Capítulo 10

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- Montaremos el campamento aquí. - Una voz autoritaria ordenaba a un grupo de hombres que preparara las carpas y algunas cosas más para poder descansar. 

- Señor Alatus, iremos de caza y traeremos una buena pieza. - 

- No será necesario, yo también me uniré a la cacería, me hará bien hacer algo de ejercicio. - Y tras equiparse salieron en busca de una buena presa. Avanzaron por el espesor del bosque para llegar a un claro donde se encontraba un conejo. Una sabrosa presa para empezar pensaron, pero en el momento en que se prepararon con el arco, el pequeño animal ya había sido atravesado por una flecha. Al observarlo, había sido un tiro limpio. De repente un joven aparecía para reclamar su premio. 

- Ja, ya eres mio. - Un aplauso llamaba su atención. 

- Increible tiro chico. - 

Tiempo antes. 

- Por fin terminamos. -

- Si, justo a tiempo. - Aether y algunos aldeanos acaban los preparativos para la comida. 

- Iré a ver a Xi, espero que se haya calmado un poco. - Suspiraba. Tenía que hablar con él seriamente sobre aquella persona y lo que eso representaba, debía decirle la verdad. Al llegar a su habitación, llamó a la puerta, y al no obtener respuesta entró pensando que simplemente no querría dirigirle la palabra. Tan solo es una rabieta, se decía. y terminaba descubriendo que no estaba. Se asustó. Inmediatamente salió corriendo para buscar a los demás y saber si alguno lo había visto, pero las respuestas eran negativas. Debido a la escasa vigilancia no les sorprendería que consiguiera burlarlos. 

- Aether cálmate, seguro que no puede estar muy lejos. Lo encontraremos. - 

- No lo entiendes, si le pasa algo será mi culpa. Debí hablar con él hace tiempo, pero terminé posponiéndolo por miedo a como reaccionaría. - Lágrimas salían de sus ojos. estaba realmente preocupado. 

- Está bien, pero ahora no es momento de preocuparse por ello. Saldré a buscarlo. - 

- Espera, yo también voy. - Kara no estaba segura de hacerlo, quería traer de vuelta a Xi rapidamente, y si llevaba a Aether quizás lo pusiera en peligro, pero por otro lado este último no iba a dejar que ella se marchara sin llevarlo, por lo que al final no pudo hacer otra cosa que ceder. 

- Niños, ¿dónde os habíais metido?, estaba a punto de llamaros para la comida. - Decía una de las madres. 

- Estábamos jugando. Queríamos ir con Xi-nichan, pero no nos dejó. - Bajaban la mirada al suelo enfadados. 

- Chicos, hacia dónde fue... - 

- Por allí. - al escuchar esto, ambos siguieron el camino. Unas huellas que parecían haber cambiado de forma lo delataban, era él. Kara agudizó su olfato al igual que Xi antes de ella, y de esta forma comprobaron que se encontraba corriendo a lo lejos en dirección a alguna presa. Fueron inmediatamente tras él. 

- Tengo un mal presentimiento, llámame pájaro de mal agüero si quieres. -

- No, en esto coincido. Por algun motivo también tengo esa sensación, espero que tan solo sea la preocupación. - Eso esperaban, pero mediante iba acercándose, ya era demasiado tarde. Un olor conocido, demasido por ambos. 

- ¿ Estás aquí solo?, es raro que un niño ande cazando. No creo que tengas más de 4 años. ¿ Me equivoco?-

- ¿ Cómo sabes? - 

- Es fácil reconocer a otro beastars. - Este no mostraba ira hacia él, es más no parecía estar en guardia, por lo que Alatus imaginó que no sabía nada. Sonreía. - ¿Acaso tu madre no te ha explicado nada?, o tal vez mi hermano... - Xi se extrañó, era raro que se pareciera tanto, pero jamás le habían dicho que tuvieran algún hermano más. Kara y Xiao siempre decían que ellos eran su propia familia, y que ahora él también pertenecía junto con su padre a la misma. 

- Pensé que era raro que te parecieras tanto al tío Xiao, pero nunca me dijeron que tuvieran alguno. - 

- Ya veo, pero quizás deberíamos dejar que tu madre te lo explique. - Xi se extrañó, de nuevo madre, a quién se refería con ello... - Por qué no saliís y se uniis a nosotros. Estamos teniendo una conversación de lo más entretenida., De entre los setos algo alejados salían dos siluetas, eran Aether y Kara a quienes se le cumplían sus peores temores. 

- Xi, ¿ estás bien? - El nombrado asentía y notaba cuan tensa estaba la situación, por lo que pensó que lo mejor sería marcharse tranquilamente. 

- Ha sido un placer, pero ahora he de irme. - Intentó levantarse, pero fue detenido por Alatus. En ese momento notó que definitivamente algo no iba bien. 

- Alatus, déjalo ir. - Aether enseñaba los colmillos a la par que gruñía. Kara por su parte estaba en guardia ante cualquier ataque, aunque de poco sirviera, ya que tenían a Xi. 

- Oh, vaya, parece que alguien está enfadado. Una pena, por mucho que quiera complacerte no puedo hacerlo. - Sonreía. - Mi padre fue claro con sus órdenes, si encontraba a aquellos con su sangre debía llevarlos, y resulta que él es su nieto y mi hijo. - 

- No. Él no tiene nada que ver contigo. - 

- Papá, ¿ es cierto?, ¿ él es mi... ?- Aether miraba con pesar a su hijo. No deseaba que el tan temido momento llegara de esa forma. Ahora se maldecía por no habérselo dicho antes.

- Xi, no le escuches... - Kara intervenía. - No confíes en él. - 

- Hermanita, no debería decirle algo como eso, podría malinterpretarlo. De todas formas Aether, ya te he perdonado por traicionarme. - El nombrado se sorprendió al escuchar aquello, qué intentaba conseguir con ello, se preguntaba. 

- ¿ Traicionarte? - Xi miraba a Aether y posteriormente volvía la vista hacia Alatus quien continuaba su farsa. 

- Si, nunca te ha contado nada, en realidad íbamos a contraer matrimonio, pero al parecer él tenía otros planes. - 

- Eso no... - 

- Acaso no huiste incluso sabiendo que estabas esperando un hijo mio. Responde. - 

- Papá... - 

- Xi, - se acercaba a su hijo intentando hacerlo entender. - yo no... - El joven tan solo se apartaba. Alatus había conseguido lo que se proponía, ahora los otros dos estaban bailando en la palma de su mano, y con ellos caería también el faltante. 

Con un simprle gesto tomaron a Kara y Aether, mientras que él hacía que su hijo simplemente fuera con él. Se mostraba cercano a él, amable, todo lo que nunca fue. Xi había caido en sus garras y lo que era peor, pronto estaría a merced de los planes de su abuelo. 



Corazón valienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora