-Lamento del viento-

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"Tan fácil es soñar, cómo lo es destruirlos por completo"

Pov Hiro

Todo dentro de mi estaba en una completa tormenta llena de dudas, miedo, curiosidad y sorpresa. Las pesadas gotas de lluvia caían por todo mi cuerpo, estaba temblando en el frío suelo de aquél castillo mirando directamente al cuerpo de Miguel que yacía a unos cuántos centímetros de mí. También el otro tipo que nos atacó estaba inconsciente, podía ver que un pequeño de sangre estaba por debajo de él, recordé el justo momento en qué Miguel lo había logrado penetrar con sus manos, cómo si se tratara de una afilada navaja. 

Sin embargo, aún no podía creer en lo que se había convertido Miguel hace unos minutos, sus ojos habían cambiado por completo, su piel cada vez tomaban forma a brillantes escamas de colores, y sus manos eran unas afiladas garras. ¿Quién era realmente? El dolor punzante de mi hombro hizo sacarme de mis pensamientos, me levante cómo pué para salir inmediatamente de allí. Pero,algo dentro de mí me pedía a gritos no dejarlo allí.

Con mis dientes rasgue un poco de las mangas d mi chamarra para poder hacer un tipo de vendaje que me ayudara a detener mi sangre. Caminé a Miguel y lo intenté jalar para que ya no se empapara más de lo que estaba. De cerca pude notar varios rasguños y heridas de la batalla, pero, sorprendentemente ya estaban cerrándose poco a poco. Las garras y sus escamas estaban desapareciendo, viéndose más humano de vuelta.

"Yo...soy..."

Realmente quería saber que es lo que estaba pasando y quién era en verdad, con lo poco que tenía traté algunas de sus heridas y lo coloqué debajo de un pequeño techo de laminas que yacía en el techo. Miré al otro tipo que estaba herido, pero, no estaba muy convencido también para ayudarle, si hace unos momentos estaba a punto de matarme. La lluvia más y más se intensificaba, ya podía escuchar los truenos esparcirse por todas las nubes que cubrían esa noche. Estaba sintiendo más frío por lo mojado que estaba, busqué entre mis bolsillos mi móvil para llamar a Kubo, no me importaba si los asustábamos con todo esto, pero la única persona en que podía pedirle ayuda ahora. 

-¡Maldición!- exclamé con molestia al ver que mi móvil estaba completamente destruido, lo más seguro había sido en algunos momentos en que esa cosa me había arrojado. Suspiré un poco para poder pensar en alguna idea que nos sacará de aquí, antes de que alguien se de cuenta de todo el destrozo en este lugar histórico.

-Hi...ro..shi...-escuché cómo Miguel débilmente pronunciaba. Lo miré algo sorprendido y me quedé en silencio por unos momentos.-Hi...ro...shi...- de nuevo volvió a susurrar.

-No soy Hiroshi...-respondí algo bajo. Miré de nuevo a la lluvia para ver si calmaba un poco y poder salir de allí. 

-Hiro...-esta vez oí mi nombre completamente, sus ojos lentamente se abriéndose, me miró con algo de tristeza. Sentí cómo algo estaba anudándose en mi garganta, tenía el deseo de gritarle y de reprocharle lo sucedido pero no podía hacerlo. Podía ver como e quejaba a cada movimiento que hacía para levantarse, pero , su terquedad lo hacía colocarse frente a mí.

-...¿Miguel?...-lo ví algo confundido, cuándo solo me miró por unos segundos y se levantó para ir a donde estaba aquél tipo.-...espera...¡Miguel!- levantó su mano para que no lo detuviera, me dio una leve sonrisa y siguió su camino. Se agachó y estuvo un par de minutos en silencio, colocó su mano en dónde estaba la herida más grande, una tenue luz comenzó a emanar.

"A veces las cosas no son cómo lo imaginábamos"  

Recordé la voz de mi Tía Cass cuándo teníamos algún problema y no encontrábamos alguna solución. O si encontrábamos algo nuevo para nosotros que jamás nos lo habíamos imaginado, haciéndonos creer que en esta vida nunca terminas de descubrir y de sorprenderte de lo que te depara en tu destino. Cuándo menos lo espere, Miguel se levantó y aquel tipo poco a poco iba desapareciendo en pequeñas partículas de luz, esfumandosé en el viento. Noté que en sus manos llevaba una especie de un trozo de un hueso, lentamente lo llevó a sus labios dejándole un pequeño beso en él.

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