-Sueños Inmortales-

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Nota: quédense a las notas finales :'3 explicaré unas cositas ❤️❤️

El joven dios salió del templo inmediatamente, sus lágrimas no paraban de bajar por sus mejillas. Estaba adolorido, ver el rostro de aquella persona que prometió que nunca olvidaría, lo rechazará, que lo tratara como una bestia. Entendía que había tenido un comportamiento indebido y había dado terror, pero cuándo tocó sus labios, aquellas imágenes eran horribles y dolorosos. La culpabilidad lo machacaba cada instante, sabía que lo había dejado sólo, no fue a su pueblo sino también al quién había entregado su corazón. Mientras caminaba se dejó caer en un árbol para dejar a flote sus tristezas, sin embargo un ruido hizo sacarlo de su pena.

- ¿Miguel...?- era su hermano menor Leo, lo miraba preocupado y con lentitud se acercó hacía él.- Sabía que estás brisas tenía que ver contigo...¿Qué sucedió?

- Nada...no fue nada - dijo el moreno limpiando inmediatamente sus lágrimas. El menor se quedó en silencio, quería ayudarle de alguna forma, sabía que algo le abrumaba al regresar de nuevo a este mundo. No era fácil, volver y ver qué todo lo que habías hecho para tu gente se había disuelto en segundos. La soledad lo abrazaba y su hermano no quería dejar entrar a cualquiera para apoyarle.- lo miré... está aquí.- Leo se sorprendió al escuchar esto último.

-¿Quién?...

- Creí que no lo volvería a ver...pensé que nuestros padres me habían castigado...

- ¿Hablas de...?- el joven moreno asintió y se levantó del suelo mientras observando aquella pirámide.- ¿Y que fue lo que te dijo? ¿Recordó...?

-No. Cuándo volví a besarle...sus memorias llegaron de golpe a mi mente. Por mi culpa sufrió, su rechazo es lo que más podría tener como recompensa.

- Miguel...

-Sin embargo, mi cetro está allí. Tal vez si lo tuviera de nuevo pudiera hacerle regresar.

- Sería una opción pero...- se acercó el hermano- si no hay algún creyente, nuestro poder se hace menor. Lamento decírtelo...

- Descuida. Es lo que algún día debía pasar.- suspiro mientras seguía viendo de dónde venía. De pronto comenzó a sonar el teléfono móvil que le había entregado su gemelo, lo miró algo extrañado sin saber que hacer. Recordó un poco de lo que le habían enseñado así que deslizó el botón verde, colocándolo en su oreja.- ¿Si?

- Ándale así mero me le contestas- habló su gemelo detrás de ellos haciéndolos sorprenderse un poco.- ¿Estaba allí tu cetro?

-Si lo estaba ...

- ¿Y?- cruzó molesto el otro ojo felino, Leo observó que Miguel no diría nada de su reencuentro, así que inventó algo para salvar la situación.

- Aún hay trabajadores dentro y le impidieron entrar.

-Ahhh cómo siempre hacerlo de la manera más humana.

-Basta Marco- hablo Héctor- al menos sabemos que está aquí su reliquia presente.

-¿No lo encontraron ustedes?- preguntó el joven emplumado, pero sus hermanos solo suspiraron desilusionados incluyendo al menor.

-No están aquí. Mi espejo humeante no lo han traído a la exposición resulta que una prestigiosa familia lo reside como reliquia. Las armas de Héctor están en el museo de antropología e historia en Ciudad de México.

- Y mi Cántaro lo tiene un arqueólogo muy importante de está exposición como un recuerdo de su primera excavación.- terminó el dios de la lluvia. Miguel miró de nuevo a su templo pensativo, tal vez está ocasión no podían recuperar sus reliquias. Sin embargo debían de pensar en un plan mucho mejor, pero antes debía conocer un poco este mundo para iniciar el rescate de los huesos sagrados.

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