Unutma, seni seviyorum (parte 2)

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En algunas casas sólo había que descongelar el agua de los pequeños estanques, despertar a los bichos, abrir las flores y algunas cosas más, todas juntas terminaron sus tareas muy pronto.

Pero había una casa distinta a las demás.

Era una casa con una alma muy oscura a simple vista, no había nada que la alegrara salvo el color verde del pasto, todo en ella era grisoso, especialmente por los colores que cubrían las paredes de la casa.

El resto de hadas del grupo que iban con Eda y Melo se negaban a acercarse a la casa, decían que no valía la pena hacer algo ahí, que la primavera posiblemente no se notaría en esa casa tan oscura. Decididas las hadas se alejaron de ese lugar sin percatarse que Eda no estaba entre ellas. Eda se dirigió a un punto muy escondido en el gran jardín de esa casa y depositó una semilla de girasol entre unos arbustos para luego salir de ahí como alma que lleva el diablo.

El resto de la tarde se la pasaron alegrando casas con muchos brotes de flores en ese día tan colorido. Se notaba que la primavera había llegado por todos esos humanos disfrutando en las calles de la gran Estambul, todo era muy bello, era imposible no notar la buena vibra que despedía la primavera.

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Serkan siempre se tomaba el día libre cuando comenzaba la primavera para salir a disfrutar de las calles de su natal Estambul. El primer día de primavera se levantaba emocionado como un niño en día de reyes esperando encontrar su jardín lleno de flores o al menos de un color diferente al gris de los muros y el verde oscuro del pasto, pero se llevaba una gran decepción al encontrarlo como cualquier otro día, sin vida. Como si la primavera no llegara nunca ahí. Así que sin más se disponía a salir inmediatamente de su casa para cambiar de aires. No era una persona muy social pero si alguna situación lo ameritaba estaba dispuesto a hablar con cualquier persona.

Cuando llegó a un parque cercano se sentó en una banca bajo un enorme árbol, esperando algo, no sabía a qué o quién pero tampoco le incomodaba. Poco a poco el lugar se fue llenando de gente que llegaba a hacer picnics, personas que llevaban a sus perros a pasear o a sus hijos a jugar. Se llevaba muy bien con los niños y conseguía jugar con todos los que se topaba.
Cómo ahora, se encontraba jugando con un par de gemelos a la pelota, parecía un niño pero no le molestaba en lo absoluto hacer ahora lo que no pudo de pequeño.

– Lanza la pelota Serkan – le gritó Handan, la pequeña con la que se encontraba jugando.

¡Hadi Serkan! – pidió Deniz, el hermano de Handan al notar que Serkan estaba embobado viendo algo.

Ambos hermanos miraron en dirección a lo que sea que estaba distrayendo a Serkan y se encontraron con que estaba mirando a una chica.

– ¿Es tu novia Serkan abi? – preguntó inocentemente la pequeña Handan – A que es muy bonita

Serkan no negó ni asintió a la pregunta de Handan, seguía mirando a la chica, ni siquiera se percató de que Handan y Deniz se habían despedido de él y le habían quitado la pelota cuando sus padres los llamaron para irse.
De un momento a otro sus miradas se cruzaron y esa guapa castaña le sonrió provocando que inconscientemente Serkan le devolviera el mismo gesto.

– Allah Allah – pensó Serkan cuando la vió girarse y alejarse.

Y es que 5 segundos le habían bastado para memorizar la imagen de la chica. Cabello castaño y ondulado a la altura de la espalda, su figura no dejaba nada a la imaginación, aunque el vestido que portaba le daba un toque delicado, tenía grandes ojos marrones acompañados de unas pestañas muy largas que le daban profundidad a su mirada.

Y su sonrisa...

Si un experto la viera no diría que era la más perfecta pero para él lo fue, se notaba que derrochaba felicidad, quería que le diera una sonrisa sincera una vez más o estaba seguro de que iba a morir.

Estaba a nada de acercarse a ella pero algo la detuvo.

Una niñita con vestido rosa estaba llorando en el pasto y la chica que lo había hipnotizado no dudó en acercarse a ella. De lejos, unos 20 pasos más o menos, Serkan pudo ver que la niña le mostró su rodilla herida. La chica le había dado un beso en las mejillas y acto seguido la tomó para sentarla en su regazo.

No llores aşkım – alcanzó a escuchar Serkan – No es nada, ya está, tamam?

La niñita asintió calmándose un poco, y sonrió cuando la chica le ofreció una florecita rosa que hizo aparecer en su mano. Serkan miraba todo atento, notó que cuando la niña tomó la florecita la chica misteriosa colocó la palma de su mano en la rodilla de la niña y ésta inmediatamente sanó. Aquello lo dejó sorprendido, mientras miraba cómo le hacía un gesto de silencio a la niña pensaba que aquello no podía ser un milagro o algo por el estilo, sólo tenía una explicación y la había leído en su libro de hadas alguna vez.

– A las hadas les gusta jugar con niños y animales – recordó Serkan –  sea cual sea su talento, si alguno de ellos se encuentra herido o triste no dudarán en usar su magia para sanarlo, no importa el motivo

Y vaya que tenía razón, esa chica era una hada, por eso lo había hipnotizado tan fácilmente, desvío su mirada cuando notó que la chica y la niña se levantaban del pasto, no podía creerlo, una hada, frente a él, después de todo tanto creer en esos seres mágicos le llevó a presenciar la magia de una de ellas en vivo.

– Hadi Dada – le gritó una chica regordeta a la hada – Tus papas ya están listas

De reojo pude ver cómo miró a su alrededor para asegurarse de que nadie la había visto y se alejó corriendo en dirección a la chica que la había llamado

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Hellowww, he estado muy estresada con mis tareas y clases pero he tenido tiempo de escribir algo, por ahora les dejo este otro pedacito, espero terminarla con la parte tres que por ende será más larga que estas dos jajaja
Las tqm y nos leemos pronto❤️
♡︎𝖢𝖺𝗆𝗂

EdSer One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora