado, pero quería hacer, por primera vez, las cosas bien.

...

Por otro lado, estaba Izuku decaído con unas ojeras más grande que su cara. Se veía jodidamente mal. Parecía un zombi, no se había puesto ni siquiera camisa. Aunque es considerable. Hacía un calor de mierda.

Se sentó en la mesa del comedor principal, y tomó una cerveza directamente, sin haber desayuno. Mina llegó a los minutos con una cara enojada y regañando al pecoso como si fuese un niño, mientras que Momo le daba una camiseta.

El peliverde agradeció el gesto de las chicas. Fue a la cocina a ver que comía, y grande fue su sorpresa al encontrarse con Kacchan ahí. Ambos se miraron de frente, y Katsuki fingió demencia mientras preparaba su desayuno, ignorando olímpicamente al pecoso.

El peliverde se sintió disgustado ante la clara falta de respeto por parte del rubio. Abrió la nevera sin importarle hacer ruido e incomodar, agarró un pan y leche de cartón para vaciarlo en un vaso. El rubio por su lado, preparaba unos huevos y salchichas para comerlo con unas panquecas.

Miró indignado el "desayuno" del otro. Realmente era desagradable solo comer eso, cuando sabía que pasaría todo el día ingiriendo alcohol. Resopló enojado. Era un jodido idiota de mierda.

- Toma, pedazo de mierda. Cómete esto.- habló autoritario ante el pecoso.

Izuku ante eso se atragantó con el pan y empezó a toser. No entendía porque ahora el rubio le ofrecía su desayuno, debería haberle echado el café hirviendo encima.

- Gracias, Katsuki.- habló tan emocionado pero calmado que al rubio le pareció extraño.

- Cállate, escoria.

Izuku rió lo más bajo que pudo, ese hombre nunca cambiaba.

Katsuki por su lado veía fijamente, las reacciones del otro. Era insoportable.

...

Todos estaban disfrutando un día más en ese lugar tan hermoso. Algunos tomaban baño, otros tomaban fotos, otros hablaban, e Izuku bebía sin parar. Mina y Momo realmente le preocupaban el peliverde, aunque no había nada de malo en beber, sabían que no sólo lo hacía por disfrutar.

Izuku sintió su celular vibrar y sonar, era una llamada. Se colocó a un extremo del lugar y contestó la llamada de su novia.

- Hola, Izuku. Necesitamos hablar.

- Hola, Melissa. Puedes hablar con confianza, nadie nos oye.

- Es momento del divorcio.

- Ufff, al fin, pensé que nunca lo pedirías.

- No seas idiota, sabes que el plan salió a la perfección.

- Aún así, no puedo creer que hayas comprado la fábrica de enlatados.- el pecoso rió enérgico.- Eres increíble!

- La verdad, no lo hubiese logrado sin ti. Perdón por hacerte pensar que no era de confianza, tenía que hacerlo para que aquellos me creyeran, ya sabes..

- Oh, por supuesto. ¿Dónde estás ahora, "my love"?

- Sabes que conmigo puedes hablar español, no seas idiota. Ahorita estoy llegando a "nuestra casa". Tengo tantas ganas de sexo.

- Llevamos tiempo sin tenerlo realmente, eras jodidamente mala. Me tenias en maldita abstinencia.

- ohhhh, perdóname Izuuuu~. Prometo compensar.

- Me encantaría follarte unas cuantas veces más. Ya sabes, negocios.

- ¿Me darás tan rico? Así que me dejé toda marcada y sin fuerza.

- Sí. Te voy a joder todita. Y voy a romperte tu hermoso culo preciosa.

- Me sonrojas, Izuuu~. Ya quiero verte.

- Pronto, no seas una perra desesperada. Hablamos luego, adiós.

El pecoso terminó su llamada, y suspiró sonoramente. Se recostó de un barandal cercano y comenzó a fumar para calmar sus ganas. Realmente estaba necesitado.

Lo que nadie sabía es que un rubio malhumorado había escuchado toda la conversación.

AAAAaAAaaaAAa, Bakugo solo se hace el pendejo pa