Donde después de la muerte de Rendell Locke; Madison Stone se muda junto a los Locke a
Matheson, en la casa llave, casa la cual es el legado de la familia Locke. Y en donde pronto los chicos descubrirán qué hay llaves mágicas por toda la casa.
Dond...
—Madison —escuché— ¡Chicas! —me di la vuelta y era Gabe— Tenemos que irnos —dijo acercándose a mi para tomarme de la mano— Las cuevas se inundan —asentí, miré a Kinsey, y ella trataba de abrir la puerta de fuertes jalones.
Tu: ¿Kinsey? —dije, pero hizo caso omiso y siguió jalando con rudeza la manija de la gran puerta— ¡Kinsey! —solté a Gabe y me acerqué a ella para voltearla.
Kinsey: ¡Suéltame! —se dio la vuelta de nuevo y siguió tratando de abrir la puerta.
Tu: Por favor, Kinsey. Ya escuchaste, las cuevas se inundan, tenemos que salir de aquí —dije totalmente desesperada. Lo qué pasa es que le tengo un poco de miedo al agua— ¡Kinsey por favor! —grité. Miré a Gabe preocupada.
Gabe: Kinsey, la cueva se está inundando si no salimos ahora los tres moriremos, por favor vámonos ya —le dijo hablando muy rápido.
Tu: Kinsey, por favor vámonos —dije con los ojos llorosos— Sabes que me duele verte así —susurre— También quiero descubrir todo, pero no así, no poniéndonos en riesgo.
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Ella me miró asustada.
Gabe: Vamos —de nuevo tomó mi mano, y agarró a Kinsey rápido de un tirón, y los tres empezamos a caminar rápidamente. Dejando la puerta atrás. Él venía con una linterna así que iba iluminando el camino, ya que todo estaba completamente oscuro. Llegamos a una parte, en la que no había más suelo, solo agua estancada— Carajo, se los dije —suspiro— Podemos hacerlo.
Tu: Mierda, no puedo, no, no puedo —dije mirando el agua, me hice para atrás y Kinsey saco su linterna que estaba en su bolsillo trasero.
Gabe: Si puedes, necesitamos salir de aquí —me tomó de las dos manos y me miró a los ojos— Tu puedes Madison. Te necesito allá arriba —susurro. Lo miré enternecida— Hazlo por Tyler, por Bode, por Kinsey, por Nina —siguió— Hazlo por mi —susurro. Mordí levemente mi labio inferior del estrés que tenía.
Kinsey: Mi linterna es aprueba de agua, yo iré primero —dijo quitándose su suéter, para dejarlo en el suelo. Después, fue bajando por unas rocas que hacían de pequeñas escaleras, el agua le llevaba al cuello.
Tu: Carajo —la miré. Empecé a inhalar y exhalar repetidas veces.
Por favor, ahora no.
Kinsey se dio la vuelta a medio camino para mirarme. Frunció el ceño.
Kinsey: ¿Estás bien, Mads? —preguntó.
Tu: Mierda.. —suspire. Empecé a sofocarme, como la vez pasada. Empecé a caminar de un lado a otro. Rápidamente me puse a contar mentalmente hasta el diez, y así sucesivamente, después empecé a susurrar aún contando.
Me deshice de mi suéter y Gabe se acercó a ayudarme en silencio. Me ayudo también a quitarme la blusa que llevaba puesta, y me quedé con una de tirantes, negra.
