Capítulo 6

167 18 0
                                    

Días pasaron mientras que Xiao finalmente parecía obedecer las órdenes de su padre. Según los pensamientos de este último, al fin bailaba en su mano, y todo gracias a un pequeño que parecía inútil. 

Con el paso de los días, Alatus incrementaba su odio, y como no era de otra forma terminó maquinando el peor de los planes. Si salía bien conseguiría matar dos pájaros de un tiro, Xiao terminaría muerto junto con la inútil de su hermana, y ese inútil que llevaba a su hijo estaría de nuevo en su poder. Al final hizo su movimiento con tanta destreza que pensó que saldría bien, pero existía un peón que no esperaba fuera tan peligroso. 

Uno de los hombres de confianza de su padre lo había estado ayudando, es por ello que le confió de nuevo una parte importante de su plan. La idea era hacer que intentaran escapar, y con esto terminar con la vida de Xiao aprovechando que no podría proteger a los otros dos. Tan solo tendría que separarlos y el problema estaría resuelto. 

Este mismo se aseguró de hablar con Kara para el ardíd que tramaba Alatus, es por ello que...

- Señorita Kara, se que piensa que estoy del lado de su padre o su hermano, sin embargo hay algo que necesito compartir con usted. - La joven al principio no estaba segura de confiar en aquellas palabras, pero algo dentro de ella le decían que debía escucharlo al menos. 

- Habla. - 

- Primero que todo, he de decir que os pareceis muchísimo a vuestra madre, salvo por lo impulsiva que sois. - Sonreía. - Segundo, supongo que no planeáis quedaros aquí para siempre. - No le sorprendía que supiera sus intenciones, no era un secreto que ella y su hermano desearan abandonar el lugar y todo lo que ello representaba. - Si es así, pronto os llegará la oportunidad, pero tendréis que hacer lo que yo os diga, tomad esto y esperadme dentro de dos noches en la puerta del ala oeste. - Una vez se separaron y nadie la observaba, desdobló la nota. 

" Perdonad que no os pueda contar todo con detalle, pero estoy bajo la mirada de vuestro hermano quien pretende acabar con vuestras vidas. La verdad es que tengo una deuda con vuestra madre, por ello, al igual que en aquel entonces, prestaré mi ayuda para que podáis marcharos. No dejeis que nadie encuentre la nota. Quemadla cuando la hayais leido. Pronto os contaré más detalles. "

Al igual que le pedía en el papel, esta así lo hizo. Mientras el papel desaparecía, Kara se preguntaba si hacía lo correcto al confiar en él.  

Al día siguiente, una carta le fue entregada sin que las miradas fueran capaces de detectarla. 

" Supongo que quizás no confiéis en mi, espero que lo hagais aunque tan solo sea una vez. Vuestra madre me dijo estas palabras, " que mi vida y mi libertad sean una" me dijo que en caso de tener que confiar en alguien sería a través de estas. 

Lo de la puerta como suponeis es una trampa, pero no podía hacer nada, como ya os dije vuestro hermano vigila mis movimientos, si notara algo raro mi cuello peligraría y no podría ayudaros. 

Tan solo tendréis que aprovechar el cambio de guardia, yo me encargo de vuestros pases, pero deberéis ir a conjunto con la situación. Por ello no os preocupeis, vuestro "querido hermano" os suministrará un par de uniformes. Será solo cuestión de tiempo para que note el engaño, así que tendréis poco tiempo. Os dejaré una carreta con víveres para varios días a unos metros en el bosque, aprovechad para ir al sur. Tened cuidado, y cambiad la carreta en el paso hacia la región vecina, aquel puente parece ser un buen lugar para hacer desaparecer el rastro si sabes a lo que me refiero. 

Otra cosa más. Os pido que quemeis esta carta al igual que la anterior, y cuando llegue el momento y me veais inconsciente no sufrais. Tan solo dejad una nota con las palabras "separarnos, puertas norte y ala oeste", con ello debería ser suficiente. Cuidaos mucho. "

Incluso con aquellas palabras, Kara se seguía preguntando si confiar en esa persona era lo correcto, pero no había mucho tiempo, y esa sería la mejor oportunidad que encontraran. 

Con esto en mente, al final optó por confiar en aquella persona por lo que se encontró con la misma cerca de la puerta correspondiente. 

- Tomad esto, solo necesitaré algo más a cambio, dejadme inconsciente. - Aether se sorpendería y Xiao no tendría el valor para hacerlo. Aquella persona tan solo se daría la vuelta y Kara lo haría por ella misma soltando un perdón con algunas lágrimas. Mientras esto ocurría, simultáneamente de el ala oeste salía un pequeño grupo que fue interceptado por Alatus, quien pensó se saldría con la suya, pero descubrió que falló estrepitosamente. Esa persona lo traicionó, por lo que fue en su busca de inmediato, aunque lejos de conseguir destrozarlo, su padre se le había adelantado. 

Al descubrir lo ocurrido, el señor del lugar mandó hombres tras los fugitivos, esperaba tener éxito. Por otro lado comenzó a interrogar a todos los implicados incluido su hijo, quien tras una paliza y algunos latigazos terminaría soltando toda la verdad. Alatus pensó en principio que escaparía de toda sospecha, pero su padre no era idiota ni mucho menos un ingenuo, para llegar donde estaba requería de una gran inteligencia, y era algo que lo caracterizaba, eso y su eterna ambición. 

Al interrogar a quien los ayudó a huir, no consiguió nada. Tan solo sacó en claro la lealtad que el susodicho le tenía a la que en vida fue su esposa. Al entender esto, estalló en ira y lo asesinó atravesando su corazón con su propia garra. 

Al mismo tiempo una carreta huía en dirección sur hasta llegar a un rio. Deberían haber sido seguidos, pero al parecer aquella persona se encargó de que no lo hicieran pidiendo que se desbiaran desde el inicio. Poco después una tormenta los acompañaría en su escapada, por lo que cualquier rastro de la carreta quedaría en el puente que tal y como fue sugerido, se cortaron las cuerdas que lo aseguraban haciendo desaparecer aquella carreta. De esta forma seguirían su camino y daban esquinazo a su padre quien no daría con ellos por mucho que lo intentara. Era como si la tierra se los hubiera tragado. 

Corazón valienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora