Brisa refrescante, cielo despejado, el sol calentando la piel... Helado en el suelo.
–Te odio, hiciste que se me cayera el helado.
–¿Yo? Yo no te mandé a reirte como foca loca –Le respondió Edu a Romina.
–Realmente no creo que las focas se rían.
–Pues si lo hicieran te verías igual.
–Ay, Eduardo, no seas amargado, te fuiste de cara contra el poste por estar mirando a esa chica, fue muy gracioso, no nos puedes culpar. –Intervino Laura.
–No la estaba mirandoooooo, había un gato, era muy lindo, en serio.
–Sí, claro –Dijo Laura con sarcasmo.
Edu intentó embarrarle la cara con helado, pero los reflejos de Laura eran muy buenos y por poco es él quien termina con helado en la cara.
–Hablando de gatos, mira esta hermosa foto de Trufa –Dijo Romina poniendo el celular delante de la cara de Eduardo.
–¿Trufa? –Preguntó Laura.
–Sí, es el gato que rescatamos la semana pasada –Respondió Romina.
Laura hizo un gesto de no entender nada.
–Pues una tiktoker usaba a este gato para ganar seguidores, –intervino Eduardo– nosotros interrumpimos su cumpleaños, armamos caos, su dueño legítimo llegó, grabó todo y convenció a los seguidores de que la tiktoker ponía al gato en peligro, la cancelaron en una, y al perder más de la mitad de seguidores devolvió a Trufa.
–Lo cual prueba que no lo quería, lo devolvió porque ya no podía hacer vídeos con él –Dijo Romina.
–Cada vez entiendo menos lo que hacen, –Dijo de Lau –pero se oye genial.
–Es genial, nos divertimos mucho. –Dijo Romina levantándose de la banca en la que estaba –Bueno, yo voy por otro helado, ya que mi menta con chocolate terminó en el piso.
–Ustedes son increíbles –Dijo Laura– tienen un fin de semana libre y vienen por helados, deberíamos estar en un bar, con unas copas, con tequila...
–Odio el tequila –Dijo Romina.
–Bueno, sin tequila.
–¿Y tú por qué no estás con tu súper galán? –Preguntó Eduardo.
–Porque no siempre tengo que estar pegada a él.
–Ajá...
–Ay, es que está de viaje –Dijo Lau con un puchero –Entonces, ¿si nos vamos por unas copas?
–Yo, paso –Dijo Eduardo.
–Bueno, yo si voy, pero primero vamos por mi helado, que aún es muy temprano para alcoholizarse.
Eduardo se quedó viendo como Romina y Laura se perdían por el boulevard, unos minutos después emprendió el camino de regreso a casa. Estaba pensativo ¿acaso sus amigas no lo conocían nada? ¿golpearse por estar viendo a una chica? Sí, claro, por alguna razón eso le molestaba, no sabía por qué.
Llegó a casa y lo primero que hizo fue chequear los mensajes de la página para organizar la agenda, el inbox falso tenia apenas 3 mensajes, mientras que el incógnito pasaba los 100, comenzó a descartar los imposibles, es decir ¿Un secuestro como broma? a veces pensaba seriamente en llamar a la policía. Había cerca de 20 mensajes del mismo sujeto, ya había escrito antes, pero su petición era tan absurda y cruel que lo único que hacía era ignorarla. Pero en vista de que no parecía rendirse, decidió responder.
"Buenas tardes, Bruno, agradecemos que nos haya elegido para este evento, pero lamentablemente va en contra de la política de nuestra empresa, nuestra misión y visión va del lado del entretenimiento y la justicia, que tenga mucha suerte"
–Espero que con esto deje de molestar este loco.
Eduardo dejó la laptop a un lado y se fue a preparar su cena, cuando estaba revolviendo alegremente sus tallarines escuchó el sonido de la notificación que le indicaba que había recibido un nuevo mensaje, su curiosidad lo obligó a acercarse para ver de que se trataba y vio que era Bruno nuevamente "Este tipo está loco, está muy loco" pensó.
Lo que Bruno quería era que interrumpieran una boda, su propia boda, arruinarle un día tan importante a una novia era algo que no harían, jamás.
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¡Llama a Calú! (ONC 2021)
HumorRomina y Eduardo tienen un trabajo totalmente fuera de lo común, los contratan para ser el alma de las fiestas, ya sea para animarlas o arruinarlas. Pero un día llega hasta su bandeja de entrada un pedido muy especial: Detener una boda ¿Quién lo so...