En la última noche del año Liv se entera que su mejor amiga Sofía va a contraer matrimonio, junto con aquella explosiva noticia, llega otra: Su misterioso prometido resulta ser uno de sus viejos amores, trayendo consigo incomprensibles sentimientos...
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Piso el freno del auto antes de que pueda chocar al del frente. Las luces de colores reflejan y se expanden en los cristales de la parte frontal de la casa de Sofía. Bajo del auto calzándome los tacones y casi con mis tobillos doblándose hago mi camino al interior de la casa.
Peino a ciegas mi cabello antes de empujar la puerta principal. Sonrío ampliamente en un saludo general en cuando algunas voces conocidas comienzan a llamar mi nombre. Ahí, al fondo de la habitación, cerca de la mampara que da vista al patio trasero nuestros ojos se encuentran.
—¡Ya llegaste! —exclama corriendo hacia mí.
Revela esa encantadora sonrisa de dentadura perfecta mientras mantiene en el aire su botella de cerveza. Su vestido dorado brilla como la envoltura de un bombón, mando un beso al cielo en cuanto está frente a mí.
—Y un poco tarde —sonrío culpable.
—¿Qué son tres horas? —se encoje de hombros con un rastro de sarcasmo en su voz.
—¿Y ya llegó? —le pregunto con emoción.
—¿Quién? —se hace la desentendida.
—El novio misterioso de larga distancia que tanto has mantenido para ti misma —le digo.
Ella sonríe.
—Te va a encantar, viene del mismo lugar que tu familia —dice, colgándose de mi brazo—, es íncreíblemente inteligente ¿Puedes creer que se graduó a los veintiuno? —me pregunta—. Bueno él, dice que en su país eso es normal.
Me río.
—Respira un poco, Sofía —le recomiendo— ¿Dónde está? Ni siquiera nos has dicho como se llama...
—Me van a querer matar —dice más para sí misma—. Iré a ver si está listo, date una vuelta, tenemos un anuncio.
Le dedico una mirada de sospecha, pero aún así le obedezco.
Camino por lo largo de la sala hacia las mamparas que llevan al patio trasero. Mientras voy avanzando hacia la zona de la piscina, la sonrisa de mis labios se va transformando en nada más que una sombra de ella.
Los enormes globos dorados en los arbustos indican el nuevo año que recibiremos.
Bien, estoy afuera en una fiesta repleta de personas.
¿Qué se supone que haré ahora? Observo mi alrededor mientras las luces cambian de verde a rojo, haciendo parecer el patio la zona de descanso del infierno. Repasando el lugar con la mirada, entre la gente bebiendo,bailando, riendo y remojando sus pies en el agua, mi mirada choca con un par de ojos azules intensos entre la oscuridad.
Dos muchachas yacen a su lado, como dos guardianas de la corona, tocándole el cabello y jugando con el sombrero de vaquero dorado que lleva sobre el cabello castaño. Él me sostiene la mirada.