De cuando me diagnosticaron cáncer

34 17 0
                                    

✉︎

Cuando te miras al espejo ¿qué ves? ¿Te sientes bien? ¿Te halagas a ti mismo y sientes que has estado haciéndolo de manera correcta?

¿O eres como yo, intentas alejar los pensamientos autodestructivos de tu cabeza?

Hay veces, como ahora, que quisiera decir adiós. Un adiós definitivo. Soy un enfermo que no tiene perdón, que ha pecado miles de veces. Soy un chico que se ha destruido y ha acabado con lo que está a su alrededor...

No voy a cambiar, nunca me voy a curar.

Incluso si me quieres, será demasiado tarde para salvar esta alma rota, perdida, ensangrentada, humillada. Yo tampoco seré capaz de defenderte. Estamos destinados a morir, mi amado... pero no llores, todos lo están. Solo que yo partiré mucho antes.

«Has heredado su enfermedad...»

¿Dónde está mi amor propio? ¿Dónde están mis ganas de vivir? ¿Dónde están quienes dijeron que nunca se irían? Ya no hay nada, mi amado. Ni siquiera estás tú. Sólo veo en negro, solo veo tristeza, solo veo sangre correr de mis cortes y lágrimas manchar mis mejillas. No veo a nadie más, solo a tu espejismo que me susurra te amo.

«Ya no es como antes» te dije. Tú me respondiste que la razón era nuestra lejanía, sin embargo, no lo siento así. Es que hemos cambiado, tú has conocido lo que es estar sin mí y te ha gustado; mientras yo, inconforme con tu ausencia, me hundo en mis pesares escribiendo líneas que quizá nunca leerás.

Son para ti pero sin ti, ¿lo comprendes? Así he sido yo en el amor: un chico enamorado de un espejismo, porque eres malo, eres egoísta, eres azul; pero eres perfecto, eres humilde, sencillo, leal. Todas tus virtudes opacan en gran medida tus infinitos defectos, lo sé porque haces brillar todo lo cercano a ti, pues quienes se acercan terminan engatusados por tus ojos tristes, fríos y transparentes.

Eres mi alma gemela, mi amado Seokjin.

Aunque solo así lo sienta yo.

No es solo gracias a eso que quiero decir un adiós definitivo, sino porque mis fantasmas me están tocando las extremidades cada vez que caigo en una cama dispuesto a dormir.

Los siento susurrar verdades, los siento recordarme la enfermedad de las que soy víctima, están a mi lado y predicen mi final.

«Es raro...» me dije a mí mismo observando aquella cuchilla de papel con la que terminaría mi miserable vida. «Somos tan frágiles, solo es un movimiento sobre mi muñeca en forma vertical y estaré conociendo lo que el cielo ha deparado para mí.»

Recuerdo reírme sin ganas después de murmurar las anteriores palabras, tal vez aguantaba mis ganas de llorar y trataba de mantenerme inerte ante mis pesares.

Porque si no era así, encontraría las fuerzas para hacerlo.

Ahora, te preguntarás por qué no lo he hecho. Y sí, me acobardé. Pensé en lo que no he vivido, en las cosas que quiero realizar: pensé en que la tristeza es un estado que puedo superar. Ha renacido mi esperanza, la mantendré y disfrutaré mi presente sin atormentarme por los errores que he cometido.

«Quisiera alejarme de todo lo destructivo...»

Con este último episodio pretendí contar cómo me diría adiós a mí mismo, supongo que es a ti de quien me despediré.

Porque me has dejado cuando más lo necesito. Ahora, solo, contemplo con miedo un final que antes deseaba.

«Tienes cáncer, Yoongi.»

No, no, no. Si me siento enfermo, es por mal de amores.

✉︎

AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora